jueves, 25 de septiembre de 2008

Autoritarismo y Política en Venezuela --vmgf--

Autoritarismo y Política en Venezuela

Víctor M. Gruber F.

Nota del autor: El texto que sigue pertenece a una ponencia leída en la 8va. Jornada de Investigación del Colegio Universitario “Francisco de Miranda”, celebrada en Caracas, miércoles 28 de noviembre del 2001. Su contenido lo consideramos válido para la Venezuela prechavista, para la chavista, e incluso para la postchavista. El autoritarismo vernáculo, y la política criolla, están íntimamente relacionados en la historia política. económica, social, e ideológica de Venezuela.)

Resumen: Decíamos en 1998…< Los “encuestólogos” como los llama la gente común y corriente, estimaban hasta no hace muchos días, que el resultado electoral, de las próximas elecciones, estaría –“por ahora”--, entre Irene Sáez y Hugo Chávez; pero, por detrás ( y por debajo) de las corrientes de simpatía hacia ambas candidaturas, se observa el choque (y la convergencia) de complejas fuerzas tradicionalistas y hasta arquetípicas, al más clásico estilo jungniano.
ELLA, figurativamente, es la mujer, la virgen intocada, la madre potencial de todos nosotros; la bella asediada por la bestia; la vestal que hizo un juramento de castidad, que está muy ocupada para pensar en el amor, puesto que dedica todo su tiempo a trabajar por la redención y salvación de su pueblo.
ÉL, en el imaginario popular, es el guapo de barrio, el macho criollo; el hombre con “riñones” que se alzó en la defensa de su pueblo; el Juan Charrasqueado del lugar, el hombre de a caballo, el nuevo “Maisanta”; el potencial galán de todas las mujeres; el militar con asesoramiento “civil” de doctores, filósofos, universitarios y empresarios; en fin la “Bestia” que acosa a la “Bella”.
Si ambos se aliaran, de alguna manera, hipótesis posiblemente negada hasta el infinito, pero no descartable en modo alguno, significaría la caída del país en el más obscuro tradicionalismo, en el más puro irracionalismo.
Ambos son las caras de una misma moneda, el alfa y el omega de una Venezuela de antaño, instrumentada, en la actualidad, con las más modernas tecnologías de comunicación (y manipulación de masas).
¿Se darán las condiciones míticas para que la “Bella”rinda su pureza ante el acoso de la “Bestia”?
No tenemos respuestas exactas a la mano; puesto que estos roles son intercambiables y pueden sufrir innumerables transfiguraciones o metamorfosis.
El tema del autoritarismo, como irracionalidad hecha poder (o aspirando a el), me tiene atrapado desde hace muchos años; sobre todo al observar (y reflexionar) sobre Venezuela y las actitudes del venezolano, tanto en posiciones de mando como de obediencia; lo he dicho muchas veces, sobre todo en el aula de clase; lo he escrito menos veces; mucha gente de más luces que este autor, lo ha dicho y escrito: hay una especie de “fascismo” criollo potencial en el país, que se manifiesta en todas las capas de la población; las preferencias hacia estas dos figuras (y hacia otras que no nombramos) apuntan hacia allá>…
Todos conocemos el desenlace de la confrontación electoral de 1998; también la alianza política circunstancial que se dio posteriormente, para la elección de gobernador en Margarita (Nueva Esparta). Retomo, en todas y cada una de sus partes lo escrito en julio de 1998, y aspiro dar algunas de las razones que expliquen, en la medida de lo posible, los rasgos de autoritarismo que se observan en la realidad cotidiana nacional.

(Véase la ponencia: Víctor M. Gruber F., “Venezuela, elecciones de 1998: Irene Sáez vs. Hugo Chávez ¿Iguales o distintos, en qué medida?”. En: VIII SIMPOSIO DE LA CIENCIA POLÍTICA EN VENEZUELA: GLOBALIZACIÓN, DEMOCRACIA Y GOBERNABILIDAD. Caracas, 21,22, y 23 de julio de 1998. )

Desarrollo: En función de apegarnos las muy estrictas (y comprensibles), recomendaciones de los organizadores del Evento, en particular aquella que trata sobre la extensión de las ponencias, consideraremos suficientemente “introducidas” (y motivadas) estas notas sobre “Autoritarismo y Política” con el texto arriba escrito; obviaremos igualmente, por las mismas razones, los enunciados sobre “Objetivos” y “Metodología”, los cuales encontrarán subsumidos (también, sugeridos), tanto en la exposición oral como en el “Cuerpo” del trabajo, el cual entramos a exponer a continuación, directamente, pidiendo excusas al lector por las faltas a la ortodoxia metodológica, en función de lo verdaderamente sustantivo.
I.- El Autoritarismo: un enfoque Previo.
Decíamos, en 1983, que el libro de Adorno, Frenkel-Brunswik, Levinson y Sanford, La Personalidad Autoritaria, [1] buscaba dar una fundamentación en los hechos, a la teoría sobre el autoritarismo [2].
Eduardo R. Colombo, en el prólogo a la edición castellana de la Obra de Adorno y sus colaboradores, afirmaba que antes de ellos, otros pensadores han planteado importantes conceptos relativos al tema:

