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sábado, 18 de febrero de 2017

EL POPULISMO ESTA DE MODA--CINCO--


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LECTURA PRINCIPAL:

En discusiones políticas y en los medios, el concepto “populismo” suele mencionarse como una amenaza. Sin embargo no existen en el mundo movimientos que así se autodefinan. El historiador Ezequiel Adamovsky hace un recorrido cronológico sobre el término, arrancando en la Rusia de 1800, pasando por América Latina e incluyendo el sentido positivo que le dio Ernesto Laclau. ¿Sirve una categoría que se le puede aplicar tanto a la coalición de izquierda griega de Syriza como a sus enemigos del movimiento neonazi? Anfibia entra de lleno en el debate académico: cree el autor, "como concepto para entender la realidad, el populismo se ha extinguido". - See more at: 

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Por todas partes se habla del “populismo” en los debates políticos y en los medios. No hay día en que no leamos columnas en la prensa norteamericana, europea o de América Latina que nos adviertan sobre alguna amenaza “populista”  en algún lado, de Venezuela a Grecia, de España a Argentina. Incluso dentro de los Estados Unidos se suele acusar a algunos políticos de ser “populistas”. Es como si fuera una especie de plaga desconocida: está por todas partes y nadie puede explicar del todo cómo se ha expandido tanto. ¿Pero qué quiere decir “populismo”? ¿Existe realmente una “amenaza populista” que esté afectando a las democracias de todo el planeta?   “Populismo” y el adjetivo “populista” fueron términos académicos antes de transformarse en expresiones de uso común. A su vez, como muchos otros conceptos académicos, nacieron como parte de vocabularios políticos de algún país en concreto. “Populismo” fue utilizado por primera vez hacia fines del siglo XIX para describir un cierto tipo de movimientos políticos. El término apareció inicialmente en Rusia en 1878 como Narodnichestvo, luego traducido como “populismo” a otras lenguas europeas, para nombrar una fase del desarrollo del movimiento socialista vernáculo. Como explicó el historiador Richard Pipes en un estudio clásico, ese término se utilizó para describir la ola antiintelectualista de la década de 1870 y la creencia según la cual los militantes socialistas tenían que aprender del Pueblo, antes que pretender erigirse en sus guías. Pocos años después los marxistas rusos comenzaron a utilizarlo con un sentido diferente y peyorativo, para referirse a aquellos socialistas locales que pensaban que los campesinos serían los principales sujetos de la revolución y que las comunas y tradiciones rurales podrían utilizarse para construir a partir de ellas la sociedad socialista del futuro. Así, en Rusia y en el movimiento socialista internacional, “populismo” se utilizó para designar un tipo de movimiento progresivo, que podía oponerse a las clases altas, pero –a diferencia del marxismo– se identificaba con el campesinado y era nacionalista. -

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Aparentemente sin conexión con el precedente ruso, “populismo” surgió también como término político en los Estados Unidos luego de 1891, para referir al efímero People’s Party (Partido del Pueblo) que surgió entonces, apoyado principalmente por los granjeros pobres, de ideas progresistas y antielitistas. Tal como en Rusia, el término también refirió allí a un movimiento rural y a una tendencia antiintelectualista; utilizado por los oponentes del nuevo partido, también adquirió de inmediato una connotación peyorativa. Como mostró Tim Houwen, “populismo” permaneció como un vocablo poco utilizado hasta la década de 1950. Sólo entonces fue adoptado por la academia –entre otros por el sociólogo Edward Shils– aunque con un sentido completamente novedoso. En la formulación de Shils, “populismo” no refería a un tipo de movimiento en particular, sino a una ideología que podía encontrarse tanto en contextos urbanos como rurales y en sociedades de todo tipo. “Populismo” para Shils, designaba “una ideología de resentimiento contra un orden social impuesto por alguna clase dirigente de antigua data, de la que supone que posee el monopolio del poder, la propiedad, el abolengo o la cultura”. Como un fenómeno de múltiples caras, tal “populismo” se manifestaba en una variedad de formas: el bolchevismo en Rusia, el nazismo en Alemania, el Macartismo en Estados Unidos, etc. Movilizar los sentimientos irracionales de las masas para ponerlas en contra de las élites: eso era el populismo. En otras palabras, “populismo” pasó a ser el nombre para un conjunto de fenómenos que se apartaban de la democracia liberal, cada uno a su modo.    En las décadas de 1960 y 1970 otros académicos retomaron el término, en un sentido algo diferente, aunque conectado con el anterior. Lo utilizaron para nombrar a un conjunto de movimientos reformistas del Tercer Mundo, particularmente los latinoamericanos como el peronismo en Argentina, el Varguismo en Brasil y el Cardenismo en México. A pesar de que algunos de estos académicos valoraban positivamente la expansión de nuevos derechos para las clases bajas que había venido de la mano de estos movimientos, su tipo de liderazgo era el rasgo distintivo: era personal antes que institucional, emotivo antes que racional, unanimista antes que pluralista. En este sentido, se medían con la vara implícita de las democracias “normales” (es decir, liberales) del Primer Mundo. En eso, estos trabajos se conectaban con los de los académicos como Shils: implícitamente compartían una mirada normativa sobre cómo se suponía que debían ser y lucir las verdaderas democracias.   Así, en el mundo académico el concepto de “populismo” mutó de un uso más restringido que refería a los movimientos de campesinos o granjeros, a un uso más amplio para designar un fenómeno ideológico y político más o menos ubicuo. Para la década de 1970 “populismo” podía aludir a tal o cual movimiento histórico en concreto, a un tipo de régimen político, a un estilo de liderazgo o a una “ideología de resentimiento” que amenazaba por todas partes a la democracia. En todos los casos, el término tenía una connotación negativa. -

