Conjunto de artículos sobre temas variados de naturaleza política, social, económica, humorísticos, y filosóficos; publicados, o por publicarse en diferentes páginas web, o medios impresos; escritos por mi persona, o por otros autores; y que abarcan problemas relativos a Venezuela, América Latina, y el resto del mundo.
sábado, 7 de diciembre de 2013
VMGF: SOBRE LA ALQUIMIA POLÍTICA VENEZOLANA--VI--CARACAS, 07--12--2013--
SOBRE LA ALQUIMIA POLÍTICA VENEZOLANA—VI—
VMGF—CARACAS, VENEZUELA--06—12—13—
A) Siempre me he preguntado la causa del prolongado mandato de Juan Vicente Gómez que duró 27 años (1908—1935), hasta morir en su lecho supuestamente el 17 de diciembre de 1935, casualmente el mismo día de la muerte de El Libertador Simón Bolívar; y como aparece “legalmente” nacido el mismo día que El Padre Fundador de la República, podríamos afirmar que fue la propia “reencarnación” del Héroe, y por supuesto también muy “Bolivariano” en su vida y ejecutorias. Leemos en la Wikipedia:
“Juan Vicente Gómez Chacón (24 de Julio de 1857, La Mulera, estado Táchira, Venezuela - 17 de diciembre de 1935, Maracay, Aragua) fue un dictador venezolano que, como tal, gobernó de manera totalitaria su país desde 1908 hasta 1935. Entre sus logros más notorios, destacan la conformación del Estado moderno en Venezuela, la eliminación de los caudillismos criollos y la cancelación de las deudas de la nación. Su régimen fue criticado y tildado de autocrático y opresivo con quienes disentían de sus prácticas. Sus detractores lo llamaban «el bagre», apodo de los lugareños tachirenses”
B) Si aplicamos el concepto alquímico del “Espíritu de una substancia” obtenido por destilación, me atrevería a contestar la pregunta sobre el dilatado mandato de Juan Vicente Gómez, diciendo:
¡GÓMÉZ REPRESENTABA EL “ESPÍRITU” (CONCENTRADO, O DESTILADO) DEL PUEBLO VENEZOLANO DE SU ÉPOCA!
En cada casa de familia había un Jefe (Padre, o substituto) de creencias, actitudes, y conductas, similares a las de J. V. Gómez; igual que en cada hacienda un dueño, o un caporal, que lo imitaba; lo mismo dentro de una Casa Comercial, Ministerio, Jefatura Civil, Escuela, o Iglesia; en los caseríos campesinos,, en las calles de los pueblos y ciudades, un habitante común se tropezaba con un imitador, alter ego del Tirano, o simplemente. Él mismo lo llevaba muy metido dentro de sí.
C) DECÍAMOS EN 1998…< Los “encuestólogos” como los llama la gente común y corriente, estimaban hasta no hace muchos días, que el resultado electoral, de las próximas elecciones, estaría –“por ahora”--, entre Irene Sáez y Hugo Chávez; pero, por detrás ( y por debajo) de las corrientes de simpatía hacia ambas candidaturas, se observa el choque (y la convergencia) de complejas fuerzas tradicionalistas y hasta arquetípicas, al más clásico estilo jungniano.
ELLA, figurativamente, es la mujer, la virgen intocada, la madre potencial de todos nosotros; la bella asediada por la bestia; la vestal que hizo un juramento de castidad, que está muy ocupada para pensar en el amor, puesto que dedica todo su tiempo a trabajar por la redención y salvación de su pueblo.
ÉL, en el imaginario popular, es el guapo de barrio, el macho criollo; el hombre con “riñones” que se alzó en la defensa de su pueblo; el Juan Charrasqueado del lugar, el hombre de a caballo, el nuevo “Maisanta”; el potencial galán de todas las mujeres; el militar con asesoramiento “civil” de doctores, filósofos, universitarios y empresarios; en fin la “Bestia” que acosa a la “Bella”.
