viernes, 27 de abril de 2012


ENTREVISTA | RAMÓN GUILLERMO AVELEDO, SECRETARIO EJECUTIVO DE LA MESA DE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA (www

"El Gobierno no cuenta con la FAN si intenta una aventura"
"El estamento militar rchaza un proyecto hegemónico que intenta acorralar a la sociedad" "Si las presidenciales se hacen por separado es muy posible que todo el mundo vaya con una sola tarjeta"



Ramón Guillermo Aveledo dice que los acuerdos a que ha llegado la MUD consolidadn la unidad, mientras que en el oficialismo viven "el prólogo de la descomposición" VICENTE CORREALE
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"CÚRESE, SEÑOR PRESIDENTE" ROBERTO GIUSTI , RAMÓN GUILLERMO AVELEDO , SECRETARIO EJECUTIVO DE LA MUD | EL UNIVERSAL
domingo 7 de agosto de 2011 12:00 AM
En las antípodas del estereotipo que define al politicastro bocón y autosuficiente, Ramón Guillermo Aveledo ha venido tejiendo, con paciencia bíblica, bajo perfil y un perfecto dominio del ego, la trama unitaria de la oposición.

Heterogénea y diversa hasta lo inaudito, la colcha de retazos se integra, desdibuja las diferencias, plancha las arrugas y entre todas las contradicciones va tomando la apariencia de un movimiento político cada vez más consciente de su responsabilidad.

-A pesar de la airada reacción del Gobierno, ¿la decisión sobre la tarjeta unitaria adoptada por la MUD, no resulta una solución salomónica para complacer a todos los factores, que al final no convence a nadie?

-Al Gobierno le golpeó la decisión por el fortalecimiento de la unidad. Ellos suponían que se trataba de algo efímero y los servicios de inteligencia que, como todo lo del Gobierno, son chimbos, le comunicaron al Presidente la inminencia de una ruptura en la MUD. Ocurrió lo contrario y eso los descolocó. Mientras en la alternativa democrática se consolida la unidad sobre la base de un contenido y un propósito, en el seno del oficialismo se vive el prólogo de la descomposición. Así lo revela la reacción ante la enfermedad del Presidente. La guerra a cuchillo y el enfrentamiento entre facciones con distintas visiones, lo obligan a la búsqueda de la reunificación.

-¿Quedaron conformes con la decisión sobre la tarjeta todos los partidos?

-La tarjeta de la unidad es una solución inteligente hallada por los dirigentes de los partidos con posiciones más encontradas sobre el tema. Ellos llegaron a un punto que trasciende la zona de entendimiento.

-El acuerdo, sin embargo, parece tener el sello de Ramón Guillermo Aveledo.

-Para que tú veas que no. La historia es que en una reunión del equipo permanente les encargué, con la aprobación de los demás, a Roberto Enríquez, Julio Borges, Cristóbal Fernández y a Aquiles Marcano, que propusieran una fórmula para resolver el problema.Ya se veía buena voluntad y esa actitud quedó plasmada en el acuerdo. Así que el mérito es ajeno y me contenta poder presentarlo así.

-Eso es tan bonito que suena a leyenda dorada.

-La virtud del entendimiento no es poca cosa. Un aporte que la Mesa le hace al país, en estos tiempo, es la capacidad de entendimiento, unas reglas claras y respeto a esas reglas en un país donde todo eso se perdió. Pero, además, se trata de un acuerdo inteligente por flexible. Eso permite que la opción política consolidada tenga mucho potencial de acuerdo a las realidades. Se crea la tarjeta, pero la adhesión a ella, por parte de los partidos, es voluntaria. Eso supone renunciar a llevar tarjeta propia, pero no cierra la posibilidad de elegir porque no se le puede imponer a nadie que renuncie a sus símbolos. o.

-¿Cómo se traduce eso en un clima electoral difuso?

-Eso permite, en caso de que las elecciones presidenciales sean separadas, que todo el mundo vaya con una sola tarjeta. Pero si las elecciones se juntan, esa tarjeta continúa como opción y los partidos mantienen las suyas.

-Si las presidenciales van separadas habría una sola tarjeta. ¿Quiere decir que los partidos dejarían de presentar las suyas?

-Es muy posible porque ante la eventualidad de una elección presidencial separada, ese símbolo adquiriría un valor superior, adicional, y ningún partido ha hecho punto de honor, ni siquiera los que se oponían alegando razones prácticas, a la tarjeta de la unidad. Entonces es perfectamente posible. Pero como dentro de los mismos supuestos está que yo pueda apoyar con tarjeta propia a los candidatos unitarios, podría coexistir con otras. Es un instrumento flexible que nos permite utilizarlo de acuerdo con los movimientos del adversario.

