viernes, 27 de enero de 2012

E. OCHOA ANTICH: EL FASCISMO DE DIOSDADO...Y RANGEL--"LA REGIÓN"--MIRANDA--VENEZUELA--

El fascismo de Diosdado.... y Rangel
26/01/2012--"La Región"--Miranda--Venezuela--



Los alzados del 4F y del 27N se encontraron luego con los comunistas civiles que en la calle andaban sin rumbo y sin destino, y así se fundieron, unos y otros, en un solo proyecto. Fascistas y comunistas: fasciocomunistas

No sé si fue Luis Ugalde quien primero definió al proyecto político que anida en la mente del tirano, y que rige al gobierno y a los destinos de la patria, como fasciocomunista. Extraña mezcla, propia quizá de nuestros exotismos caribeños, de lo mágico-religioso latinoamericano. Pero no tanto como para olvidar que los totalitarismos de todo pelaje conservan una identidad común. El sustrato último que asemejaba tanto, en su práctica política, a Hítler y Stalin (aunque el horror del primero no tenga parangón). El chavismo, acaso por la bota militar que pisa sus orígenes, abraza ambos espectros. A diferencia incluso de los comunismos del siglo XX y de los que quedan en el siglo XXI, surge del cuartel, de la propia institución militar, del ejército, y no en su contra. Su bautismo de fuego fue la tentativa fallida de un golpe de Estado clásico, no una insurgencia popular cuya vanguardia luego se convierte en fuerza armada institucional (a veces mezclándose con los oficiales derrotados). Ni siquiera la cervecería de Munich, ni mucho menos el Moncada (ni el asalto bolchevique al Palacio de Invierno, ni la Larga Marcha de Mao), están definidos de tal manera por lo propiamente militar. Así el chavismo tiene sembrada en su alma la semilla del fascismo: es decir, uno de sus componentes esenciales: lo militar transformado en actor principal de lo político. Los alzados del 4F y del 27N se encontraron luego con los comunistas civiles que en la calle andaban sin rumbo y sin destino, y así se fundieron, unos y otros, en un solo proyecto. Fascistas y comunistas: fasciocomunistas. Juntos, incluso revueltos, pero claramente distinguibles unos de otros. Y el tirano, emblema de ambas corrientes, los mantiene unidos. Los Maduro, los Jaua, los Rodríguez, pueden ser identificados con facilidad en la corriente que por comodidad definiríamos como comunista. Son los que añoran una revolución de veras que expropie los medios de producción privados, que imponga un régimen de partido único, que controle todos los medios de comunicación, etc. Más civiles que militares, forjados en las luchas populares de calle de los ’70 y los ’80, no pocas veces confrontándose a los militares. Los otros, los fascistas a secas, donde identifico a Diosdado... y a Rangel Silva, son los que fraguaron su liderazgo a la sombra del caudillo (el líder providencial y mesiánico que caracteriza a todo fascismo), en el cuartel, en el acatamiento disciplinado de la orden superior, en la verticalidad, y decidieron con eso hacer política, hacer fascismo, sería mejor decir. Son los que, como todo fascista, promueven un nuevo estamento plutocrático que sea basamento de su poder político y del que puedan devengar prebendas y privilegios y redituar intereses y riquezas malhabidas. Cuando el tiranuelo, a las puertas de la probable derrota electoral que lo espera, mueve sus piezas, administración eficacia, o pretende hacerlo, esa dualidad fasciocomunista. A unos, los comunistas, los envía a la batalla: la toma de las gobernaciones y alcaldías. A los otros, los fascistas, los encarga del poder: el Parlamento, una de las líneas de sucesión, y la Fuerza Armada, el poder. Charada del fasciocomunismo chavista.

Enrique Ochoa Antich

1 comentario:

Victor Manuel. Gruber de Figarelli dijo...

Con motivo de este artículo, recomiendo como lectura complementaria, el mío de Este BLOG: "Urfascismo vs. Urchavismo". Estimado lector, aplique el "buscador" del BLOG, y podrá leerlo...Atte: vmgf.-