PRIMER GOLPE
Entre el pajarito y el
Tucano
Quiénes iban a tocar la trompetas para derrumbar murallas en esta
“Operación Jericó”, nombre clave de la más reciente olla de la colección “Ahí
viene el lobo”, en la cual habría que contar dos decenas de asonadas, develadas
siempre antes o después de que el gobierno anuncie medidas antipopulares, como
ahora con esta mega devaluación que ha puesto el bolívar a valer mucho menos de
un centavo de dólar?
Hay cuatro chivos expiatorios -jóvenes tenientes, no generales, ni
coroneles o comandantes- a buen recaudo, para darle un barniz de crédito a un
inverosímil levantamiento que nadie, por lo visto, se toma en serio.
Se ha implicado a oficiales de un componente de la FANB, la Aviación, que,
como la Armada, siempre ha sido blanco de los coscorrones por parte del
Ejército, el cual cree descender en línea directa de las huestes de Bolívar.
Pero Simón Bolívar murió pobre y sus dizque descendientes están hoy uniformados
de millonarios.
Por eso no es de extrañar que el comportamiento de estos señores y el
lenguaje que emplean esté reñido con la herencia Bolívar, hombre probo, de
buenos modales y lenguaje educado tanto en el cuartel como ante los integrantes
del poder civil. Jamás usó el lenguaje grosero propio de cobardes, ni el
chisme, o el insulto contra sus enemigos, a los cuales prefería enfrentar en
los campos de batalla.
Bolívar comía junto a sus soldados las escasas raciones y desaprobaba la
gula, las francachelas y borracheras, al contrario de sus hoy supuestos hijos
que, de casualidad, caben en el uniforme.
Quizás por eso odian a la Armada y la Aviación. De manera que este “golpe
de tucán” suena raro. Quién sabe qué habrán susurrado en los pasillos esos
oficiales que los espías cubanos han sapeado sin que, aparte de una serie
risible de fotos de armamentos de cuestionable procedencia, haya pruebas
fehacientes de un complot para derribar a un gobierno que hace tiempo camina en
la cuerda floja porque ni el jefe ni sus allegados dan muestras de entender los
problemas que aquejan a la población.
Si oficiales de la Aviación estuviesen implicados en una aventura golpista,
¿para qué diablos iban a buscar un Tucano en el exterior, si en el patio se
dispone de una flota en la que bastante real se malgastó? ¿O es que el estado
de esos aviones es tan deplorable como la gestión de gobierno?
La conspiración denunciada está viciada de falsedad desde el momento en que
meten en el mismo saco a los complotados y a los sospechosos de costumbre, a
los que se señala de escoger los puntos que habrían de atacar en Caracas (el
Sebin en Plaza Venezuela, Ministerio de la Defensa, Alcaldía Mayor, Alcaldía de
Libertador, TSJ, Ministerio de Educación, Seguro Social, Cancillería, Banco
Central, Fiscalía General).
Con este supuesto alzamiento, el número de “golpes” cocinados por la
propaganda rojita supera al que haya recibido el más chimbo de los boxeadores.
Igualmente, el nuevo (¿?) intento de magnicidio compite con los de Chávez en el
libro Guinness del récord de los embustes.
SEGUNDO GOLPE
Las cinco reglas del socialismo:
1. No pienses.
2. Si piensas, no hables.
3. Si hablas, no escribas.
4. Si escribes, no firmes.
5. Si firmas, no te sorprendas.
Estas reglas tuvieron su punto de
germinación en Polonia durante los ochenta, donde sirvieron como prefacio para Kawal
Polski, un libro de chistes políticos impreso de manera clandestina
y circulado de mano a mano por varios años antes del colapso final del gobierno
socialista, cuyas censuras y opresiones buscaba advertir.
Por más que la lista no haya sido
fruto de la mente venezolana, refleja de manera casi perfecta las tristes
circunstancias en las que la libertad de expresión se encuentra durante este
periodo histórico –el ocaso de la llamada quinta república
bolivariana–. Para cualquiera que haya sido purgado de algún medio por
compartir con sinceridad su perspectiva, o que por apenas fijar su nombre han
perdido empleos, fortuna y hasta la libertad –las reglas ya son conocidas.
Cada vez que veo a nuestro
presidente, o algún otro de su calaña (Correa, Kirchner, etc.) delirar respecto
a las “guerras mediáticas” que supuestamente empeñan en socavar sus regímenes,
no puedo dejar de pensar que tienen razón. Sí hay una guerra mediática, pero no
es una guerra de izquierda con derecha, de corporación contra el pueblo, ni de
imperialismo con patriotismo.