dominado por el miedo a ser débil (Adorno), y por el sentimiento de culpa; "el síntoma más importante de la derrota en la lucha por uno mismo es la conciencia culpable"(Fromm), y esto es el resultado de la presencia hegemónica de las tendencias sado-masoquistas, presentes, con diverso peso, en todas las personas cualquiera sea su grado de salud o neurotismo.
Este aspecto se halla reforzado por los requerimientos culturales si, como algunos afirman--Erikson, Comfort--la sociedad urbana moderna es una sociedad centrada en la culpa. [3]
A partir de ahí, Colombo extrae algunas conclusiones que resumiremos de la siguiente manera:
1) Se define el autoritarismo como una tendencia defensiva, conformista, acrítica, ante los dictados de la autoridad;
2) El sujeto autoritario es una persona predispuesta a coincidir con la autoridad, que necesita la aprobación real o supuesta de la misma, aliviando de este modo su ansiedad personal;
3) Esta ansiedad se puede asimilar a un concepto más amplio de tensión en el sistema de su personalidad;
4) El individuo autoritario tiende a la rigidez y estereotipia para controlar su exceso de ansiedad en su sistema;
5) La defensa del yo, ante un monto excesivo de ansiedad, lo predispone a acatar ideologías autoritarias. [4]
Para la época en que Adorno y sus colaboradores llevaron a cabo su investigación, estaban frescos los recuerdos de la II Guerra Mundial, de los regímenes totalitarios de Mussolini en Italia, Hitler en Alemania, Japón en Asia; y se empezaba a cuestionar seriamente el régimen de Stalin en Rusia, dentro del marco de la "Guerra Fría"; así como a los incipientes regímenes de "Democracia Popular" en Europa Oriental.