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Para complicar incluso más las cosas, el filósofo post-marxista Ernesto Laclau propuso un sentido más para nuestro término, completamente diferente a todos los anteriores. La influyente obra de Laclau planteó la necesidad de reemplazar la noción de “lucha de clases”, entendida como una oposición binaria fundamental que se generaba por la propia naturaleza de la opresión de clases, por la idea de que en la sociedad existe una pluralidad de antagonismos, tanto económicos como de otros órdenes. En tal escenario, no puede darse por sentado que todas las demandas democráticas y populares van a confluir como una opción unificada contra la ideología del bloque dominante. El plano político tiene un papel fundamental a la hora de “articular” esa diversidad de antagonismos. Y los discursos aquí son fundamentales, ya que son ellos los que “articulan” las demandas diversas, produciendo un Pueblo en oposición a la minoría de los privilegiados. Así entendido, el Pueblo es un efecto de la apelación discursiva que lo convoca, antes que un sujeto político pre-existente. En esta visión política, la articulación de un Pueblo en oposición al bloque dominante, es decir, el ordenamiento de una variedad de demandas en una oposición binaria, es fundamental para la “radicalización de la democracia” (una expresión que, para Laclau, tenía un sentido positivo). En uno de sus últimos trabajos, Sobre la Razón Populista (2005), Laclau utilizó el término “populista” para nombrar ese tipo particular de apelaciones políticas que recortaban un Pueblo en oposición a las clases dominantes. “El populismo comienza –escribió– allí donde los elementos popular-democráticos son presentados como una opción antagonista contra la ideología del bloque dominante”. Pero en verdad esa etiqueta no era indispensable. Laclau podría haber llamado al estilo específico de apelación política que le interesaba de otro modo, por ejemplo, “popular-democráticas” o alguna otra variante, en lugar de “populistas”. Pero el hecho es que decidió llamar a eso “populismo”, con lo cual, contrariamente a los académicos del pasado, le otorgó a ese término un sentido positivo. En su filosofía, el “populismo” era el nombre de la necesaria y esperada “radicalización de la democracia”. Como consecuencia de la propuesta teórica de Laclau, por primera vez algunos referentes e intelectuales de ciertos movimientos políticos (por caso el kirchnerismo en Argentina y Podemos en España) comenzaron a llamarse “populistas” a sí mismos, desafiando de ese modo el sentido común según el cual ser “populista” era algo malo. Y a su vez, eso alimentó a los liberales, dándoles más motivos para creer que existe una “amenaza populista” acechando la ciudadela de la democracia.

El término “populismo” tenía entonces una dinámica expansiva ya en sus usos académicos. Pero al volverse de uso común, especialmente en las últimas dos décadas, se descontroló completamente. Casi cualquier cosas puede ser llamada “populismo” en la prensa de hoy. “Populista” se ha vuelto una especie de acusación banal que se lanza simplemente para desacreditar a cualquier cosa o adversario, buscando asociarlo así con algo ilegal, corrupto, autoritario, demagógico, vulgar o peligroso. Algunos gobiernos latinoamericanos que en los últimos tiempos no se alinearon con Estados Unidos o con el FMI son por supuesto los blancos preferidos. Venezuela, Nicaragua, Argentina, Bolivia, Paraguay, Ecuador y Brasil son o han sido atacados por la amenaza “populista” que proyectan sobre las democracias de la región. Y uno pensaría que ya entendió a qué se refiere el término, pero entonces comprueba que también Silvio Berlusconi –que no era ningún enemigo de los norteamericanos y mucho menos de los grandes empresarios– era un “populista”. ¿Y por qué? Para la revista The Economist, porque su gobierno se apoyaba en lazos de “patronazgo y corrupción” o, como otro comentarista argumentó, porque Berlusconi hablaba “en el lenguaje del hombre común de la calle”. Según el New York Times, en Europa es “populista” cualquiera que quiera poner límites a la migración interna o sea euroescéptico; con esos dos rasgos ya alcanza para ganarse el mote. El líder italiano Beppe Grillo es por supuesto un “populista” ya que critica al establishment político italiano. No importan las ideas que uno tenga en cualquier otro asunto: si uno habla como la gente común, si critica a Estados Unidos, si tiene problemas con el curso que está tomando la Unión Europea o con su establishment político local, uno es un “populista”. Y no importa si se trata de un izquierdista radicalizado o de alguien de extrema derecha. En Grecia, según nos informan, Syriza es por supuesto “populista”. Pero también lo son sus enemigos del movimiento neo-Nazi Amanecer Dorado. Las ideas de ambos grupos son totalmente opuestas en todas y cada una de las maneras posibles, pero sin embargo ambos se las arreglan para pertenecer a la misma familia política. Ambos son de “los populistas”.