Es una guerra de exterminación
del régimen contra los demás y busca nada menos que la erradicación completa de
toda perspectiva que no se alinee con la versión “aquí y ahora” de lo que todos
“debemos” pensar. Es una guerra que llevamos años perdiendo, pero que, para el
régimen, resultará imposible de ganar. Como la hidra de los mitos
antiguos, por cada cabeza que nos corten, dos más nos crecerán.
Algún día los artefactos de
nuestra resistencia serán también reliquias, igual que las “cinco reglas del
socialismo polaco”. Sería un ciclo, bastante apto, que algún pueblo privado en
un futuro distante nos vea y piense que “si hasta en Venezuela se pudo, aquí
también podemos hacerlo”. Al fin y al cabo, la libertad siempre triunfa. Es
lenta, es tortuosa y es desordenada, pero es inevitable.
TERCER GOLPE
Tortura con T de Tarek
Para Tarek William Saab, el nuevo defensor del pueblo, que tres
muchachos permanezcan privados de libertad, a cinco sótanos de profundidad,
completamente incomunicados, encerrados en celdas diminutas, gélidas como una
cava de la morgue, no es tortura. Que estos muchachos lleven cinco meses
sepultados en esos calabozos donde es imposible saber cuándo es de noche o de
día, para el defensor del pueblo, no es tortura. Que Lorent, Gerardo y Gabriel
no escuchen sino sus pensamientos transformados en gritos y la única luz que
reciban sea la de las lámparas incandescentes que jamás se apagan, no es
tortura. Para Tarek–quien ventila en su currículo la defensa de los derechos
humanos, presidió la Comisión de Derechos Humanos de la Constituyente para la
elaboración de la nueva carta magna bolivariana y a quien tantas veces oí
reclamar por la libertad de inocentes y condenados en esos años que los
chavistas llaman la cuarta república– esta situación no es tortura. Quizá
porque no hay evidencia de morados o golpes, ni carne ensangrentada –al rojo
vivo– donde antes, alguna vez, hubo uñas; quizá porque tampoco lucen huellas de
grilletes ajustados en tobillos y muñecas. Tarek se escuda aludiendo a sus
apenas cinco meses en el cargo; argumenta que ya asignó a una fiscal que
visita, con alguna frecuencia, a Lorent, Gerardo y Gabriel. Argumenta que lo
que hasta ahora han detectado es el retraso procesal, muy ligado a esas
aberraciones legales y jurídicas, que nada tiene que ver con las condiciones
abyectas en las que mantienen a estos tres jóvenes encerrados. Por eso, para
él, los sótanos del Sebin de Plaza Venezuela no pueden calificarse como
tortura, mucho menos decir que quienes allí permanecen, sepultados en vida,
están siendo torturados.
Y me voy a permitir transcribir un extracto del excelente artículo
que recientemente escribiera mi amiga Adriana Vigilanza: “Con Gerardo están
Lorent Saleh y Gabriel Valles. Detenidos en diferentes circunstancias. Los
únicos que pueden visitarlos son sus padres. No tienen teléfono, ni TV, ni
libros. ‘La Tumba’, su lugar de reclusión, consta de celdas
asiladas que miden 2 x 3 metros cada una. Están todas pintadas de blanco. Están
allí, enterrados vivos, víctimas de lo que la ONG Justicia y Proceso Venezuela,
dirigida por la Dra. Theresly Malavé, quien fue la primera en echarse al hombro
el dar a conocer este horror y quien también fue abogado de los comisarios
Lázaro Forero y Henry Vivas, más 8 policías metropolitanos (sentenciados todos
por orden de Chávez, junto con Iván Simonovis, según una confesión libre que
hizo en Costa Rica el presidente de la Sala Penal del Tribunal Supremo de
Justicia venezolano, Aponte Aponte, firmante de esa condena), nos explica que
se denomina ‘aislamiento celular’, tortura psicológica grave. ‘Pretenden
enloquecerlos’. ¿Para qué?…Según gritó a viva voz Lorent Saleh, en los
pasillos de los tribunales, de vez en cuando los visita una fiscal del
Ministerio Público. Ella les transmite ciertas exigencias que hacen ‘desde
arriba’. Los quieren acusando a Leopoldo López, a María Corina Machado, a
Antonio Ledezma, entre otros, de ser parte de un plan conspirativo contra el
régimen. Los jóvenes insisten en que eso es falso. Se niegan a mentir y, por
eso, los torturan. Mientras, el juez de su causa, Miguel Graterol, al verlos en
diciembre, se quejó porque ante la explosión de rabia e indignación que Lorent
sintió en su presencia, no pudo ‘desearle feliz año”.