Si ambos se aliaran, de alguna manera, hipótesis posiblemente negada hasta el infinito, pero no descartable en modo alguno, significaría la caída del país en el más obscuro tradicionalismo, en el más puro irracionalismo. Ambos son las caras de una misma moneda, el alfa y el omega de una Venezuela de antaño, instrumentada, en la actualidad, con las más modernas tecnologías de comunicación (y manipulación de masas).
¿Se darán las condiciones míticas para que la “Bella” rinda su pureza ante el acoso de la “Bestia”? No tenemos respuestas exactas a la mano; puesto que estos roles son intercambiables y pueden sufrir innumerables transfiguraciones o metamorfosis. El tema del autoritarismo, como irracionalidad hecha poder (o aspirando a el), me tiene atrapado desde hace muchos años; sobre todo al observar (y reflexionar) sobre Venezuela y las actitudes del venezolano, tanto en posiciones de mando como de obediencia; lo he dicho muchas veces, sobre todo en el aula de clase; lo he escrito menos veces; mucha gente de más luces que este autor, lo ha dicho y escrito: hay una especie de “fascismo” criollo potencial en el país, que se manifiesta en todas las capas de la población; las preferencias hacia estas dos figuras (y hacia otras que no nombramos) apuntan hacia allá>…
Todos conocemos el desenlace de la confrontación electoral de 1998; también la alianza política circunstancial que se dio posteriormente, para la elección de gobernador en Margarita (Nueva Esparta). Retomo, en todas y cada una de sus partes lo escrito en julio de 1998, y aspiro dar algunas de las razones que expliquen, en la medida de lo posible, los rasgos de autoritarismo que se observan en la realidad cotidiana nacional.
(Véase la ponencia: Víctor M. Gruber F., “Venezuela, elecciones de 1998: Irene Sáez vs. Hugo Chávez ¿Iguales o distintos, en qué medida?”. En: VIII SIMPOSIO DE LA CIENCIA POLÍTICA EN VENEZUELA: GLOBALIZACIÓN, DEMOCRACIA Y GOBERNABILIDAD. Caracas, 21,22, y 23 de julio de 1998. )
D)Urfacismo versus Urchavismo
Victor M. Gruber F.--Notas Críticas al “ Proceso” 1998—2005—
Jueves, 10 de marzo de 2005
Introducción:
Comentaremos, para este escrito, un resumen de Humberto Eco sobre “El fascismo eterno o Ur Fascismo” (1). También usaremos, dada su importancia local, algunas de las propuestas de Britto García sobre los “20 Puntos del Caudillo” (2). El resto del material es de mi propia factura, sobre la base de textos críticos al “proceso revolucionario”, muy mal llamado “bolivariano”, escritos a lo largo del período estudiado (1998—2005). Algunos de ellos han sido publicados en la prensa nacional, otros no; pero todos han sido leídos por colegas, amigos, y familiares, que están en mi lista de correo electrónico. Las limitaciones de espacio hacen imposible un plan más ambicioso, el cual será diferido, una vez más, para otra ocasión. El texto de Eco estará resaltado en negritas, para diferenciarlo de mis comentarios, y observaciones, sobre lo que se ha dado en llamar el “proyecto”, o “proceso”, del chavismo -- o chavecismo --, que se ha manifestado en la Venezuela de nuestros días. Igualmente diferenciaremos, en cursivas, las partes textuales de Luis Britto García. Sin más preámbulos daremos comienzo a nuestra exposición.