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De toda esta proliferación de significados, uno creería al menos entender que, comoquiera que uno lo defina, el “populismo” es un fenómeno político. Pero sin embargo las cosas no son tan sencillas. Porque economistas como Rudiger Dornbusch y otros opinan que existe también un  “populismo macroeconómico”, según el cual son “populistas” aquellos que tienen una mirada económica que “prioriza el crecimiento y la distribución del ingreso y no se preocupa suficientemente por los riesgos de la inflación y del déficit en las finanzas, por las limitantes externas y por las reacciones de los agentes económicos frente a políticas agresivas que afectan el mercado”. Este “populismo macroeconómico” parecería referir entonces a un tipo específico de políticas económicas. Y sin embargo, en los debates recientes cualquier tipo de comentario o idea que no sea total y completamente amigable hacia los empresarios recibe el mote de “populista”. La Cámara de Comercio de los Estados Unidos declaró recientemente que son “populistas” todos los que tratan de “eliminar el sistema de capital libre y abierto.” A Obama se lo acusó de serlo sólo por decir que le gustaría que los millonarios paguen un poquito más de impuestos. El Wall Street Journal llamó “populista” a Hilary Clinton porque dijo que el Congreso debería “enfocarse en la creación de empleo y en los ingresos de las familias de clase media”. Eso era todo lo que el diario necesitaba escuchar. De hecho, para ese períodico, la mera preocupación por el tema de la “desigualdad de ingresos”  es síntoma de la enfermedad del “populismo” (porque los ingresos de cada cual son un asunto privado, claro).   Bien entonces. El “populismo” es un fenómeno político y también económico. ¿Así sería? Lamentablemente la saga continúa. Porque a todo lo anterior hay que agregar la idea que presentó hace tiempo Jim McGuigan, adoptada luego por muchos otros, según la cual existe también un “populismo cultural”, que sería aquél que valoriza la cultura popular por sobre otras formas de cultura “seria”. Está visto: el “populismo” ha penetrado todas las áreas de la vida social.     En todos estos usos variados, “populismo” parece poco más que un latiguillo que busca dar credibilidad conceptual a nociones más antiguas y menos sofisticadas, como “demagogia”, “autoritarismo”, “nacionalismo” o “vulgaridad”. Se utiliza con frecuencia simplemente para desacreditar ciertas ideas o decisiones de política económica heterodoxas, asociando a las personas o gobiernos que las llevan adelante a cosas desagradables, como el nazismo o la xenofobia. Para decirlo en otras palabras, “populismo” es un término que mete en una misma bolsa cosas que no pertenecen a un mismo conjunto y, al mismo tiempo, crea barreras mentales que nos impiden comparar cosas que son perfectamente comparables. ¿Por qué se agruparía bajo una misma etiqueta a los gobiernos sudamericanos que están construyendo la UNASUR y que en general tienen leyes benignas para la inmigración, con los xenófobos y racistas de la derecha euroescéptica? ¿Por qué aplicar impuestos a los ricos es “populismo” si lo hace un gobierno latinoamericano, pero sólo una medida “socialdemócrata” si lo hace Noruega? ¿Por qué las medidas económicas de Perón eran “populistas” pero el New Deal de Roosevelt –en el que Perón se inspiró– era apenas “keynesiano”? ¿Así que la corrupción y el patronazgo son rasgos populistas? ¿Entonces por qué en España lo son los muchachos de Podemos, pero no los corruptísimos del Partido Popular? Suele asociarse a Argentina con Venezuela como dos formas extremas de “populismo”. Pero en realidad, en términos de estilos políticos, arreglos institucionales y políticas concretas, el gobierno kirchnerista se parece más al del Frente Amplio uruguayo que al de Maduro. ¿Por qué entonces rara vez se dice que Uruguay forma parte de la “amenaza populista”? No hay motivo concreto, como no sea el hecho de que Uruguay continúa siendo un país amigable para los norteamericanos. 