Conozco a Adriana Vigilanza y también a Theresly Malavé y, de
ambas, siempre he admirado el temple y la pasión con la que defienden una
causa. Y el miedo, aunque no dudo lo hayan sentido, no las ha frenado jamás
para hacer una denuncia. Se llama aislamiento celular lo que le están aplicando
a Lorent, Gerardo y Gabriel, y eso, Tarek, es una tortura. Pero quisiera
concederle el beneficio de la duda al recién estrenado defensor. Quiero apelar
a su trayectoria en pro de los derechos humanos. Apelar a su memoria y al
recuerdo de esos días cuando iba de periódico en periódico, de canal de TV en
canal de TV, de emisora en emisora, cargado de denuncias y poemas, pidiendo una
oportunidad para ser la voz de las víctimas de aquel entonces. Recordarle esos
días en los que la vida de la gente valía más que una militancia partidista o
la devoción a un líder. Prevenirlo, porque en regímenes como el actual, es muy
fácil terminar siendo cómplices de una sanguinaria ideología… ¡Mucho cuidado!
porque tortura se escribe con T de Tarek.
El abecé de esta revolución ha sido hasta
ahora la mentira, la polarización y la fractura. Y Chávez supo hacerlo. Supo
dividir, mentir y polarizar para aferrarse al poder cual mago perverso. Hoy se
sienten las secuelas y perduran estas prácticas. Y para luchar contra estas
artimañas fue que salió un contingente de jóvenes de nuestro país. Y a un año
de ese triste Día de la Juventud, que desencadenó una ola de marchas, protestas
y muertes, no logro sino pensar en esos muchachos que salieron con la única
ilusión de ser promotores de un cambio y trazar la ruta hacia un país mejor;
pero que jamás regresaron a sus hogares. La muerte o la cárcel –con su tortura–
fue lo único que encontraron.
CUARTO GOLPE
Ahora que somos pobres
nos dan la espalda
En fecha 27 de diciembre pasado, cuando el gobierno ya se había
embarcado en la onda de culpar a una supuesta “guerra económica” de los
difíciles momentos que atraviesa la república, en esta misma columna escribimos
un artículo titulado “¿Guerra económica o mal gobierno?” en el que aspirábamos
a desnudar la técnica gubernamental de nunca ser culpable de nada porque todo es
culpa de la cuarta república (fenecida hace 16 años), de la “oligarquía”
(desmantelada ya) de la MUD (languideciente) o hasta de la Madre Teresa de
Calcuta pero nunca de los conductores ideológicos ni de los ejecutores del
proyecto “socialista del siglo XXI”.
Hoy, en los casi dos meses transcurridos desde el fin de año, el
cuadro se ha agudizado, las restricciones se incrementan dando lugar a acciones
represivas del gobierno tanto en el plano económico como en el de los derechos
humanos que en definitiva lucen como esos actos desesperados que se dan en
llamar “manotazos de ahogado” siendo el cenit de ellos la “hermosísima”
Resolución 8160 emanada de la pluma democrática del señor general Padrino.
Si un médico directivo de su gremio profesional denuncia la falta
de insumos (doctor Sarmiento en Maracay), pues, se lo llevan preso. Si otro
directivo del gremio farmacéutico da a conocer que faltan medicinas e insumos,
pues, también lo invitan a “pasar a conversar por el Sebin” u organismo
similar. Si una de las principales cadenas de farmacias permite que se forme
cola frente a sus instalaciones se le acusa de boicot porque no están abiertas
todas sus cajas registradoras, y sin otro trámite se detiene a sus directivos y
se adscribe a Pdval, igual como se hizo con los abastos Día a Día que
seguramente serán saqueados y mal administrados hasta que colapsen y ocurra lo
mismo que con la fenecida Agroisleña que convertida en Agropatria no demoró en
colapsar en manos de los próceres bolivarianos encargados de su administración.
A ello agréguese la negación de las colas y su prohibición
(realidad constatada por los tres expresidentes que nos visitaron hace
días), el maltrato al que se somete a quienes hacen tales colas, etc. En fin…
el sol no se puede tapar con un dedo.
Y para entrar en lo que este opinador trajina –la escena
internacional– ahora resulta que buena parte del mundo se ha alineado con un
proyecto de desestabilización solo soñado por Nicolás, Cilia, Diosdado y su
cortejo de funcionarios que creen –o al menos afirman– que es desde Washington
que se mueven los hilos maléficos destinados a hacer desaparecer el exitoso
(Ramírez dixit) modelo de sociedad que en dieciséis años no tiene mucho que
mostrar en realizaciones salvo aquella de que “tenemos patria”.