E) El fascismo eterno (un resumen de Humberto Eco)
El fascismo fue, sin lugar a dudas, una dictadura, pero no era cabalmente totalitario, no tanto por su tibieza, como por la debilidad filosófica de su ideología. Al contrario de lo que se puede pensar, el fascismo italiano no tenía una filosofía propia: tenía sólo una retórica. La prioridad histórica no me parece una razón suficiente para explicar por qué la palabra «fascismo» se convirtió en una sinécdoque, en una denominación pars pro toto para movimientos totalitarios diferentes. No vale decir que el fascismo contenía en sí todos los elementos de los totalitarismos sucesivos, digamos que «en estado quintaesencial». Al contrario, el fascismo no poseía ninguna quintaesencia, y ni tan siquiera una sola esencia. El fascismo era un totalitarismo fuzzy. No era una ideología monolítica, sino, más bien, un collage de diferentes ideas políticas y filosóficas, una colmena de contradicciones.
COMENTARIO DE VMGF: Difícil encontrar mejores palabras para identificar nuestro “fascio-comunismo-populista” local, mal llamado “bolivariano”— (como si Bolívar tuviese algo que ver con semejante adefesio)--; mejor conocido como “chavismo” o “chavecismo”. Repito siguiendo a Eco, casi letra por letra:--No es una ideología monolítica, es un “collage” de diferentes ideas políticas y filosóficas, una colmena de contradicciones—Basta recordar todos y cada uno de los discursos del “Líder máximo”, mutante según los diferentes escenarios locales, regionales, nacionales, e internacionales, para poder referirse a ellos como un perfecto “popurrí”, o más criollamente (como sería de su propio gusto), una especie de “sancocho cruzao” político-ideológico.
El término fascismo se adapta a todo porque es posible eliminar de un régimen fascista uno o más aspectos, y siempre podremos reconocerlo como fascista. A pesar de esta confusión, considero que es posible indicar una lista de características típicas de lo que me gustaría denominar Ur-Fascismo, o fascismo eterno. Tales características no pueden quedar encuadradas en un sistema; muchas se contradicen mutuamente, y son típicas de otras formas de despotismo o fanatismo, pero basta con que una de ellas esté presente para hacer coagular una nebulosa fascista. (Subrayado por VMGF)
F) PRIMERA CARATERÍSTICA DEL URFASCISMO (H. ECO)
Culto de la tradición, de los saberes arcaicos, de la revelación recibida en el alba de la historia humana encomendada a los jeroglíficos egipcios, a las runas de los celtas, a los textos sagrados, aún desconocidos, de algunas religiones asiáticas. Cultura sincrética, que debe tolerar todas las contradicciones. Es suficiente mirar la cartilla de cualquier movimiento fascista para encontrar a los principales pensadores tradicionalistas. La gnosis nazi se alimentaba de elementos tradicionalistas, sincretistas, ocultos. La fuente teórica más importante de la nueva derecha italiana, Julius Evola, mezclaba el Grial con los Protocolos de los Ancianos de Sión, la alquimia con el Sacro Imperio Romano. Si curiosean ustedes en los estantes que en las librerías americanas llevan la indicación New Age, encontrarán incluso a San Agustín, el cual, por lo que me parece, no era fascista. Pero el hecho mismo de juntar a San Agustín con Stonehenge, esto es un síntoma de Ur-Fascismo.
COMENTARIO DE VMGF: No es tan alambicado nuestro “chavismo” político-ideológico. Pero no debemos olvidar las constantes referencias a las glorias del pasado independentista de Venezuela y las otras repúblicas bolivarianas; la adoración a Bolívar, a su espada, a cada una de sus palabras y dichos, a su tumba y otros objetos personales; y por extensión, la veneración a los héroes guerreros que le acompañaron en su gesta, excepto los que supuestamente “traicionaron” (¿?) el proyecto bolivariano como J.A. Páez, y los separatistas de 1830, por ejemplo. Lo anterior hace diferenciar muy poco, cualitativamente, a la llamada “V República” de las otras anteriores, aunque cuantitativamente la actual les gana con creces en todo.
Recientemente fue “enterrado” el cacique Guaicaipuro en el Panteón Nacional, ceremonia funeraria y ritual en la cual participó el “Líder máximo”, acompañado de sus partidarios y de los cultores indigenistas; se fumó la “pipa de la paz” junto a un representante de los caciques de América del Norte, debidamente adornado con plumas de colores.
