Conjunto de artículos sobre temas variados de naturaleza política, social, económica, humorísticos, y filosóficos; publicados, o por publicarse en diferentes páginas web, o medios impresos; escritos por mi persona, o por otros autores; y que abarcan problemas relativos a Venezuela, América Latina, y el resto del mundo.
domingo, 10 de marzo de 2013
VMGF: CULTOS POLÍTICO--RELIGIOSOS--SEGUNDA PARTE--CARACAS, 10--03--13--
CULTOS POLÍTICO/RELIGIOSOS Y TEMAS AFINES-SEGUNDA PARTE-
VICTOR M. GRUBER F.
CARACAS, VENEZUELA, 10-03-2013.
I)MI SEGUNDA VISITA AL MAUSOLEO DE LENIN (1967):
Mi segunda visita al Mausoleo de Lenin, en la Plaza Roja de Moscú, la hice en la primavera de 1967, poco antes de partir hacia Venezuela, retomando al revés el complicado itinerario de mi venida, dada mi “situación”: fui de Moscú a Praga allí se desarrollaba la famosa “Primavera de Praga”, que fue reprimida duramente por la intervención ruso-soviética, un poco más tarde, y sirvió de tema central al famoso libro de Teodoro Petkoff:
“Checoeslovaquia el Socialismo Como Problema” (1).
Pasamos, de vuelta a la Patria por Europa Occidental, Sur América, y finalmente Colombia; allí esperamos unas semanas, mientras se daban las condiciones óptimas para el regreso; finalmente llegamos a Venezuela por rutas similares a las de salida. Pronto empezó la campaña electoral de 1967, y con ella el triunfo de Caldera; recuperamos, en 1968, la libertad de movimientos, y nuestra “personería” jurídico-legal, hasta hoy día, año 2013.
II)MI AMIGO ESPAÑOL/RUSO—(1966-67)
Se llamaba Francisco, ignoro si está vivo o muerto, pues han
pasado 47 años, lo conocí en el Hospital Capitalino moscovita
destinado a personalidades del gobierno, y amigos
extranjeros, que necesitaban algún tratamiento. Sospecho
que fue uno de los niños enviados por sus familiares a Rusia,
durante la guerra civil española—(1936-39)--, para evitar
que cayeran en las manos de los Franquistas.
Hablaba perfectamente el español y el ruso, por lo menos; estaba muy
informado sobre la situación internacional en general , de la
española y latinoamericana en particular; muy amable y
dispuesto a un diálogo bastante abierto, sobre cualquier
tema de interés común; hicimos una buena amistad en el
Hospital, que continuamos en su casa de Moscú.
Su esposa una dama rusa de nombre Olga, de muy buena presencia, no
hablaba bien el español, su esposo traducía; el cuadro familiar se completaba
con una niña de unos 07 años, y los abuelos rusos de la
misma. Francisco y Olga tenían unos 10 años mayor que yo,
estaban en la cuarta década de sus vidas.
Recuerdo que al final del gobierno de Leoni,
paralelamente al planteamiento de “Paz democrática”
lanzado por la izquierda insurrecta, se desarrolló una política
gubernamental de “exilio por cárcel”, es decir los
condenados por subversión en Venezuela, podían canjear,
voluntariamente, su condena por Exilio.
Llegaron muchos de ellos a la Rusia soviética, y otros países socialistas.
Mi amigo Francisco preguntaba a alguno de ellos: ¿A cuantos años
fuiste condenado? Respuesta: a 15 años ¿Y cuantos pagaste
en prisión? Respuesta: tres años.
Entonces comentaba: “En la España De Franco, si te condenan a muerte,
o años de presidio, se paga la sentencia exacta, y puede ser aumentada
por mala conducta. Ustedes mis amigos de Venezuela, al
parecer, han exagerado demasiado en las formas de lucha”.
¡Y hoy reconozco que tenía mucha razón!
Durante mi estadía en dicho Hospital se desarrollaba la
guerra árabe-israelita (junio, 1967); teníamos acceso a la
prensa socialista francesa, italiana, y cubana. Solamente los
cubanos daban partes de guerra “triunfales” a favor de los
árabes, el resto de la prensa informaba más verazmente.
En realidad los isrealitas le dieron una “paseo” militar a los
árabes; pero un funcionario cubano presente a veces en
nuestras tertulias, decía que el “Granma” tenía razón, los
árabes iban ganado la guerra, y los isrealitas la iban
perdiendo; que nosotros los venezolanos veíamos todo a lo
contrario porque estábamos “traicionando” a la revolución,
por la política de “Paz democrática”. El pueblo cubano estuvo
desinformado muchos años sobre los resultados reales de
dicha guerra.