Ya desde las denuncias de Nikita Jruschov en el XX Congreso del PCUS, en 1956; el "Deshielo" en la "Guerra Fría"; La "Revolución Cultural" en China y sus consecuencias; la experiencia de Kim Il Sung en Corea del Norte, y de Polpot en Camboya; Gorbachov y la Perestroika, la caída del Muro de Berlín, la disolución de la URSS, y la desaparición de las "Democracias Populares" en la Europa Oriental; además de otras experiencias recientes y cercanas, se tiene más claro que el autoritarismo, y el totalitarismo, no son fenómenos restringidos a la historia pasada de la "Alemania Nazi" o de la "Italia Fascista", sino que puede surgir en cualquier país o nación sometida a determinadas condiciones; como sucedió en el pasado, como existen en el presente, y pueden darse en el futuro.
El problema entonces no tocaba solamente a los alemanes de la época de entre guerra ( y por supuesto, tampoco solamente a los italianos). Jung escribía en l945, lo siguiente:
Alemania ha planteado un grave problema al mundo, que debe ser considerado desde muchos aspectos. Su aspecto psicológico abarca sólo una faceta. Como psicólogo, soy propenso a considerar la importancia de esta faceta, sin embargo, he de dejar que el lector se forme sobre esto su propio juicio.
Mi ocupación profesional con la psicología del inconsciente lleva consigo el que, a menudo tropiece con objetos que están todavía ocultos a la conciencia del día, pero que se preparan en un estado marginal a irrumpir en la conciencia, mucho antes de que el individuo sospeche lo que le va a deparar su futuro psicológico.
Yo presentí lo que se preparaba en el inconsciente, pues tenía pacientes alemanes. Así pude escribir ya en 1918: "Cuanto más se pierde la autoridad incondicional de la ideología cristiana, tanto más perceptiblemente se revuelve en su guarida subterránea la y nos amenaza con la explosión de desvastadoras consecuencias.
No hace falta ser un Edipo para adivinar quién es designado como la . Yo barruntaba que esta no se limitaba a Alemania, sino que concernía también al primitivo que acabaría por imponerse al europeo, de una manera gradual, por la incipiente masificación. [5]
En torno a los años 50, Horkheimer y Flowerman, comentaban que hacía poco, el mundo había presenciado el exterminio y persecución de millones de seres; ello había sucedido en un "baluarte de la civilización occidental"
¿Cómo había sido posible eso?¿De qué manera perduran los resabios irracionales, los viejos odios raciales y religiosos?
¿Cómo explicar que "pueblos enteros hayan presenciado tranquilamente la exterminación de los suyos"?
¿"Cuáles son, en la sociedad moderna, los tejidos que se conservan cancerosos y muestran, pese a nuestra pretendida civilización, el anacrónico atavismo de los pueblos primitivos" ?
¿" Y qué es lo que dentro de los organismos individuales responde a ciertos estímulos del medio con actitudes y actos destructivamente agresivos"? [6]
Existe, evidentemente, una línea común de pensamiento entre lo que afirma Jung en 1918, luego en 1945, y los autores nombrados más arriba. Hay entonces algo "enfermo" en el organismo social de la cultura occidental, --( y al parecer de otras culturas, según la experiencia contemporánea)--, que hace aflorar el "primitivismo", y por tanto las conductas destructivas y agresivas.
¿Serán entonces estas conductas propias, solamente, de individuos y pueblos "primitivos"?
¿No habrá una actitud etnocéntrica en este planteamiento?.
El análisis de esta cuestión puede llevarnos a lo siguiente:
a) El hombre se desarrollaría "lineal y ascendentemente" de la animalidad (irracionalidad) , y un bajo grado de cultura, hasta un alto grado de cultura (y de racionalidad);
b) La asignación de lo irracional, primitivo, lo agresivo, lo destructivo al ancestro animal que llevamos por dentro, puede fácilmente extenderse a los individuos, pueblos y sociedades "primitivos";
c) La consternación sobre lo que "pasó en Europa", durante las Guerras Mundiales, dado el "alto grado de cultura", y por supuesto de "racionalidad", puede entenderse de que "eso" era más probable que sucediera en otras regiones, latitudes y culturas, y en otros tiempos;
d) Surge claramente la hipótesis de que hay "algo" en el tejido social de la cultura occidental, que hace "brotar" en un ser " civilizado", toda su animalidad, primitivismo o irracionalidad.
Sin embargo los modernos estudios etológicos, apuntan en otra dirección, a saber, no hay nada parecido entre las especies animales a las conductas agresivas y destructivas que desarrolla el hombre contra sí mismo y sus congéneres.
Algo similar a la guerra, por ejemplo no se encuentra en dicho mundo; mucho menos el trato criminal contra el vencido, y muchas manifestaciones "humanas" más.
Adorno y sus colaboradores establecieron que: "las convicciones políticas, económicas y sociales de un individuo conforman a menudo una pauta amplia y coherente, cual si estuviera unida por una o común; esta pauta es la expresión de profundas tendencias de personalidad” [7]
Según los autores antes nombrados, el descubrimiento más importante, efectuado por ellos es que los individuos susceptibles a la propaganda totalitaria tienen características comunes, las cuales pueden conformar un síndrome.