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“Populismo” se ha convertido en un término de combate profundamente ideologizado. Su valor como concepto para entender la realidad, si alguna vez lo tuvo, se ha extinguido. En los usos actuales, puede referir a una familia de ideologías, a una variedad de movimientos políticos, a un tipo de régimen, a un estilo de gobierno, a un modelo económico, a una estética o a un tipo particular de apelación política. Todo eso mezclado y sin ninguna claridad analítica. “Populismo” funciona obviamente como término peyorativo, orientado a desacreditar a quienes se lo aplica. Pero más importante que eso: se supone que las categorías con vocación taxonómica deben agrupar fenómenos sociales similares para hacerlos más comprensibles. No hay nada malo en ello –de hecho es algo fundamental –, pero a condición de que se agrupe a los fenómenos según los rasgos propios que posean. Como categoría taxonómica, “populismo” hace exactamente lo contrario. El único rasgo que comparten todos los fenómenos que son catalogados con esa etiqueta no es algo que son, sino algo que no son. Se los agrupa no por sus rasgos en común, sino simplemente porque ninguno de ellos (cada uno a su modo y por motivos diferentes) se corresponde con el tipo de movimientos, estilos, políticos o políticas que los liberales occidentales tienen a apreciar. En los debates actuales, “populismo” significa no mucho más que ser amistoso  con la clase baja –sea en términos de políticas concretas o simplemente de manera discursiva– o tomar medidas (o tener “estilos”) que desagradan a las élites políticas, económicas o culturales.  Porque, supongamos por un momento que manifestar cercanía hacia la clase baja fuera algo que se aparta de los ideales de las democracias “normales”, esto es, las que supuestamente dejan que el “pluralismo” oriente una negociación cordial de todos los intereses sociales, sin preferencia por ninguno. Y supongamos que tal desviación fuera tan importante que requiriera todo un concepto para nombrarla: no es “democracia” sino “populismo”. Aceptemos todo eso por un momento. ¿Cómo es entonces que no hay un concepto, una taxonomía específica, para nombrar la desviación opuesta, es decir, las ideas, actitudes, estilos o políticas que manifiestan cercanía con las clases altas y producen desagrado a las clases bajas? ¿Cómo es que tal apartamiento del ideal del pluralismo es simplemente una de las variantes aceptables de la democracia y no reclama una etiqueta especial que nos advierta sobre el peligro que implican? En la ausencia de respuesta a esas preguntas, la pretensión normativa del concepto de “populismo” queda perfectamente clara.   Lo que quiero decir, en resumidas cuentas, es que “el populismo” no existe. No hay ninguna “amenaza populista” al acecho de nuestras democracias. De hecho, no hay una sino varias amenazas que pesan sobre la vida democrática. Y también existen varios modelos de democracia posibles. “Populismo” nos hace creer que este escenario complejo de múltiples opciones y diversos peligros en verdad es sencillo. Se trataría de un escenario dividido en dos campos claramente distinguibles: por un lado la democracia liberal (la única que merece ser llamada “democracia”) y por el otro la presencia fantasmal de todo lo que no se corresponde con ese ideal y, por ello, debe rechazarse de plano. En otras palabras, “populismo” nos invita a cerrar filas alrededor de la democracia liberal (es decir, una democracia de alcances limitados tal como gusta a los liberales) para combatir a un solo monstruo compuesto por todo lo demás, en cuyo cuerpo indiscernible conviven neonazis, keynesianos, caudillos latinoamericanos, socialistas, charlatanes, anticapitalistas, corruptos, nacionalistas y cualquier otra cosa sospechosa. Y el problema es que esa forma de razonamiento nos impide ver dos hechos fundamentales. Primero, que dentro de esa masa de elementos “populistas” hay algunos que definitivamente son una amenaza a la democracia, pero también ideas, experimentos políticos y organizaciones que tienen el potencial de ofrecer formas mejores y más sustantivas de democracia para las sociedades modernas. Y segundo, que el propio liberalismo, con sus valores individualistas, su ethos productivista y su compromiso irrestricto con los intereses de los empresarios es, de hecho, una de las mayores amenazas que corroen las democracias actuales.   -

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LECTURAS COMPLEMENTARIAS:






viernes, 10 de abril de 2015

URCHAVISMO ETERNO (XV): "AUTORITARISMO Y POLÍTICA" (TRES)--10-04-15-

Nota Previa del Autor: (vmgf)

---(Primera Edición, Martes, 01 de septiembre, año 2009---Segunda Edición (aumentada y corregida): Ponencia para la 8a. Jornada de Investigación del Colegio Universitario Francisco de Miranda, Caracas, Miércoles 28-11-2001---Tercera Edición (aumentada y corregida, Parte Uno), Martes 07-04-2015)---Tercera Edición (aumentada y corregida, Parte Dos) Miércoles 08-04-2015---Tercera Edición (aumentada y corregida, Parte Tres), Viernes 10-04-2015)---



Graduación de Víctor M. Gruber de F. UCV, Caracas, 1976


III.- Una Escala de “Caudillismo” (¿O “autoritarismo” ?) Criollo

Luis Britto García, en sus investigaciones sobre sociología política elaboró una escala de 20 aspectos para caracterizar (o evaluar) al caudillo tradicional venezolano. Ella puede aplicarse perfectamente al liderazgo actual del país. Dichas variables son: -- (copiamos textualmente de la fuente pues no tiene el texto desperdicio) -- (1)

1) Personalismo: El poder se ejerce por encima de toda norma o principio. Las leyes de Indias, la Constitución o los Estatutos del Partido, se acatan pero no se cumplen. Por el contrario, rabietas, malacrianzas o batidas de pipa se cumplen, aunque no se acaten. “Poder del Estado” es el segundo en rango de menciones (90) veces de los valores citados en muestras que hemos venido analizando del discurso populista. es apenas mencionado 27 veces.