Tampoco debemos dejar de lado que se danza al ritmo de los “Diablos de Yare”, o de cualquier otra expresión típica folklórica; que existe el proyecto de un “Consejo de Iglesias” de la República Bolivariana de Venezuela, que agrupe con apoyo presupuestario oficial, a todas las creencias, incluyendo las más exóticas, ocultistas, o extravagantes; que uno de esos grupos lanzó la propuesta de elevar al Presidente a la categoría de “Obispo” de su Iglesia.
Ello completaría el esquema de liderazgo total y absoluto, en lo político, militar, social, y religioso, tipo “talibán”, al cual pareciera aspirar el actual mandatario. Entre celebraciones patrióticas, desfiles militares, reuniones ministeriales, y partidarias; marchas, gaitazos, cadenas de radio y TV, y otros festejos, del mejor gusto del grupo gobernante, la nación vive en una especie de “Acto Cultural” permanente, como en los mejores tiempos de las escuelas primarias de la Venezuela agropecuaria, tradicionalista.
FUENTE: http://www.analitica.com/va/politica/documentos/3130314.asp
G) EN RELACIÓN A ESTE ASPECTO CULTURAL TRADICIONALISTA HEMOS ESCRITO SOBRE EL URFASCISMO, Y EL URCHAVISMO:
Tradicionalismo Cultural Castro-Chavista Victor M. Gruber F. --En Internet, 24 de junio del 2005---
Dice Humberto Eco, que uno de los rasgos del Ur-fascismo, o fascismo eterno, es el “Culto de la tradición, de los saberes arcaicos, de la revelación recibida en el alba de la historia humana encomendada a los jeroglíicos egipcios, a las runas de los celtas, a los textos sagrados, aún desconocidos, de algunas religiones asiáticas. Cultura sincrética, que debe tolerar todas las contradicciones. Es suficiente mirar la cartilla de cualquier movimiento fascista para encontrar a los principales pensadores tradicionalistas. La gnosis nazi se alimentaba de elementos tradicionalistas, sincretistas, ocultos. La fuente teórica más importante de la nueva derecha italiana, Julius Evola, mezclaba el Grial con los Protocolos de los Ancianos de Sión, la alquimia con el Sacro Imperio Romano. Si curiosean ustedes en los estantes que en las librerías americanas llevan la indicación New Age, encontrarán incluso a San Agustín, el cual, por lo que me parece, no era fascista. Pero el hecho mismo de juntar a San Agustín con Stonehenge, esto es un síntoma de Ur-Fascismo”
No es tan alambicado nuestro fascio--comunismo--castro--chavista, muy mal denominado “bolivariano”, y ahora como “socialismo del siglo XXI”; pero no debemos olvidar las constantes referencias a las glorias del pasado independentista de Venezuela, y de las otras repúblicas bolivarianas; la adoración a Bolívar, a su espada, a cada una de sus palabras y dichos, a su tumba, a su ropa, y otros objetos personales, tal como la sagrada bacinilla donde hacía sus biológicas necesidades. Y por extensión, la veneración a los héroes guerreros que le acompañaron en su gesta; excepto los que supuestamente “traicionaron” el proyecto bolivariano como J. A. Páez, y los separatistas de 1830, por ejemplo.
Lo anterior hace diferenciar muy poco, cualitativamente, a la llamada “V República” de las otras anteriores, aunque cuantitativamente la actual les gana con creces en todo: ineficiencia, demagogia, clientelismo, populismo, corrupción, personalismo, caudillismo, autocratismo, represión, y militarismo. Recientemente fue “enterrado” el cacique Guaicaipuro en el Panteón Nacional, ceremonia funeraria y ritual, en la cual participó el “Lider Máximo”, acompañado de sus partidarios, y de los cultores indigenistas; se fumó la “pipa de la paz” con un representante de los caciques de América del Norte, debidamente adornado con plumas de colores.