Las opiniones, actitudes, valores, expresadas verbalmente, son componentes superficiales de la psicología del sujeto. Puede encontrarse discrepancia entre lo que se "dice" y lo que se "piensa". Lo último seguramente se exprese en la intimidad. Pero hay pensamiento "secretos", que no se le comunican a nadie, y tampoco, a veces, se reconocen como propios.
En estas capas profundas se pueden encontrar las claves de actitudes antidemocráticas, o de otras posturas. Las ideas expresadas verbalmente, y lo que realmente se piensa, están condicionadas por el "clima" de opinión reinante. Al incrementarse la propaganda antidemocrática, algunos individuos la aceptarían inmediatamente; otros esperarían la expresión de la "mayoría"; otros la rechazarían desde el principio.
Se considera que esencialmente las fuerzas de la personalidad son "necesidades": tendencias, deseos, impulsos. Varían de un individuo a otro, en lo cualitativo o cuantitativo ; se relacionan armoniosa o conflictivamente.
El nivel más primitivo corresponde a la necesidad de evitar el castigo, de ser aceptado en el grupo, de armonía e integración interior. Las opiniones, valores y actitudes, dependen de las necesidades; la personalidad es una organización de ellas.
A título de ejemplos tendríamos la forma en que un comerciante minorista tiende a identificarse con los mayoristas, a pesar de sus intereses contrapuestos; hay individuos que aceptan (o rechazan) totalmente a un cierto grupo, sin haber tenido experiencias directas con el mismo; la pertenencia a un grupo facilita la permeabilidad ideológica de una persona.
En la ideología y la conducta operan factores situacionales y de personalidad. Los factores internos, individuales, tienen gran importancia en relación a las actitudes y las opiniones. Un régimen autoritario, tipo fascista, requiere del apoyo, sumisión y cooperación de la masa; apela a lo irracional, se basa en los deseos y temores primitivos de la multitud.
Su propaganda tiene éxito porque la estructura de la personalidad predispone a aceptar determinadas creencias y rechazar otras; su difusión está facilitada por el antidemocratismo subyacente en la masa de la población.
Las dimensiones de la escala que los autores referidos llegaron a construir para medir al sujeto potencialmente fascista, sin detallar en los ítems, las exponemos a continuación: [8]
1) Convencionalismo: adhesión rígida a los valores convencionales de la clase media.
2) Sumisividad autoritaria: actitud de sumisión y aceptación incondicional respecto a las autoridades morales idealizadas del endogrupo.
3) Agresividad autoritaria: tendencia a buscar y condenar, rechazar y castigar a individuos que violan valores convencionales.
4) Anti-intracepción: oposición a lo subjetivo, imaginativo y sentimental.
5) Superstición y estereotipia: creencia en la determinación sobrenatural del destino humano; predisposición a pensar en categorías rígidas.
6) Poder y fortaleza: preocupación por la dimensión dominio-sumisión, fortaleza-debilidad, líder-seguidor; identificación con las figuras que representan el poder; exageración de los atributos convencionalizados del yo; valor excesivo a la fuerza y la dureza.
7) Destructividad y cinismo: hostilidad, vilipendio general de la humanidad.
8 ) Proyectividad: disposición a creer que en el mundo suceden cosas desenfrenadas y peligrosas; proyección hacia el exterior de impulsos emocionales inconscientes.
9) Sexo: preocupación exagerada por los "hechos" sexuales. Otro autor como H.J. Eysenk, opina que haber llegado a formular una escala para medir el potencial antidemocrático representó un avance bastante grande, pero consideró un error denominarla escala de fascismo, puesto que los comunistas, al ser medidos por ella, obtenían puntuaciones tan altas como los otros; considera, por tanto, más propio llamarla : escala de autoritarismo [9].
Informa también este autor sobre un conjunto de hallazgos que tienen relación con los de Adorno y sus colaboradores, a saber:
a) la escala "F" (fascismo, autoritarismo) también mide la dureza mental;
b) Coulter administró la escala a tres grupos: fascistas, comunistas y neutrales, encontrando alta correlación con la escala para medir radicalismo y conservadurismo; c) Sanford, llegó a la conclusión que los sujetos autoritarios se refieren al líder en términos estereotipados y moralizantes;
d) Stagner elaboró una escala para medir autoritarismo y encontró los componentes siguientes:
1) respeto a los derechos de propiedad en vez de la persona;
2)conciencia de pertenencia a la clase media;
3) nacionalismo agresivo;
e) Spranger relacionó personalidad y valores y estableció una tipología de hombres: teorético, económico, estético, social, político, y religioso. Luego de revisar muchos otros trabajos de investigadores ingleses y norteamericanos concluye así: ...
"los principios de estructuración indicados en el capítulo precedente gozan de una generalidad mucho mayor de la que en un principio se les podía suponer, y alcanzan íntimamente a los componentes de la personalidad que superficialmente parecen alejados del campo de las actitudes sociales"... [10]