2)Protección por las fuerzas invisibles: A secas, “la protección”. El hombre del pueblo cree en un orden inmanente del mundo. Ese orden legitima a sus favoritos confiriéndoles buena suerte o poderes sobrenaturales. Páez es salvado del fusilamiento por un “Ejército de Animas”.

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Gómez es el “Brujo de la Mulera”



Betancourt tiene pipa ensalmada, que lo salva del atentado. 



Luis Herrera tiene pepa de zamuro, que no lo salva de nada.

 



La "pepa" del zamuro de Luis Herrera Campins



 LHC: "Es maldad que pollo pie, gallina no tiene tetas, Morrocoy no sube palo ni cachicamo se afeita"


Carlos Andres Perez camina:



 CAP: ¡Ese hombre si camina va de frente y da la cara!

Lusinchi le lleva perlas a la Virgen del Valle. Lo defiende el numerólogo Shápiro, quien predice su triunfo, lo ataca Alfa D.K., quien muere de inmediato.

 ¡Jaime es como tu!


Mucho menos eficaz es la protección de hechiceros con título: el Brujo de Pipe no pudo lograr la reelección de Pérez Jiménez, 


MPJ:"El Nuevo Ideal Nacional: ¡Una Venezuela más Grande, más Fuerte, y más Próspera!

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ni los técnicos de COPEI la de Caldera. Es que son muy pavosos.

3)Resistencia física: Las fuerzas invisibles legitiman biológicamente a su favorito, confiriéndole lo que es, para el hombre del pueblo, la manifestación más visible del poder: la resistencia física. Páez, José Gregorio Monagas, Crespo, son Supermanes en alpargatas



Gómez amenazaba con no morir nunca (como en efecto).

Funeral de JV Gómez

Betancourt es inmune a la dinamita.

 


CAP camina. Caldera resiste hasta a los discursos de Pedro Grases. Su debate con Lusinchi versa sobre cual de los dos se quita la edad, o se tiñe el pelo como una solterona.


Debate entre Caldera y Lusinchi


4)Machismo: Favorito de las fuerzas invisibles, el caudillo ha d serlo también de las mujeres. Una procesión de damas despide al anciano Páez que parte al exilio


Dominga Ortiz esposa de JA Páez (Canaguá, Pedraza, 01-11-1792)


Barbarita Nieves: Bella,oligarca, culta, y amante de JA Páez

Castro tiene satiriázis; 

Gabinete Ministerial de Cipriano Castro. Ellos aplaudian las "hazañas" sexuales de "El Cabito" Según Pio Gi

 Gómez cien hijos naturales;

Pérez Jiménez, motoneta; 



Wolfang, turbas de admiradoras; 



CAP camina. Betancourt encuentra en las mujeres “el reposo del guerrero”.


 Romulo Betancour y Carmen Valverde de Betancourt



Romulo Betancourt y su segunda esposa Renée Hartmann


Gonzalo sufre aparatosa derrota por misógino. 

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La querida es para el político lo que Dios para Voltaire: si no existe, hay que inventarla.

Comentario de Víctor Gruber:




LAS BARRAGANAS Y LOS PRESIDENTES VENEZOLANOS.

Desde los tiempos de El Libertador hasta nuestros días, las concubinas presidenciales han tenido un importante protagonismo y ante ellas se han postrado todos los niveles sociales.

El Libertador, en el tiempo precedente de la Gran Colombia, legó una vida sexual desordenada con damas de diversa índole. Y aunque tuvo alrededor de 47 barraganas, la mas conocida y que se ha intentado construir una historia de amor duradera es con Manuelita Sáenz, quien le salvó la vida en el frustrado atentado en 1828. 

EGUIR LEYENDO AQUÍ: http://gris-sehlita.blogspot.com/2013/12/las-barraganas-presidenciales.html

5)Astucia: las fuerzas invisibles legitiman intelectualmente a su favorito confiriéndole la “viveza”. Para ser “vivo” no hay que saber leer. El “vivo” enreda a los “doctores”. Ser culto perjudica. Páez y Gómez se crean minuciosamente falsas reputaciones de iletrados. Betancourt afirma que...”no se necesita ser doctor para ser un buen presidente de la República. No fue doctor Rómulo Gallegos, no soy yo doctor; no es doctor Carlos Andrés Pérez. Y Piñerúa, sin ser doctor, va a desempeñar, con eficacia y sensatez, la Presidencia de Venezuela”.