La Casa Blanca dedica sus energías a conspirar mientras “el pobre
Obama” (Maduro dixit) no está informado porque le ocultan, Joe Biden lidera el
complot energético, Arabia Saudita nos quiere hundir, el Parlamento Europeo
expresa preocupación porque es “injerencista”, Raúl Castro hace su pirueta
magistral, los expresidentes son unos asalariados del narcotráfico, los
parlamentos de varios países expresan su preocupación por Venezuela de puro
ociosos que son, el canciller de Chile es un “metiche”, el mediador de Unasur
que llaman para mejorar las relaciones con Estados Unidos (Samper) carece de
visa para entrar en el “imperio” por habérsele comprobado financiamiento de su
campaña con dinero sucio, la propia Unasur en la que los mandones cifraban
esperanzas se ha puesto tibia, lo mismo la Celac y otros organismos que puede
que emitan declaraciones de apoyo pero ya no es como antes que se jugaban a
fondo por el “tío Rico”. Las islas del Caribe ya saltaron la talanquera yéndose
con la “cabuya en la pata” y de paso algunas hasta quieren aprovechar la movida
para disputar los límites marinos con Venezuela, mientras otro vecino –Guyana–
mete la puñalada trapera queriendo aprovechar el momento para arrebatarnos
áreas marinas y submarinas potencialmente ricas en petróleo.
En fin… como se ve, pareciera que de un día para el otro
–coincidiendo con la debacle política y la sequía económica– muchos nos dan la
espalda causando sorpresa y desazón entre los “próceres” que vivieron creyendo
que con la regaladera compraban lealtades y apoyos sin recordar aquella frese
inapelable (creemos que de John Quincy Adams) de que los Estados no tienen
amigos sino intereses.
En todo caso, valga esta línea de cierre para citar al talentoso
Teodoro Petkoff quien hace ya algún tiempo afirmó que “lo bueno de esto es lo
mal que se está poniendo”.
QUINTO GOLPE
El “golpe” de la temporada
La competencia es ardua para ver quién es más dañino para Venezuela, si
Nicolás Maduro o Diosdado Cabello. Pareciera que en esta carrera están nivelados.
No sólo no hacen nada constructivo para los intereses del país, sino que no
permiten que nadie lo haga. Tienen secuestrado el poder y sólo son competentes
para abusar de él. La nación está sumida en una mega-crisis política, económica
y social, y a ellos no se les ocurre nada más original que volver a denunciar
otro supuesto intento de golpe de Estado, esta vez encabezado, nada menos, que
por dirigentes políticos de la oposición, como Julio Borges, acaso uno de los
más constantes en la lucha democrática, cívica, pacífica y electoral.
De este tipo de ejecutorias el oficialismo es experto. Y no me refiero sólo
a las tentativas de golpe militar, sino a utilizar el tema como medio de
propaganda y manipulación política, sobre todo cuando las circunstancias
aprietan duro, como consecuencia de los desmanes y tropelías de la hegemonía
roja. Junto con el “magnicidio”, el presunto “golpe” ha sido el expediente más
manoseado de estos años; a veces juntos, a veces por separado, pero nunca
faltan los referidos temitas en la palestra de la comunicación oficial. En esta
oportunidad, por cierto, la notoria credibilidad del alcalde Jorge Rodríguez se
suma a la cuestión.
Se dirá, y con parte de razón, que se trata de un “trapo rojo” para desviar
la atención sobre la catástrofe socio-económica. Hay realidades asociadas a la
masiva corrupción de los principales personajes de la hegemonía, que también
buscan ser disimuladas por sus protagonistas. Desde la súper devaluación del
Simadi hasta las sospechosas operaciones bancarias en Suiza, pasando por las
reiteradas denuncias de narco-política, hay bastantes materias de qué dar
cuenta, y ni hablar de la creciente escasez, penuria, carestía e inseguridad
que acosan al conjunto de los venezolanos.
También se dirá, y así mismo con parte de razón, que la situación de las
Fuerzas Armadas debe reflejar la mega-crisis venezolana, y máxime cuando la
retórica y la práctica del poder establecido han sacralizado el golpismo, por
una parte, y lo han banalizado, por la otra. El predecesor y sus sucesores,
Maduro y Cabello, siempre han estado alabando sus propios golpes y siempre han
estado denunciando golpes de todos los demás, del imperio, de la vecina
república, de todos los ámbitos opositores y hasta del más allá. Todo lo cual
no hace sino profundizar y extender los problemas en el campo castrense.