II.- El tema del autoritarismo en Venezuela. Escribe Ricardo Sucre Heredia, en su libro: "La amenaza social y el autoritarismo en Venezuela", [1] lo siguiente:
Aunque el autoritarismo en tanto fenómeno político ha estado presente en nuestra historia, como variable psicosocial solamente se hallaron cuatro trabajos de Maritza Montero (s.fa; 1987; 1990; 1991), dos estudios de Consultores 21 (1987;1992), un trabajo de Conciencia 21(Subero y Matos,1995), una investigación de Quintero (1995), y un ensayo de Gruber(1988), quien intenta aproximar los hallazgos de Adorno y colaboradores a Venezuela y utilizar la escala F (Fascismo potencial) para medir las características autoritarias en la personalidad de Simón Bolívar. La novedad de la investigación que aquí se presenta, es que se aproxima al autoritarismo y a la amenza social desde una perspectiva que combina variables personales con sociales. [2]
Más adelante el autor pregunta en el curso de su escrito lo siguiente:

¿Por qué es importante investigar el autoritarismo en Venezuela?, y contesta a continuación:
Conviene resaltar que el autoritarismo es un constructo que ha estado presente en la historia de Venezuela (Britto García,1988; Montero,1987, 1990; Gruber,1988). Montero (1987,1990) sugiere que entre los rasgos que caracterizan la auto- imagen negativa de los venezolanos está el autoritarismo.
La investigadora lo define como el síndrome de la personalidad según el cual ciertos individuos tienen la tendencia a someterse ante otros que son más poderosos que ellos, y a oprimir a los más débiles. [3]
El trabajo de Sucre Heredia es muy importante para el tema que nos ocupa, por lo reciente de su realización (1998); por la revisión que efectúa de numerosos autores extranjeros y nacionales; por su enfoque que relaciona la “amenaza social con el autoritarismo”; y por hacer su trabajo de campo en Venezuela.
En las conclusiones de su investigación el autor afirma:
"El trabajo halló evidencias que apoyan la relación que existe entre la amenaza social y el autoritarismo. Se demostró que esta vinculación es pertinente al estudiar el contenido de afirmaciones hechas por el ciudadano común en una serie de entrevistas (...) acerca de la amenaza social, la contribución de este estudio no es sólo la relación amenaza-autoritarismo, sino confirmar la existencia de ciertos asuntos sociales que son proclives a respuestas autoritarias y a sugerir que un elemento crítico en la manifestación autoritaria es cómo los diferentes grupos elaboran y definen públicamente a la amenaza social” (4).
En 1983, al escribir la ponencia que presenté ante el Primer Congreso del Pensamiento Político Latinoamericano, [5] decía, al hablar de los positivistas venezolanos, lo siguiente:
"Arcaya pertenece al grupo de intelectuales positivistas que produjeron diversos estudios y ensayos destinados a explicar y justificar la existencia y la necesidad de un gobierno fuerte y un jefe autoritario para remediar los males del país. Este planteamiento como hipótesis sociológica en realidad no ha sido rebatida ni confirmada por ningún estudio científico sistemático.
En realidad las explicaciones que ellos le daban al fenómeno del caudillismo y del autoritarismo en Venezuela, han sido superadas por el avance de las ciencias sociales, pero la persistencia de dicho fenómeno en la historia política y social del país, ha tratado de ser comprendido mayormente en base a enfoques económicos, sociales e ideológicos, pero, un intento de explicación de las bases psicológicas y psico-sociales de la cuestión fue abandonada al entrar la corriente política del gomecismo en crisis, y ser desplazados sus mentores intelectuales.
La posibilidad de un basamento psicológico y psico-social a los caudillos y dictadores, en el seno de la población, en particular en el seno de la masa popular, ha sido rebatido circunstancialmente, en artículos periodísticos, ensayos y discursos políticos. Postulando la fe democrática del pueblo venezolano. Sin embargo, una consigna como "democracia con energía" tuvo gran éxito en las elecciones de 1973, reuniendo en un mismo candidato votos democráticos y votos autoritarios.
El problema a estudiar sería entonces el de las manifestaciones de autoritarismo en el curso de la historia nacional, y el de las posibles bases psicológicas y psico-sociales del mismo, para que sirvan de complemento a las explicaciones centradas en otros aspectos".
El fenómeno del caudillismo y del autoritarismo en Venezuela, no solamente pertenece al siglo pasado, en el siglo XX tenemos que tomar en cuenta los gobiernos de Castro, Gómez y Pérez Jiménez; incluso durante los gobiernos llamados democráticos se han notado fuertes rasgos de autoritarismo; hasta el punto que autores como Luis Britto García, hablan del paso de la fórmula del "Gendarme Necesario" a la del "Demócrata Necesario" [6]
Vallenilla Lanz, en su obra "Disgregación e integración", escribió lo siguiente: [7]
"Desconocida ya por la Revolución la autoridad del Monarca, demasiado lejano y débil para imponer su predominio, y arrastradas las clases dirigentes por las nuevas ideas liberales y republicanas, el despotismo capaz de contener la anarquía, el localismo, el cantonalismo tradicional y unificarlos para constituir las nacionalidades, estaba por crearse; y ha sido este el móvil más poderosos de la evolución política de todas las naciones hispanoamericanas en su primer siglo de existencia; solicitando una forma de gobierno capaz de establecer el orden y la disciplina que destruyó la revolución, y como necesidad ineludible de mantener la independencia y consolidar la nacionalidad".
Estas ideas justificadoras de la fuerza, cuya función es guardar el orden, la disciplina, controlar la anarquía, e integrar la nacionalidad, han sido muy difundidas ampliamente; aparecen en forma cíclica, recurrente. Sus orígenes se pueden rastrear en los comienzos mismos de la república.