 Las aventuras de Tío Tigre y Tío Conejo

Comentario de Víctor Gruber:


La “Viveza Criolla” de Tío Tigre y Tío Conejo

Victor M. Gruber F.

Introducción: En verdad de verdad, el tema de la “viveza criolla” es de larga data, y arranca desde la misma Colonia española en Venezuela y el resto de América Hispana. Es la mencionada “viveza”, el código de conducta “moral” que se advierte, subyacente, en las populares historias de Tío Tigre y Tío Conejo: astucia del Conejo contra la fuerza y la fiereza del Tigre, que se puede resumir en el lema: “Más vale maña que fuerza”. De esta manera el indio, el negro, el mestizo, y el blanco pobre o de “orilla”, se burlaban de la autoridad española, y de los oligarcas criollos: astucia contra la fuerza y la fiereza del opresor peninsular, y de sus descendientes criollos.
Por eso la llamada “Guerra de Independencia”, la “Guerra Federal”, y las innumerables “Revoluciones” de la Venezuela del Siglo XIX., están marcadas por las coordenadas de esta fórmula conductual, o “moral” de la “viveza” criolla, la cual sufre diversas transfiguraciones y aplicaciones, según la suerte cambiante de los personajes, de los grupos, y de los escenarios de conflicto.
Seguir leyendo aquí: http://analitica.com/opinion/opinion-nacional/la-viveza-criolla-de-tio-tigre-y-tio-conejo/

6)Origen modesto: Todo caudillo forja una leyenda sobre su origen “pobre”. Pues si un indigente llega al poder, es como si el pueblo estuviera mandando. Páez, Gómez, Leoni, Lusinchi y CAP descienden de terratenientes, pero lo disimulan. “En cuna pobre nací”, declara Betancourt. En otros sitios recuerda que su padre administraba un “supermercado de la época”; que publicaba una revista literaria, que le regala “la primera bicicleta que hubo en Guatire”; que lo pertrecha para el exilio con cien dólares en monedas de oro. Pobre pero honrado.
Si se es rico, hay que enfatizar cualquier episodio desventurado de la infancia, tal como una temprana orfandad. Los ricos también sufren.



Chávez: ¡Ser Rico es malo!--VG: ¡Por tanto ser pobre es bueno!

7) Patriarcalismo: Por lo mismo que una familia próspera puede desmentir la leyenda del origen pobre, conviene mantenerla en la sombra. Manda con los tuyos, pero no dejes que ellos te manden. Y las mujeres, a ocuparse de los sectores incapaces de movilización política los Niños (...) y los Ancianos. Lorenzo pierde porque aparece retratado con su Sagrada Familia.

                                    Los míos, los tuyos y los nuestros

8) Particularismo: Como lo exige la mente primaria, el caudillo es compadre de sus compadres, compañero de sus compañeros, amigo de sus amigos, coterráneo de sus coterráneos. En señal de amplitud, el número de estas amistades va rotando: en la clandestinidad, el pueblo; en campaña, los copartidarios; en el poder, las fuerzas vivas.

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9) Retiro: Indispensable sacrificio para garantizar la adhesión de los allegados, el ofrecer que se les dará chance mediante oportunos y consecutivos retiros. Castro se retira en 1906 de una manera tan irrevocable que Gómez tiene que tumbarlo en 1908 para poder a su vez él retirarse infinitas veces antes de su prematura muerte en 1935. Betancourt anuncia su retiro apenas toma el poder en 1945; se vuelve a retirar en 1958, anunciando que vuelve sin ambiciones de poder; y se retira de nuevo en 1964, de manera tan absoluta que el 67 divide el partido, el 73 impone a CAP y el 78 a Piñita.

0 )Imposición del sucesor: Así como el retiro es indispensable y periódico, la continuidad de la causa requiere dejar un compañero de confianza que cuide el coroto. Si el compañero es pazguato, se lo deja quitar (Vargas). Si es vivo, se alza con él (Gómez, CAP). En ambos casos; urge el retorno del que se fue a Sevilla, porque, en definitiva, el que es caudillo ni se retira, ni lo retiran (Caldera).



11) Comidas criollas: Gómez come pisca. Leoni, queso guayanés. Luis Herrera de todo. CAP camina; Lusinchi engulle carite. Betancourt, condumio guatireño. Desde 1945, todos los presidentes electos (y muchos de los no electos) presentan unánime imagen de ventripotencia. “Abastecimiento” (entrega de alimentos y otros bienes por el poderoso) es el valor más mencionado en el discurso populista. El calificativo más usado para referirse al pueblo, es el de “Receptor de Alimento”. “Hambriento”, es el segundo en frecuencia.

"Pabellon" criollo: Antes (siglo xx ) popular y barato, comida
completa. Ahora (siglo xxi) cada vez mas caro y raro.

12) Traje ruralizante: El campesino usa traje claro y sombrero para protegerse de los rayos del sol. Boves, Páez, Los Monagas y Zamora lo adoptan para las campañas militares. Crespo lo aplica – convertido en liquiliqui- para las políticas. Lo heredan Larrazábal, Caldera, y el Juan Bimba de la tarjeta blanca. CAP camina. Betancourt y Luis Herrera visten de claro, con sombrero. Es para protegerse de los rayos de la gloria.

