miércoles, 31 de octubre de 2012

ANTECEDENTES DE LA EDUCACIÓN EN VENEZUELA SIGLO XXI: B) EL FASCISMO ITALIANO

---(Fragmento tomado de la pagina web: http://www.perfil.com/ediciones/2012/8/edicion_703/contenidos/noticia_0039.html)--- La Opera Nazionale Balilla (ONB) fue el órgano paraescolar y paramilitar del Partido Nacional Fascista (PNF) de Italia. Las juventudes mussolinianas se llamaban Balilla por Giovan Battista Perasso, “Balilla”, joven genovés que habría dado comienzo al alzamiento contra los ocupantes austríacos en 1746. Balilla era una imagen revolucionaria muy seductora para la dictadura fascista. El fascismo se propuso romper el Estado liberal y sus instituciones. Lo que más les preocupaba a Mussolini y sus secuaces era adoctrinar a los estudiantes y a la juventud. Muy temprano, en 1919, Filippo Tommaso Marinetti, creador del “futurismo” y fascista de la primera hora, proponía armar “escuelas de coraje físico y patriotismo”. Tras la triunfal marcha sobre Roma, el Duce fue tras su objetivo de fascistizar Italia, empezando por los más jóvenes. Desde 1926, Mussolini avanzó en su objetivo de “reorganizar a la juventud desde el punto de vista moral y físico”. En 1926 nace la ONB, orientada a “la asistencia y a la educación física y moral de la juventud”, estructurada para niños y jóvenes. Sus tareas: educación espiritual, cultural y religiosa, preparación militar, gimnástico-deportiva, profesional y técnica, para impartirles disciplina y educación militar, concientizándolos como “fascistas del mañana”. Centralizada al máximo, la tropa juvenil mussoliniana penetró escuelas y universidades, incluyendo docentes encargados de preparar a niños y jóvenes para una sociedad fascista. Aspiraciones colosales: organizaba destacamentos infantiles con niños de 6 años (Hijos de la Loba) hasta “vanguardistas” de 18. Los “Fasci” juveniles de combate y la Juventud Fascista encuadraban muchachos de hasta 21 años. Uniformados con camisa negra, los Balilla era una milicia paramilitar. Los “vanguardistas” del Duce fueron recibidos en Berlín por el ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, en agosto de 1933. “La educación fascista es moral, física, social y militar. Está orientada a crear el hombre armónicamente completo, al fascista que queremos”, confesaba Mussolini. Pero para formar ese “carácter” era fundamental suscitar la emotividad de los jóvenes, no su sentido crítico. Para Mussolini, “la infancia, como la adolescencia (...) no pueden alimentarse sólo de conceptos, teorías, enseñanzas abstractas. Las verdades que queremos enseñarles deben dirigirse primero a sus fantasías, a su corazón, y después a su mente”. Contra esas abstracciones tradicionales, el fascismo planteaba el “valor educativo de la acción y del ejemplo”. Activismo supuestamente “colectivo” y permanente tensión emocional serían las herramientas. El fascismo se veía como ideología e instrumento revolucionarios. En la Argentina, La Cámpora venera al Eternauta y “forma” en las escuelas a los cuadros de mañana. Ya lo anunció Cristina Fernández. www.pepeeliaschev.com

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