Tampoco debemos dejar de lado que se danza al ritmo de los “Diablos de Yare”, o de cualquier otra expresión típica folklórica; que existe el proyecto de un “Consejo de Iglesias” de la República Bolivariana de Venezuela, que agrupe con apoyo presupuestario oficial, a todas las creencias, incluyendo las más exóticas, ocultistas, o extravagantes; que uno de esos grupos lanzó la propuesta de elevar al Presidente a la categoría de “Obispo” de su Iglesia.
Ello completará el esquema de liderazgo total y absoluto, en lo político, militar, económico, social, y religioso, tipo “talibán”, al cual pareciera aspirar el actual mandatario.
Entre celebraciones patrióticas, desfiles militares, reuniones ministeriales, y partidarias; marchas, gaitazos, cadenas de radio y TV, y otros festejos, del mejor gusto del grupo gobernante, la nación vive en una especie de “Acto Cultural” permanente, como en los mejores tiempos de las escuelas primarias de la Venezuela agropecuaria, tradicionalista; tal como en Guasipati --donde estudié los primeros grados--, Sabaneta, o cualquier otro pueblito, de la Venezuela provinciana y rural.
Todos evocamos con la ternura propia de los años infantiles los "Actos Culturales" que se realizaban en la Escuela: se bailaban y cantaban piezas como "El Maremare", "El Sebucan", "La Burriquita","El Himno al Árbol" y muchas otras; se hacían pequeñas representaciones teatrales de temas patrióticos, religiosos, o populares; se declamaba; se premiaban los mejores alumnos o cursos.
Nunca olvidaré, las lágrimas derramadas por mí, ante cada lectura dramatizada de la última proclama del Libertador: ¡Unión, unión, o la anarquía os devorará”; tampoco la emoción ante la temeraria audacia de aquella frase: "Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca".
Siendo un niño de corta edad me tocó declamar, en honor a Bolívar (cito de memoria): "Juran que tuvo en su faz/ lo que salva y lo que aterra/ rayos de muerte en la guerra y arcoiris en la paz/ cuando creyeron quizás que se cansaba su brazo/ hizo en la América un trazo/ y con aguas del Orinoco/ fue a regar el Chimborazo/ ”
Tampoco faltaban las alusiones a Simón Rodríguez, Maestro del Libertador; a la Negra Matea, su madre de leche, y a toda la iconografía de los Santos Padres de la Patria, según el caso, y la región, donde estaba ubicada la Escuela. Este proceso de "socialización" escolar tiene efectos profundos y prolongados en los niños (futuros adultos), y hay quienes no pueden escapar a su influencia en toda la vida, tal como lo observamos hoy en el liderazgo “bolivariano”.
Lo anterior viene al caso con motivo de los "Grandes Actos Culturales Nacionales" que vivimos, de cuando en cuando, con las visitas del Patriarca Otoñal cubano a su Alter Ego criollo, y el respectivo pase de relevo, de la "Antorcha Revolucionaria" para Venezuela, Latinoamérica, y el resto del Mundo. Venezuela, es hoy, un "Acto Cultural Permanente", de la mejor factura rural, tradicionalista, decimonónica, cubana-venezolana. Relea entonces, apreciado lector, el texto de Humberto Eco, con el cual abrimos este escrito.
Atentamente: Víctor M. Gruber F.— gruberv@cantv.net
FUENTE: http://victormgruberf.blogspot.com/2013/10/vmgf-tradicionalismo-cultural-castro.html
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
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ADORNO y OTROS, Obra Citada, p.27.
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MONTERO,Maritza(1984).Ideología, alienación e identidad nacional. EBUC, UCV, Caracas,Venezuela.
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SUCRE HEREDIA, RICARDO (1998): La amenaza social y el autoritarismo en Venezuela. Caracas, Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas.
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VALLENILLA LANZ, LAUREANO (1953): Cesarismo Democrático. Caracas. Tipografía Garrido.
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