Chavez y Evo en trajes típicos bolivianos.


13) Amor por los animales: El hombre del campo vive con, por y para los animales. En pleno ejercicio del poder, Páez colea toros, Falcón acaricia chivas, José Gregorio Monagas ordeña vacas, Gómez conversa con hipopótamos, Betancourt tiene perritos, lapitas y picatierras, CAP camina. Leoni protege morrocoyes. Apunta la panegírica, que un hombre tierno con los animales debe serlo también con los niños, con los humildes, y con los amigos. Más o menos en ese orden.

Chávez "amoroso" con los niños y sus mascotas


La morrocoya de Rosa Inés

14) Entretenimientos populares: Galleras, mangas de coleo, patios de bolas criollas, hipódromos, botiquines. El Mariscal Falcón impone el dominó, que enseña al político a pactar alianzas de no más de un cuarto de hora, y a contar con los dedos.

 Chavez y Fidel "jugando" beisbol


15 ) Habla popular: Quien habla como el pueblo, es lo mismo que él. Lo malo es que Gómez verificó que “el pueblo está callado”. Por tanto, hay que inventar un lenguaje. Preferiblemente uno que permita seguir. Muy útiles son en este sentido: 1) el” hablar preguntao” o gomecista: “¿Qué le paece al compadre?” 2) el refranero herrerista: “Morrocoy no monta en palo” 3) toda expresión que se repite a sí misma, lo que le da aspecto de profundidad: “Calma y cordura”, “Tranquilo y sin nervios”, “áureos lingotes de oro”, “adeco es adeco”, y “ni renuncio ni me renuncian” 4) los giros de honda raigambre criolla: “sicofantes, nefelibatas, parafernalia, fifty-fifty, We will come back”.

El Historiador Manuel Caballero (+) dijo que Chávez tenía un vocabulario de portero del peor de los burdeles.


16) Contacto con el pueblo: Pueblo y caudillo “ están en contacto”, pueblo y caudillo “se entienden”, caudillo ha hablado de “tú a tú” con todos y cada uno de los venezolanos, siempre que esté un fotógrafo presente y un ingenuo para creérselo. Pueblo son, en este caso, viejitas, indigentes y niñitos más o menos fotogénicos.

 El besuqueador máximo


17 )Igualitarismo: “Aquí todos semos café con leche”, por lo tanto “aquí no hay discriminación racial”, por lo tanto “todos semos iguales”. El caudillo no debe apearse de estas tres falsas premisas y de sus no menos falsos encadenamientos, que confunden “ausencia de prejuicios” con “igualdad económica y social”. ¿Qué que haya Apóstoles, si no se discrimina? Prueba de ello: hasta Prieto puede ser candidato de AD.

                       Chavez como Bolívar y/o Bolívar como Chávez

Comentario de Víctor Gruber:

Chavez manipuló la imagen de Bolívar para convertirlo en un "mestizo puro" (Sic) como él se auto-clasificó una vez. Estando una vez en Caucagua, Barlovento, Miranda, Venezuela, le contaba a los campesino de Capaya: "Bolívar nació en Capaya,hijo de un negro esclavo de confianza que preñó a su mamá. El niño lo llevaron corriendo para Caracas para presentarlo como nacido allá. El esclavo amenazado de muerte huyó a Barinas" Yo Víctor Gruber soy testigo porque lo oí y ví, en vivo y directo,por el canal oficial del gobierno VTV, Canal 08 un domingo. Entonces me permití completar la aberrante historia: "El negro esclavo follador regó su bendito semen por Barinas y Sabaneta, entonces de allí vienen los Chávez; por tanto tienen los mismos  rasgos y la misma sangre que El Libertador: ¡Aleluya!

18) Entroncamiento histórico con el Libertador: El hombre llamado a hacer historia, debe preferiblemente repetirla. Para ello, asimila su imagen con la del paradigma nacional del poder legítimo: el Padre de la Patria. Páez lo exila, pero le rinde honores. Guzmán le instaura un culto, para iluminarse con sus reflejos. Castro, según sus adulantes, “merece la corona y no la desea, mientras que Bolívar la deseaba y no la merecía”. Gómez nace y muere en las fechas onomásticas. López crea “Cívicas Bolivarianas”. Picón Salas descubre en el Plan de Barranquilla una “Segunda Carta de Jamaica”. Betancourt declara la “Segunda Independencia” al iniciar la Reforma Agraria en el campo de Carabobo. Luis Herrera conmemora el Segundo Centenario. Todo es muy de segunda.

