viernes, 14 de octubre de 2011

JOSÉ MAYORA: ¡MALANDROS! VENID A MÍ QUE TENGO FLORES--EUD--14--10--11--

¡Malandros! Venid a mí que tengo flores

JOSÉ MAYORA | EL UNIVERSAL
viernes 14 de octubre de 2011 10:04 AM

El Diccionario del Habla Común de la UCAB define malandro como una "persona joven de apariencia desagradable, que no trabaja ni estudia, con una conducta repudiada socialmente y que participa en hurtos y en acciones vandálicas y delictivas". Precisamente a este personaje se refería el presidente Chávez cuando en días pasados ofreció canjearles sus armas por becas de estudio y oportunidades de empleo, así como, fiel a su costumbre, rebautizarlos como "bienandros".

Al parecer, la inseguridad ha dejado de ser una ilusión óptica, una percepción errónea o una matriz de opinión. El problema existe al punto que el canje de las armas se propone desde el mismo palacio de gobierno, mediante una sanción positiva para tratar de lograr un cambio en la conducta desviada de los malandros. El líder parte del supuesto que el incentivo ofrecido es apreciado por los destinatarios.

La iniciativa encierra una óptica limitada del problema que trata de resolver. En el tema de la inseguridad, los malandros no son actores únicos. Los proveedores de esas armas y los destinatarios de su uso también lo son.

A los vendedores de armas no les puede resultar graciosa una medida que les afecta su nicho de mercado al cual ellos no están dispuestos a renunciar, pero no deben sentir intranquilidad pues no hay ningún anuncio que hable de combatir el comercio de armas. El ciudadano Presidente parece que no está informado acerca de cuán jugoso debe ser el mercado de las armas, dentro y fuera de Venezuela.

Aquellos esposos, padres, hijos, hermanos, sobrinos, primos, tíos que se han visto despojados violentamente de algún familiar, pueden percibir esta medida como una burla. El ciudadano Presidente parece que no escucha la voz de quienes han perdido algún ser querido por el uso de las armas en manos de "los malandros," clamando justicia. Resulta que ahora el responsable de la bala perdida que le cegó la vida a un niño, puede salir librado de tal hecho al canjear el arma homicida.

Desde la tribuna del ciudadano común y corriente, esta idea no forma parte de una acción articulada, pues la misma se lanza en medio de dos actividades que marchan paralelas, la creación de un ministerio para gerenciar las cárceles y la discusión, por parte del Parlamento Nacional, de una ley sobre desarme.

Detrás de esta noticiosa oferta se esconde una de las grandes carencias de este régimen, cual es la ausencia de políticas públicas coherentes. Articular el torrente de ideas que emanan de la imaginación del líder no es fácil, máxime cuando la burocracia oficial fue desmantelada para darle paso a una hipertrofiada administración pública que atiende misiones dirigidas por actores políticos que deciden ideológicamente.

Lo anterior contrasta con la coherencia como se asume la tarea de mantenerse en el poder. Desde el mismo Palacio de Miraflores se monta el operativo que debe dar como resultado un glamoroso triunfo electoral. Aparte del descarado uso del palacio presidencial para labores partidarias, este recinto se transforma en la caja negra de la revolución bolivariana, cuyas acciones, estoy seguro, no están documentadas ni sé si se podrán documentar.

Estoy persuadido que parte de la delicada tarea de quienes tengan bajo su responsabilidad la transición de la revolución hacia la sociedad democrática, será hilvanar las hilachas administrativas dispersas, teniendo buen cuidado de no confundir a los "bienandros" con los "malandros".

mayora.j@gmail.com

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