Por ejemplo, en el análisis que hizo Germán Carrera Damas del "Discurso de Angostura", [8]el cual resumiremos a continuación, escribe el historiador:
a)La estructura política que se propone para la república tiene como objeto contener, re-frenar, a un pueblo que por naturaleza tiende a la anarquía. Se requiere un ejecutivo fuerte para contener al pueblo. Por tanto el federalismo es negativo, es tan bueno que no puede funcionar. El pueblo fue pervertido por el régimen colonial y no es apto para el ejercicio de la democracia;
b) Este sistema debe aplicarse por un largo período, durante el cual se eliminen las causas de la perversión popular;
c) Se diferencia entre pueblo-ciudadano y pueblo-masa. Este último ha de ser regenerado por medio de un ejecutivo fuerte, un senado que lo refrene y un poder moral que le inculque virtudes y buenas maneras;
d) El fondo ideológico del discurso da base al desarrollo de interpretaciones tendenciosas y deformadoras que han nutrido la ideología política venezolana hasta hoy;
e) La falta de madurez del pueblo para la libertad y la democracia la han afirmado Bolívar, Páez, Monagas, Guzmán Blanco, Castro, Gómez, López y hasta Rómulo Betancourt;
f) La conducción de ese pueblo requiere de un estado fuerte;
g) Sobre el pueblo hay que ejercer una tutela regeneradora y sus derechos le serán devueltos; ...
Un poco más adelante, el historiador pregunta:¿La interpretación sociológica de nuestro pueblo contenida en el Discurso de Angostura ha caducado?
La autora Maritza Montero, en su libro: "Ideología, alienación e identidad nacional" [9], al estudiar los rasgos positivos y negativos, de la autoimagen del venezolano, a través de numerosos textos, de historia, literatura, sociología, y otras especialidades, se refiere en los siguientes términos al rasgo (negativo) del autoritarismo: [10] (resumimos)
El autoritarismo constituye el rasgo más importante...((y a continuación da la definición ya citada por Sucre Heredia, ver arriba))...
Este rasgo se ha atribuido a los venezolanos de varias formas: En el primer período estudiado (1890-1901), se insiste más en el aspecto pasivo del autoritarismo: pasividad, sumisión, falta de espontaneidad. López Méndez, Seijas y Zumeta, lo adjudican a los malos gobiernos y a la corrupción; el pueblo se sume en un estado de contemplación, en la quietud del Nirvana, sumergido en la indiferencia fatalista.
En el segundo período, estudiado por la autora (1901-1935) aparecen descripciones que corresponden al concepto de personalidad autoritaria. Gallegos (1908) decía que en los venezolanos se daba una mezcla de servidumbre y rebelión.
En 1910 Pío Gil escribía .
Gil Fortoul, (1907-1909), manifiesta que el venezolano es violento. Arcaya los describe como belicosos, llenos de salvajismo primitivo, sumisos ante el dirigente.
Jiménez Arráiz (1916), habla de la facilidad del venezolano para someterse, y de su docilidad.
Calcaño (1933), dice la autora, generaliza, según ningún pueblo latino puede ser gobernado débilmente, ello lo lleva a la anarquía y el desorden. Díaz Sánchez (1937), habla de la disciplina inculcada por el terror de Castro y Gómez.
Herrera Luque (1970), con "Los Viajeros de Indias", introduce caracterizaciones como seres susceptibles, pleitistas, quisquillosos, sensibles a la afrenta, orgullosos, con desmesurado afán de mando; dedicados al culto de sí mismos; al detentar el poder son magnánimos con los allegados y feroces con los opositores; no aceptan discutir, apuntan hacia la dictadura.
Según la autora, Briceño Iragorry (1972), en "Mensaje sin destino", da cierto crédito a la idea del autoritarismo, somos autosuficientes, ello nos hace anárquicos, no funcionamos en equipo; en consecuencia sufrimos una especie de desagregación de la mente colectiva, lo que lleva a formas desequilibradas que dan oportunidad al gendarme para imponer el orden.
La gesta electoral de Marcos Pérez Jiménez, en los años sesenta, hace que se piense al respecto.
Igualmente la imagen proyectada por Carlos Andrés Pérez en 1973. "El Estudio de conflicto y consenso" dirigido por Silva Michelena en el CENDES, 1967, dejaba entrever, en uno de sus items, la necesidad de estudiar el problema sistemáticamente.