Comentario   de Víctor Gruber:

"Hemos dicho en muchos artículos, publicados en este Blog, y en otros medios de prensa y páginas web, que Fidel Castro apenas llegó al poder (1959), y posiblemente mucho antes, manipuló la historia de Cuba, la imagen y obra de Martí para convertirlo en el “profeta” que supuestamente anunció el advenimiento de Fidel y su revolución, y así permanece esa versión “histórica” hasta hoy año 2015. Fidel Castro y Hugo Chávez colaboraron estrechamente para replicar la “receta” castrista sobre la Historia de Cuba, Martí, y Fidel, a la Historia de Venezuela, Bolívar, y Chávez, convirtiendo al Libertador en el “profeta” que anunció la llegada de Chávez y su revolución supuestamente “bolivariana”. Ahora se continúa el cuento, mal contado, que Chávez fue el “profeta” que anunció e impuso a Nicolás Maduro ¿A quién anunciará Maduro como “profeta”? Solamente Dios y Satanás lo saben, “por ahora”.

Fuente: http://victormgruberf.blogspot.com/2015/01/f-castro-y-h-chavez-
autores.html

 Chavez como "reencarnación" de Simón Bolívar


19) Inserción en una causa: Una “Causa” es una reivindicación clasista sentida vagamente por el pueblo apenas como conjunto de carencias y necesidades. Tarea del caudillo es que no pase de ahí. Él es el servidor, luego la encarnación, finalmente el freno de la Causa (...) Si el caudillo no detiene la Causa, las Fuerzas Vivas le paran el trote a él (Ver: 1948). Venezuela pasa así de ser un país de Rebeldes sin causas, a un país de Causas sin rebeldes.




20) Dádivas: El fruto visible, argamasa consolidadora y justificación final de la “Causa”. Todo lo que el pueblo reciba, ha de sentirlo como favor particular y arbitrario del Jefe o del Partido. Tiburón se baña, pero salpica. Los caudillos rurales ofrecen tierras. Gómez da billeticos. López reparte cobijas y pesetas de a dos cerca de Miraflores. Larrazábal Plan de Emergencia. Betancourt, créditos para no ser pagados. Caldera promete casitas. Luis Herrera, bono familiar. Lusinchi, becas sueldo. Si no hay dádiva, no hay votos. Las iniciales de AD – me indicó Caupolican Ovalles – invertidas, dicen DA. Por eso, este es un país DADA. (Con los adecos se vive mejor).


Chavez "Don Regalon" Repartio dinero venezolano a Raimundo y todo el mundo y le regalo su pais a sus amos cubanos--UFFFFF

Comentariosde Victor Gruber:


 
Primer encuentro con Fidel Castro mirada de admiración. entrega y amor.


Comentario de Víctor Gruber:
Según nuestra hipótesis, al aplicar dicha escala, al actual caudillaje político “Bolivariano”, calificando entre 01 (mínimo acuerdo) y 20 puntos (máximo acuerdo) cada una de ellas, obtendríamos sumando todas las calificaciones, un total que oscilará entre 360 y 400 puntos. Aplique la encuesta entre familiares, amigos y colegas, se asombrará del resultado obtenido.
Conclusiones: Siguiendo el heterodoxo estilo que anunciamos inicialmente, rindiendo pleitesía a la inteligencia y capacidad reflexiva de los asistentes, y organizadores, de este Evento; los dejo en libertad para extraer sus propias conclusiones, motivadas (y posiblemente sugeridas) por la lectura de estos sencillos textos, así como por la exposición en vivo de los mismos.


NOTAS DE LA PARTE III.

(1) Luis Brtto García, “Los veinte Puntos del Caudillo”, en Profetariado,
No. 2, Caracas, Octubre de 1986, páginas centrales.

1 comentario:
Descripción: http://img2.blogblog.com/img/b16-rounded.gif
Me parece muy útil este ensayo, para los tiempos que vivimos en Venezuela, año 2013, siglo XXI; pues a partir de 1999 hasta el presente hemos asistido a un INCREMENTO progresivo de las actitudes autoritarias gubernamentales, hasta el punto que podemos afirmar:¡VIVIMOS UN AUTORITARISMO AL 100% Y MÁS!

EDICIÓN, REDACCIÓN, TRANSCRIPCIÓN, COMENTARIOS, IMÁGENES: LICENCIADO EN HSTORIA VICTOR MANUEL GRUBER DE FIGARELLI, UCV CARACAS, VENEZUELA, 1976.







1 comentario:

Victor Manuel. Gruber de Figarelli dijo...
Mil gracias a los benevolentes y fieles lectores del Blog.
Hoy a las 06am (hora de Caracas) me han leído 61 personas—Ayer 120—Último mes 3.208—En toda la historia 75.116 entradas—
La Serie dedicada al “Ur Chavismo Eterno” ha tenido 276 lecturas—
Por países tenemos: Venezuela 557—EEUU 164—Rusia 130—Suiza 42—Irlanda 26—Ucrania 25—Alemania 23—España 15—Colombia 11—Argentina 10—Total 1.003

http://victormgruberf.blogspot.com/2015/04/urchavismo-eterno-xv-autoritarismo-y.html

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