Una enésima evidencia de lo mal que está el país es esta actuación en
desarrollo de sus mandones. Siempre se están superando a sí mismos en
irresponsabilidad y en capacidad de hacer daño. Daño al patrimonio nacional,
daño a su cultura democrática, daño a sus posibilidades de desarrollo, daño a
su presente y a su futuro. El “golpe” de la temporada confirma lo señalado y
pone de manifiesto, nuevamente, que la hegemonía está dispuesta a lo que sea,
con tal de seguir su patrón despótico y depredador.
SEXTO GOLPE
Sin luz ni talento
Los líderes son seres iguales a todos los demás, pero tienen la cualidad de
ver más lejos. No importa que sean miopes o hasta ciegos, tampoco se trata del
don de adivinar o leer el futuro. Su mente, en la política, funciona igual y
con reglas parecidas a los meteorólogos, y utilizan operaciones muy básicas y
elementales como la regla de tres, tanto simple como compuesta.
Fueron Lenin, primero, y Stalin, después, los que en su malinterpretación
de la dialéctica de Marx terminaron de convertir en un guiñapo las teorías de
Hegel. Iosif Vissariónovich, el Padrecito, fue el que más daño causó a sus
compatriotas. Las víctimas se cuentan por millones. Aplicó la pena de muerte en
todas las variedades: paredón, acuchillamiento, violaciones, desangramiento,
torturas y hambre. Nunca mostró piedad y siempre procuró que los fallecimientos
parecieran estadística, nunca tragedias. También se aprovechaba de las
desdichas ajenas, pero en su brutalidad e ignorancia supina confiaba en las más
disparatadas ecuaciones. Si exprimía peras esperaba obtener jugo de naranja con
la misma seguridad con que le ponían enemas de agua de mar caliente para
quitarle la resaca de sus borracheras con vino barato y dulzón.
A muy pocos de los que ahora se dicen socialistas –en público– y comunistas
–entre camaradas– les gusta que les mencionen al “Padrecito”, salvo como héroe
de la Segunda Guerra Mundial, aunque saben que la gran mayoría de los 20
millones de muertos fueron innecesarios, que la táctica de “tierra arrasada”
perjudicó mucho más a los rusos que a los soldados alemanes.
Ahora sus discípulos del siglo XXI repiten sus canalladas, persiguen a los
comerciantes y empresarios con la misma sordidez con la que los bolcheviques
emplearon contra quienes les garantizaban el pan, el tocino y el grano para el
vodka, en el nombre de los proletarios, aunque era lo menos que había en ese
país de campesinos que era Rusia.
Los burócratas, con sus malas mañas y sus comisiones, no solo meten mano a
la bolsa del pan de todos, sino que disminuida por su mala administración
también pretenden hacer suyo lo que otros levantaron con sacrificio y sudor.
Los ejemplos son muchos en el campo arrasado por Jaua y Loyo. Fincas que eran
ejemplo de producción de leche y carne, ahora son ruinas, se comieron las reses
y talaron los árboles para hacer parrillas; también acabaron con industrias
prósperas y comercios que daban trabajo con las apropiaciones. Ineptos nos
dejaron sin café y sin jabón, ahora están haciendo todo lo imaginable para
dejarnos sin patria con la excusa de que persiguen a los especuladores. Vendo
estantes vacíos y alacena ídem
.
EDICIÓN TRANSCRIPCIÓN, IMÁGENES: LICENCIADO EN HISTORIA VICTOR
MANUEL GRUBER DE FIGARELLI, UCV CARACAS, VENEZUELA 1976
Si revisamos la Historia de Venezuela del Siglo XX y del Siglo xxI, veremos que todos los gobiernos "dictatoriales" y "democráticos" inventaron "conspiraciones". "golpes", "magnicidios", y "amenazas externas", bien para tener una excusa que "justificara" la represión contra la oposición, o bien contra cualquier grupo interno de "buenos" aliados o amigos--(internos o externos)-- que de repente se convierten en "malos" amigos, o peores "enemigos". Un caso reciente es el de Chávez versus
ResponderEliminarSantos. Cuando Santos aniquiló el campamento fronterizo de la FARC, en Ecuador, Chávez protestó a gritos y movió sus tanques a la frontera con Colombia, para "prevenir" un ataque contra los campamentos FARC asentados tranquilamente en las fronteras venezolanas. Santos fue electo presidente, y Chávez se convirtió en su "nuevo" mejor amigo. Ahora Santos y las FARC conversan en Cuba, con apoyo venezolano para lograr una "Paz" que legalice a las FARC, y las convierta en partido político legal, y civil (pero armado porqué jamás las entregarán, y serán bien escondidas, por si acaso) ¡Cosas veredes Sancho que harán fablar las piedras!