III.- Una Escala de “Caudillismo” (¿O “autoritarismo” ?) Criollo. Luis Britto García, en sus investigaciones sobre sociología política elaboró una escala de 20 aspectos para caracterizar (o evaluar) al caudillo tradicional venezolano. Ella puede aplicarse perfectamente al liderazgo actual del país. Dichas variables son: -- (copiamos textualmente de la fuente pues no tiene el texto desperdicio) -- (1):
1) Personalismo: El poder se ejerce por encima de toda norma o principio. Las leyes de Indias, la Constitución o los Estatutos del Partido, se acatan pero no se cumplen. Por el contrario, rabietas, malacrianzas o batidas de pipa se cumplen, aunque no se acaten. “Poder del Estado” es el segundo en rango de menciones (90) veces de los valores citados en muestras que hemos venido analizando del discurso populista. es apenas mencionado 27 veces.
2)Protección por las fuerzas invisibles: A secas, “la protección”. El hombre del pueblo cree en un orden inmanente del mundo. Ese orden legitima a sus favoritos confiriéndoles buena suerte o poderes sobrenaturales. Páez es salvado del fusilamiento por un “Ejército de Animas”. Gómez es el “Brujo de la Mulera”. Betancourt tiene pipa ensalmada, que lo salva del atentado. Luis Herrera tiene pepa de zamuro, que no lo salva de nada. CAP camina. Lusinchi le lleva perlas a la Virgen del Valle. Lo defiende el numerólogo Shápiro, quien predice su triunfo, lo ataca Alfa D.K., quien muere de inmediato. Mucho menos eficaz es la protección de hechiceros con título: el Brujo de Pipe no pudo lograr la reelección de Pérez Jiménez, ni los técnicos de COPEI la de Caldera. Es que son muy pavosos.
3)Resistencia física: Las fuerzas invisibles legitiman biológicamente a su favorito, confiriéndole lo que es, para el hombre del pueblo, la manifestación más visible del poder: la resistencia física. Páez, José Gregorio Monagas, Crespo, son Supermanes en alpargatas. Gómez amenazaba con no morir nunca (como en efecto). Betancourt es inmune a la dinamita. CAP camina. Caldera resiste hasta a los discursos de Pedro Grases. Su debate con Lusinchi versa sobre cual de los dos se quita la edad, o se tiñe el pelo como una solterona.
4)Machismo: Favorito de las fuerzas invisibles, el caudillo ha d serlo también de las mujeres. Una procesión de damas despide al anciano Páez que parte al exilio. Castro tiene satiriázis; Gómez cien hijos naturales; Pérez Jiménez, motoneta; Wolfang, turbas de admiradoras; CAP camina. Betancourt encuentra en las mujeres “el reposo del guerrero”. Gonzalo sufre aparatosa derrota por misógino. La querida es para el político lo que Dios para Voltaire: si no existe, hay que inventarla.
5)Astucia: las fuerzas invisibles legitiman intelectualmente a su favorito confiriéndole la “viveza”. Para ser “vivo” no hay que saber leer. El “vivo” enreda a los “doctores”. Ser culto perjudica. Páez y Gómez se crean minuciosamente falsas reputaciones de iletrados. Betancourt afirma que...”no se necesita ser doctor para ser un buen presidente de la República. No fue doctor Rómulo Gallegos, no soy yo doctor; no es doctor Carlos Andrés Pérez. Y Piñerúa, sin ser doctor, va a desempeñar, con eficacia y sensatez, la Presidencia de Venezuela”.
6)Origen modesto: Todo caudillo forja una leyenda sobre su origen “pobre”. Pues si un indigente llega al poder, es como si el pueblo estuviera mandando. Páez, Gómez, Leoni, Lusinchi y CAP descienden de terratenientes, pero lo disimulan. “En cuna pobre nací”, declara Betancourt. En otros sitios recuerda que su padre administraba un “supermercado de la época”; que publicaba una revista literaria, que le regala “la primera bicicleta que hubo en Guatire”; que lo pertrecha para el exilio con cien dólares en monedas de oro. Pobre pero honrado. Si se es rico, hay que enfatizar cualquier episodio desventurado de la infancia, tal como una temprana orfandad. Los ricos también sufren.
7) Patriarcalismo: Por lo mismo que una familia próspera puede desmentir la leyenda del origen pobre, conviene mantenerla en la sombra. Manda con los tuyos, pero no dejes que ellos te manden. Y las mujeres, a ocuparse de los sectores incapaces de movilización política los Niños (...) y los Ancianos. Lorenzo pierde porque aparece retratado con su Sagrada Familia.
8 ) Particularismo: Como lo exige la mente primaria, el caudillo es compadre de sus compadres, compañero de sus compañeros, amigo de sus amigos, coterráneo de sus coterráneos. En señal de amplitud, el número de estas amistades va rotando: en la clandestinidad, el pueblo; en campaña, los copartidarios; en el poder, las fuerzas vivas.
9) Retiro: Indispensable sacrificio para garantizar la adhesión de los allegados, el ofrecer que se les dará chance mediante oportunos y consecutivos retiros. Castro se retira en 1906 de una manera tan irrevocable que Gómez tiene que tumbarlo en 1908 para poder a su vez él retirarse infinitas veces antes de su prematura muerte en 1935. Betancourt anuncia su retiro apenas toma el poder en 1945; se vuelve a retirar en 1958, anunciando que vuelve sin ambiciones de poder; y se retira de nuevo en 1964, de manera tan absoluta que el 67 divide el partido, el 73 impone a CAP y el 78 a Piñita.
10 )Imposición del sucesor: Así como el retiro es indispensable y periódico, la continuidad de la causa requiere dejar un compañero de confianza que cuide el coroto. Si el compañero es pazguato, se lo deja quitar (Vargas). Si es vivo, se alza con él (Gómez, CAP). En ambos casos; urge el retorno del que se fue a Sevilla, porque, en definitiva, el que es caudillo ni se retira, ni lo retiran (Caldera).
11) Comidas criollas: Gómez come pisca. Leoni, queso guayanés. Luis Herrera de todo. CAP camina; Lusinchi engulle carite. Betancourt, condumio guatireño. Desde 1945, todos los presidentes electos (y muchos de los no electos) presentan unánime imagen de ventripotencia. “Abastecimiento” (entrega de alimentos y otros bienes por el poderoso) es el valor más mencionado en el discurso populista. El calificativo más usado para referirse al pueblo, es el de “Receptor de Alimento”. “Hambriento”, es el segundo en frecuencia.
12) Traje ruralizante: El campesino usa traje claro y sombrero para protegerse de los rayos del sol. Boves, Páez, Los Monagas y Zamora lo adoptan para las campañas militares. Crespo lo aplica – convertido en liquiliqui- para las políticas. Lo heredan Larrazábal, Caldera, y el Juan Bimba de la tarjeta blanca. CAP camina. Betancourt y Luis Herrera visten de claro, con sombrero. Es para protegerse de los rayos de la gloria.
13) Amor por los animales: El hombre del campo vive con, por y para los animales. En pleno ejercicio del poder, Páez colea toros, Falcón acaricia chivas, José Gregorio Monagas ordeña vacas, Gómez conversa con hipopótamos, Betancourt tiene perritos, lapitas y picatierras, CAP camina. Leoni protege morrocoyes. Apunta la panegírica, que un hombre tierno con los animales debe serlo también con los niños, con los humildes, y con los amigos. Más o menos en ese orden.
14) Entretenimientos populares: Galleras, mangas de coleo, patios de bolas criollas, hipódromos, botiquines. El Mariscal Falcón impone el dominó, que enseña al político a pactar alianzas de no más de un cuarto de hora, y a contar con los dedos.
15 ) Habla popular: Quien habla como el pueblo, es lo mismo que él. Lo malo es que Gómez verificó que “el pueblo está callado”. Por tanto, hay que inventar un lenguaje. Preferiblemente uno que permita seguir. Muy útiles son en este sentido:

1) el” hablar preguntao” o gomecista: “¿Qué le parece al compadre?”
2) el refranero herrerista: “Morrocoy no monta en palo”
3) toda expresión que se repite a sí misma, lo que le da aspecto de profundidad: “Calma y cordura”, “Tranquilo y sin nervios”, “áureos lingotes de oro”, “adeco es adeco”, y “ni renuncio ni me renuncian”
4) los giros de honda raigambre criolla: “sicofantes, nefelibatas, parafernalia, fifty-fifty, We will come back”.

16) Contacto con el pueblo: Pueblo y caudillo “ están en contacto”, pueblo y caudillo “se entienden”, caudillo ha hablado de “tú a tú” con todos y cada uno de los venezolanos, siempre que esté un fotógrafo presente y un ingenuo para creérselo. Pueblo son, en este caso, viejitas, indigentes y niñitos más o menos fotogénicos.
17 )Igualitarismo: “Aquí todos semos café con leche”, por lo tanto “aquí no hay discriminación racial”, por lo tanto “todos semos iguales”. El caudillo no debe apearse de estas tres falsas premisas y de sus no menos falsos encadenamientos, que confunden “ausencia de prejuicios” con “igualdad económica y social”. ¿Qué que haya Apóstoles, si no se discrimina? Prueba de ello: hasta Prieto puede ser candidato de AD.
18) Entroncamiento histórico con el Libertador: El hombre llamado a hacer historia, debe preferiblemente repetirla. Para ello, asimila su imagen con la del paradigma nacional del poder legítimo: el Padre de la Patria. Páez lo exila, pero le rinde honores. Guzmán le instaura un culto, para iluminarse con sus reflejos. Castro, según sus adulantes, “merece la corona y no la desea, mientras que Bolívar la deseaba y no la merecía”. Gómez nace y muere en las fechas onomásticas. López crea “Cívicas Bolivarianas”. Picón Salas descubre en el Plan de Barranquilla una “Segunda Carta de Jamaica”. Betancourt declara la “Segunda Independencia” al iniciar la Reforma Agraria en el campo de Carabobo. Luis Herrera conmemora el Segundo Centenario. Todo es muy de segunda.
19) Inserción en una causa: Una “Causa” es una reivindicación clasista sentida vagamente por el pueblo apenas como conjunto de carencias y necesidades. Tarea del caudillo es que no pase de ahí. Él es el servidor, luego la encarnación, finalmente el freno de la Causa (...) Si el caudillo no detiene la Causa, las Fuerzas Vivas le paran el trote a él (Ver: 1948). Venezuela pasa así de ser un país de Rebeldes sin causas, a un país de Causas sin rebeldes.
20) Dádivas: El fruto visible, argamasa consolidadora y justificación final de la “Causa”. Todo lo que el pueblo reciba, ha de sentirlo como favor particular y arbitrario del Jefe o del Partido. Tiburón se baña, pero salpica. Los caudillos rurales ofrecen tierras. Gómez da billeticos. López reparte cobijas y pesetas de a dos cerca de Miraflores. Larrazábal Plan de Emergencia. Betancourt, créditos para no ser pagados. Caldera promete casitas. Luis Herrera, bono familiar. Lusinchi, becas sueldo. Si no hay dádiva, no hay votos. Las iniciales de AD – me indicó Caupolican Ovalles – invertidas, dicen DA. Por eso, este es un país DADA. (Con los adecos se vive mejor)...

Según nuestra hipótesis, al aplicar dicha escala, al actual caudillaje político “Bolivariano”, calificando entre 01 (mínimo acuerdo) y 20 puntos (máximo acuerdo) cada una de ellas, obtendríamos sumando todas las calificaciones, un total que oscilará entre 360 y 400 puntos.
Aplique la encuesta entre familiares, amigos y colegas, se asombrará del resultado obtenido.

Conclusiones: Siguiendo el heterodoxo estilo que anunciamos inicialmente, rindiendo pleitesía a la inteligencia y capacidad reflexiva de los asistentes, y organizadores, de este Evento; los dejo en libertad para extraer sus propias conclusiones, motivadas (y posiblemente sugeridas) por la lectura de estos sencillos textos, así como por la exposición en vivo de los mismos.

NOTAS DE LA PARTE I.

(1) GRUBER, VÍCTOR (1983): “Autoritarismo y Política en la Venezuela Contemporánea” Primer Congreso del Pensamiento Político Latinoamericano. (Ponencias y Debates, Tomo II, Volumen III, pp. 355-383) . Caracas, Ediciones del Congreso de la República de Venezuela.
(2) ADORNO, T.W., y Otros (1965): La Personalidad Autoritaria. Editorial Proyección, Buenos Aires.
(3) COLOMBO, EDUARDO R (1965): “Prólogo a la Edición en Castellano”, en ADORNO Y Otros, Obra Citada, p.5.
(4) COLOMBO, EDUARDO R., Loc. Cit.
(5) JUNG, C.G. (1986): En “Epílogo”. Consideraciones sobre la Historia actual. Ediciones Guadarrama, Madrid, pp. 133-134. (6) HORKHEIMER, M., y FLOWERMAN, S.H. (1965): “Prólogo a los Estudios sobre los Prejuicios”, en: ADORNO y OTROS, Obra Citada, pp. 15-19.
(7) ADORNO y OTROS, Obra Citada, p.27.
(8) Obra Citada, pp. 256-257.
(9) EYSENCK, H. J. (1964): Psicología de la Decisión Política. Ediciones Ariel, Barcelona-España, pp.219-221.
(10) Idem.

NOTAS DE LA PARTE II.

(1) SUCRE HEREDIA, RICARDO (1998): La amenaza social y el autoritarismo en Venezuela. Caracas, Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas.
(2 ) IDEM. p.5
(3) SUCRE HEREDIA, OB. CIT. pp.28-29.
(4) Obra Citada, pp. 220-221.
(5) GRUBER VÍCTOR, Obra Citada, 374-378.
(6) BRITTO GARCIA, LUIS (1988): La Máscara del Poder. Caracas, Alfadil/Trópicos.
(7) VALLENILLA LANZ, LAUREANO (1953): Cesarismo Democrático. Caracas. Tipografía Garrido.
(8) CARRERA DAMAS, GERMÁN (1975): Validación del Pasado. Caracas, Universidad Central de Venezuela, EBUC, pp. 186-193.
(9) MONTERO,Maritza(1984).Ideología, alienación e identidad nacional. EBUC, UCV, Caracas,Venezuela. (10) MONTERO MARITZA, OB.CIT.,pp.139-144.

NOTAS DE LA PARTE III

(1) Luis Brtto García, “Los veinte Puntos del Caudillo”, en Profetariado, No. 2, Caracas, Octubre de 1986, páginas centrales.

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