El Fascismo Italiano:
manipulación de la
propaganda en el fascismo
mediante la utilización de
técnicas con alto contenido
simbólico asociado al
elemento identitario italiano
Lidia Salas Chavarría
ntroducción
El contexto social actual evidencia un mundo globalizado
con marcadas diferencias sociales en los grupos poblacionales,
un inconmensurable desarrollo de los medios de información y
comunicación, crisis identitarias producto de la transculturación,
de las demandas sociales y de la necesidad de las personas de
sentirse parte de algo.
Los medios de comunicación masiva impactan la vida
social organizada con el desarrollo de estrategias publicitarias
dirigidas al mercado y a la sociedad de consumo. Cumplen un
rol importante en la comunicación e información, y se agrupan
desde la prensa diaria, revistas, radio, televisión, máquinas de
fax y las computadoras con los novedosos alcances, entre éstos
el acceso a internet.
Así la velocidad de su difusión adquiere una dimensión
planetaria y permean en la cotidianidad aspectos culturales,
económicos, políticos, morales, laborales, modificando estilos
de vida en las personas.
Con referencia a este contexto, atravesado por la compulsión
del consumo, el avance tecnológico , la maquinaria publicitaria
que apela a la afectividad de las personas, y mediante una visión
retrospectiva al desarrollo del fascismo italiano, en el presente
trabajo se expone cómo los mecanismos y formas de dominación
ideológica de la propaganda permitió y consolidó el Estado
fascista instaurado por Benito Mussolini; y cómo el impacto de
la propaganda produjo la movilización de masas, constituyéndose
en la base social que estratégicamente facilitó el desarrollo del
Estado y el capitalismo italiano.
Trata aspectos relevantes del contexto social en el desarrollo
del fascismo italiano, hace referencia de algunos autores que
han tratado la movilización de masas, con especial atención en
Gustavo Le Bond.
1 . CONTEXTO SOCIAL EN QUE SE
DESARROLLA EL FASCISMO ITALIANO
El fascismo configuró un movimiento político
fundado y liderado por Benito Mussolini, quien alcanzó el poder en 1922 y lo desarrolló en el ejercicio
de su gobierno hasta el año 1943. Este régimen se
caracterizó por las contradicciones producidas por la
superposición de tendencias ideológicas, fusionadas
en el origen del movimiento, como excombatientes
desmovilizados, nacionalistas, sindicalistas, disidentes socialistas e industriales temerosos de una
revolución. A su vez se dio un oportunismo ideológico utilizado en momentos claves para legitimarse
como tal.
Las bases doctrinales fueron la oposición a
la democracia y el parlamentarismo, el odio al
socialismo y al internacionalismo, el rechazo a la
creencia del progreso y a la virtualidad del pacifismo,
rechazo por los derechos individuales y la exaltación
del Estado como máxima entidad histórica.
El fascismo italiano nació como resultado de
las conmociones de la primera guerra mundial y
del propio contexto histórico nacional. En este
contexto, desde 1914 surgió un nuevo nacionalismo
italiano, un nacionalismo autoritario y antiliberal
que pretendía la creación de un nuevo orden político
basado en un Estado fuerte y en la afirmación de la
idea de la nación y de la oposición. Así la ausencia
de oposición y la omnipotencia del Estado, sentaron
las bases del totalitarismo.
El liberalismo en Italia se convirtió en un
sistema, en un régimen oligárquico y sin autoridad,
que perdió todo interés y dejó de constituirse en el
ideal de muchos.
Como parte de los hechos históricos que
cobraron relevancia producto de la primera guerra
mundial y que favorecieron la movilización de
masas, destacaron:
1. La guerra generó un clima de intensa exaltación
nacionalista.
2. La guerra provocó una grave crisis económica,
endeudamiento del Estado, inflación, desempleo,
inestabilidad monetaria, y una gran agitación en
el aspecto laboral.
3. La guerra rompió el viejo equilibrio político de
la Italia liberal.
Así, a partir de 1919 tras la aprobación de un
sistema electoral de representación proporcional,
en Italia se genera gran turbulencia política y
destacan los partidos de masas, por la formación
de gobiernos de coalición y por una extremada
inestabilidad gubernamental. De esta manera el
fascismo capitalizó la crisis económica, social,
política y moral de la Italia de la posguerra.
Dentro de este estado de cosas, para garantizarse
la sostenibilidad necesaria y mantener el poder,
el fascismo conformó una gran infraestructura
de propaganda, que comenzaba con el sistema
educativo, la movilización de la juventud y alcanzaba
el monopolio de los medios de comunicación.
Los medios operativos del movimiento fascista
se basaron en la organización rigurosamente
jerárquica del partido, el mantenimiento de una
obediencia ciega y el culto a la personalidad.
El Partido Nacional Fascista fue fundado el
9 de noviembre de 1921 y estaba dirigido por el
Gran Consejo Fascista, integrado por los veinte
máximos jerarcas del partido, su dirigente supremo
era el Duce, quien nombraba al Secretario General
y todos los cargos inferiores.
Cuando Mussolini alcanzó el poder, el partido
se fue conformando como un estado dentro de
estados, se armó de su propia milicia, controló la
propaganda, dirigió la policía (OVRA, Organización
de Vigilancia y Represión del Antifascismo) y
gobernó los campos de concentración para los prisioneros políticos.
El mito de la romanidad se articuló orgánicamente en la formación del partido de diversas formas, a saber:
• Grupos de choque.
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