Hay que recordar de esa época la dura polémica entre
Pompeyo Márquez (PCV, clandestino) y Fidel Castro
(PC, Cubano) por la injerencia cubana en los asuntos
venezolanos.
Luego de la pasantía por el Hospital, fui incorporado a un
Instituto Superior de estudios políticos, económicos,
sociales, históricos, y afines, con la orientación filosófica
oficial vigente para la Rusia-soviética de la época.
Allí tuvimos condiscípulos/alumnos de todos los países
americanos: norteamericanos, mejicanos, centroamericanos,
suramericanos, caribeños (excepto cubanos); también
compañeros franceses, italianos, y árabes; no recuerdo de
otros africanos, ni asiáticos.
Hay que tomar en cuenta las polémicas, y luchas,
muy duras de ese tiempo entre rusos y
chinos, que se daban en todos los continentes; y que los
vietnamitas en su guerra de liberación estaban apoyados por
ambos contendores.
Las clases para nosotros eran matutinas, de profesores
rusos con traductores en español; o bien de profesores de
origen español formados en Rusia-soviética; por las
tardes nos dedicábamos al descanso, al estudio y
actividades especiales.
También explorábamos la ciudad, sus gentes, calles, plazas,
avenidas, parques, cines, restaurantes,y teatros;
para ello aprendimos a utilizar el famoso Metro de
Moscú, obra realmente espectacular.Igualmente nos vimos obligados
a estudiar los elementos básicos de la lengua rusa,
para comunicarnos de manera sencilla, en el caso de andar solos
y sin traductores.
Los sábados por la tarde, vestido adecuadamente, según la
estación, visitaba a mi amigo Francisco y familia, en su casa
de Moscú. Allí conversábamos sobre todo lo divino y humano,
atendidos, modesta y cariñosamente, al mejor estilo español
y ruso, algo muy humano y placentero de disfrutar.
En una de esas visitas, compartí con la niña de Francisco, en
la sala del apartamento una película de TV, que trataba de
unos niños perdidos en un bosque, de noche, y bajo una
terrible tormenta con ráfagas de viento, rayos y centellas.
Los niños imploraban a Lenin:¡Lenin sálvanos! ¡Lenin
cuídanos! ¡Lenin protégenos!
En eso se asomó el padre de la niña y le pregunté: ¿Qué
significa eso? Contestó: ¡Así estamos aquí!
Quedé asombrado: Lenin el ateo marxista, el revolucionario,
partidario de la famosa frase: “La religión es el opio del
pueblo” --(Karl Marx, 1843)—(2)-- Se había convertido en un
Santón--que después de muerto, y a 49 años de su
revolución materialista y atea—era invocado por dos niños en
peligro, perdidos en un bosque enmarañado, obscuro, y
tormentoso.
¡No lo podía creer! Era un efecto directo de
decenas de años de culto a las momias de Lenin, Stalin, y a
sus respectivas personalidades.
Son altamente probable efectos similares en Venezuela, con el
actual culto cuasi resligioso a la persona de Chávez (1999-
2013): “El Cristo de los pobres”; y los solemnes y
prolongados actos político-religiosos de su velatorio.
Pronto lo veremos a Él y a su “sagrada” momia haciendo milagros,
y siendo invocada en momentos de peligro.
NOTAS EN EL TEXTO:
1)T. Petkoff: "Checoeslovaquia: el socialismo como problema"
http://dialogopolitico.net/2010/01/16/teodoro-petkoff-%E2%80%9Cel-comunismo-sovietico-nunca-fue-una-alternativa-frente-al-capitalismo-%E2%80%9D/
2)En la Wikipedia:" La cita aparece en la publicación de Marx Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel1 (1843: Kritik des hegelschen Staatsrecchts) publicada en 1844 en el periódico Deutsch-Französischen Jahrbücher, que el propio Marx editaba junto con Arnold Ruge. Allí se lee:
La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma. Es el opio del pueblo.
Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real. La exigencia de renunciar a las ilusiones sobre su condición es la exigencia de renunciar a una condición que necesita de ilusiones. La crítica a la religión es, por tanto, en germen, la crítica del valle de lágrimas, cuyo halo lo constituye la religión"
(CONTINUAREMOS)
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