TalCual, Cartas Al Director, 01-02-2002-
Asamblea infernal
(Lectura especial para nuestros blasfemos "bolivarianos"). En el Canto IV de Jerusalén libertada, escribe el poeta Torquatto Tasso: "Llama a quien moran en la sombra eterna, de la tartárea trompa el rebramar: treme la inmensa lóbrega caverna; rimbomba el aura ciega a su tronar (...) Turbas varias de dioses infernales hacia la puerta vuelan elevada. ¡Oh qué rostros! ¡qué horrores abismales! ¡cuánto terror y muerte en su mirada! Huellan la tierra allí plantas ferales, la sien por haz de sierpes circundada; van arrastrando cola gigantea, que se anuda, repliega, serpentea (...) Horrenda majestad su faz clarea y su soberbia aterradora acrece.
Veneno y sangre, su ojo centellea, cual infausto cometa, y se enfurece (...) y a guisa de vorágine profunda, su boca se abre, en negro cruor, inmunda (...): Tartáreos dioses, dignos de partido más alto, allá, que el sol, do vuestra cuna; a quien, nuestro feliz reino perdido, hundió el gran caso en tan feroz fortuna: del otro el suspicaz desdén ardido, eterno veis -la nuestra empresa es una- y él a placer hoy las estrellas gira y a nos cual a rebelde gente mira.
Y en vez del día placentero y puro, del áureo sol estrellas, firmamento dentro nos cierra de este abismo obscuro veda aspiremos al más alto asiento; y luego -¡ay, cuánto es memorarlo duro ésta es mi cuita y mi mayor tormento- al hombre al trono célico ha subido: al hombre vil, del fango vil nacido".
Víctor Grüber
CI 1.730.472
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