domingo, 12 de julio de 2015

LAS PÍLDORAS DE VIDA DEL DOCTOR ROSS--12-07-15-


Especial para la página de Facebook: “Cultura a contrapelo”: 
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                            LAS PÍLDORAS DE VIDA DEL DOCTOR ROSS



Los gemelos  (“morochitos”) Víctor y Antonio nacieron en el caserío “El Caratal”, el 08 de diciembre de 1937. Zona aurífera y palúdica de El Callao, Guayana, Venezuela,  para la época.




Muy “avispados” los chicos aprendieron a leer prontamente (1944) para enterarse de las “conversaciones” que sostenían los personajes de las tiras cómicas de moda: Lorenzo y Pepita; El Pato Donald y sus sobrinos; Roldan El Temerario; Flash Gordon: Mandrake El Mago; El Fantasma que Camina; y muchos otros.



                                               "Morochitos" Antonio y Víctor (1937-1950)

En los pueblos y campos de la Guayana de ese entonces estaban clavados por todas partes, unos avisos de latón, pintados a color, donde un rubicundo, gordo, y sonriente personaje era descrito así: “Él está saludable y feliz porque toma Píldoras de vida del Doctor Ross” (Escribo de memoria).


También en los caminos, campos, sabanas, y montañas, se encontraban, uno que otro, de los famosos anuncios: ¡Verdaderamente increíble!  Seguramente ejemplo del trabajo tesonero de los propagandistas de época.



A pesar de la conocida curiosidad infantil, y de la muy desarrollada de los “morochitos” nunca le preguntaron a nadie sobre la famosas píldoras, y sus funciones medicinales, para conceder la salud y la felicidad ¿Extraño verdad?:

                      ¡Al mejor cazador se le escapa la liebre!



50 años después, los “morochos” ostentaban 57; casados, profesionales con hijos y nietos.  Antonio fue jubilado de su cargo en la Gobernación de Miranda, Los Teques, Venezuela. Aprovechando el dinero de su liquidación nos acercamos a una vieja farmacia del pueblo, de la cual era cliente, a cancelar las órdenes de medicinas, firmadas por él, pagadas de su propio pecunio, que otorgaba a muchos pobres de solemnidad, que se acercaban a su  bondadosa persona, pidiendo una “ayuda” de la Gobernación.


                     Antigua sede de la Gobernación de Miranda, Plaza Boívar de Los Teques.

 Éstas eran limitadas, y de trámites burocráticos; ante una “emergencia” él otorgaba el auxilio de su propio bolsillo, que no era muy abundoso, pues los sueldos eran pequeños, y en toda su vida jamás robo un centavo de las arcas públicas: ¡Dios lo tenga en su Gloria!

                          Antonio con Alejandrito (sobrino-nieto) y Víctor. Caracas, 1992-93.

La conversación versó sobre remedios y medicinas, homeopatía, acupunturas, biorritmos,  y temas similares a los cuales Antonio era muy aficionado, y con muchos años de lecturas. Y en el momento más cálido de la conversación se nos ocurrió preguntar por las famosas píldoras del Doctor Ross y sus funciones curativas.



Contó el amable señor farmacéutico que él ayudaba de pequeño en la antigua “Botica” de su abuelo. Un día revisó un envase cilíndrico de aluminio, llamativamente decorado que contenía las “Pildoras de Vida del Doctor Ross”, probó una rosada y dulce, y así fue disfrutando de sus “golosinas” hasta la última:

                                      ¡SORPRESAS TE DA LA VIDA ERAN PURGANTES!


 Nuestro curioso ayudante de “Botica” se pasó una semana de “carreritas”. Su aspecto se demacró, y el abuelo preguntaba por su salud: ¿A usted qué le pasa? Lo noto como débil, pálido, demacrado ¿Está enfermo, se siente mal? El chico todo lo negaba, y su abuelo murió sin saber qué había pasado:

                                    ¡A LOS INOCENTE LOS SALVA DIOS!

Las estentóreas carcajadas de los oyentes (gemelos) estallaron simultáneamente. Las “Pildoras de Vida del Doctor Ross” se convirtieron en la comidilla de reuniones familiares, amigos, y colegas. El asunto era contado desde el comienzo, con cierto secretismo, y misterio, hasta llegar al sorpresivo “desenlace” final:         
                                                              ¡JAJA!

Siempre nos hemos preguntado ¿Por qué a los avispados, tremendos, y curiosos “morochitos” se les escapó la misteriosa propiedad medicinal y curativa de las famosas píldoras, tan publicitadas en tan remota época? Aún no tengo respuestas a la mano:

                                                    ¿MISTERIOS DEL ARCANO?


                          ¿Y USTEDES AMABLES LECTORES QUÉ OPINAN?

REDACCIÓN, TRANSCRIPCIÓN, IMÁGENES, COMENTARIOS: LICENCIANDO EN HISTORIA VICTOR MANUEL GRUBER DE FIGARELLI, UCV CARACAS, VENEZUELA, 1976.





1 comentario:

Victor Manuel. Gruber de Figarelli dijo...

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