-¿Qué movimientos?

-Si se revive el Polo Patriótico, (que no han podido) y tenemos un reguero de tarjetas del chavismo, se analizará qué resulta más conveniente porque estamos en capacidad de desarrollar nuestras potencialidades según las circunstancias.

-Insisto. ¿Si las presidenciales son por separado, existe la posibilidad de que los partidos desistan de sus propias tarjetas y se presente una tarjeta única?

-Una tarjeta de unidad

-Digo, una sola tarjeta.

-Claro. Y soy deliberadamente cuidadoso en las anticipaciones para no perder las ventajas del instrumento, es decir, la flexibilidad. Por eso el adversario no sabe, exactamente, qué vamos a hacer y eso le dificulta sus propios arreglos estratégicos. Por eso atacan con tanta virulencia. Quieren un blanco fijo y como no lo ven por ninguna parte disparan al vacío.

-Lo mismo puede pensarse de la oposición en relación con la estrategia del Gobierno. Si algún panorama luce difuso es el del oficialismo. No se sabe, ni siquiera, si Chávez será candidato.

-Ni siquiera se sabe si este es un Gobierno.

-Como que no, si se le acusa de interventor, abusivo y totalitario.

-De vocación totalitaria, hegemónica y dictatorial. Pero no es ninguna de esas cosas. Además, los gobiernos buscan soluciones, pero este crea problemas y en vez de resolverlos los alborota. Es todo lo contrario de un gobierno. La política existe para que haya un orden.

-¿No implican las revoluciones la supresión del orden establecido para crear uno nuevo surgido del desorden?

-Pero son distintos momentos revolucionarios. Este Gobierno, que tiene la autoimagen y creencia de ser revolucionario, sufre de un tremendo déficit de epopeya. Y eso le crea una crisis de identidad que deberá resolver desde la oposición.

-Esa carencia de épica, ¿no puede compensarla con acciones que vayan más allá de los límites democráticos, tal y como se desprende de las declaraciones por parte de algunos generales?

-El general Rangel Silva declaró en esos términos y contados oficiales generales han recurrido a términos remotamente similares, aunque nunca tan específicos. Antes lo hizo el mismo Presidente y eso, misteriosamente, tuvo menos repercusión. Luego el gobernador de Barinas, Adán Chávez, se refirió al asunto. Pero nadie más en la Fuerzas Armada ha hablado de eso. A pesar de los estímulos para que lo hagan porque el Presidente premió al general que dijo tal barbaridad. Eso no tuvo ninguna repercusión en la FAN.

-Ultimamente sí.

-En una de sus andanadas de insultos contra la MUD, el Presidente dijo que se debía hacer lo humanamente posible para evitar que la MUD gobernara, pero dentro del marco de la Constitución. Eliminaron el lema de "Patria Socialista o Muerte" y hay un retroceso, seguramente táctico, basado en la realidad, porque ese tipo de afirmaciones no tiene ningún tipo de asidero en la Fuerza Armada. Es un grupito de altos oficiales cuyas declaraciones resultan contrarias a la formación y cultura militar. Todas esas referencias políticas e ideológicas producen repulsión en el espíritu constitucional del estamento militar. En general, en la Fuerza Armada hay una actitud muy bien interpretada por el artículo 328 de la Constitución. Y el Gobierno introduce matices y modificaciones en su discurso porque entiende que no contaría con la Fuerza Armada para una aventura.

-¿Dices que no contaría o no cuenta?

-No cuenta, en caso de una aventura.

-¿Está condicionado el Presidente por la Fuerza Armada?

-Entre otras realidades del país. La Fuerza Armada es como Venezuela y a ésta no le gusta un proyecto hegemónico que tienda a acorralar a la sociedad.

-¿Quiere decir eso que si el Gobierno intentara un fraude habría una rebelión?

-No tendría compañía. Pero rebelión sería la del Gobierno si se pronuncia contra la Constitución y la decisión del electorado. Carecería de acompañamiento para una aventura de esa naturaleza.

-Entonces ese proceso de adoctrinamiento, de ideologización y de formación de un tipo de militar distinto al que históricamente conocemos, ¿ha fracasado?

-Esa es nuestra percepción. Los intentos ideologizadores han tenido bajo impacto en el conjunto de la institución y tienen mucho rechazo. Rechazo que no se manifiesta en actos de indisciplina, ni de la desobediencia, sino de reticencia. No se sienten cómodos con esa formación ni tampoco con la milicia, que para ellos son civiles disfrazados de militares.

rgiusti@eluniversal.com


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