EN VENEZUELA (Y LATINOAMÉRICA):
LA CULPA ES SIEMPRE DEL “OTRO”—CARACAS, VENEZUELA, 04—07—14--
TERCERA PARTE
Seguimos leyendo y
comentado la obra de Michaelle Ascencio (1)
“En ese orden mágico
religioso pagano, la práctica de la hechicería aparece como parte integrante de
lo que podríamos llamar con Marc Augé, la lógica del paganismo. Cuando se
trastoca esta lógica, se alteran o se pierden los marcos de referencia de la sociedad
y los modelos que servían para la interpretación del mal, es decir, se alteran
las concepciones de la enfermedad, la desgracia y la muerte que constituían la
tradición del grupo. Además, problemas como las migraciones, el desempleo, las
fallas escolares, ya no pueden explicarse con la visión tradicional. Aparece
entonces un mundo fracturado, barroco, en el que se mezclan diablos y brujos,
santos y demonios”… (2)…
Comentario de vmgf:
Ese “mundo fracturado,
barroco” produce muchos trastornos en lo personal psicológico y moral, también
en lo social, son conocidos los suicidios, y hasta inmolaciones masivas, que
han sucedido en el pasado, por la llamada conquista y colonización a partir de 1492, en América, igualmente en
Asia, y África; amén de las represalias individuales y masivas, contra los
“rebeldes” que se oponían a las nuevas condiciones “civilizatorias”. Esa
situación produjo lo que hemos llamado el “enmascaramiento” mágico/religioso,
se “aceptan” de palabra los nuevos ritos, santos, y dioses, y se ocultan detrás
de ellos los antiguos, dando lugar a un sincretismo respecto de dichos ritos,
santos, y dioses. No hay que ser adivino para imaginar la terrible situación de
un indígena americano, del Orinoco por
ejemplo, habituado a llevar su vida según las estaciones lluviosas y secas;
recolectando, cazando, pescando, y aun sembrando; atendiendo sus laxas
obligaciones familiares y sociales; practicando sus creencias, compartiendo sus
mitos originarios, y observando cómo su Chamán, cura las enfermedades, combate
a los demonios y a los malos espíritus, clama al cielo por lluvia, por sol, y
por la buena cosecha de los conucos; hay que verlo repito, concentrado en haciendas, sometidos a un duro
trabajo de sol a sol, al hambre, al maltrato, y a la miseria: sólo le quedan
tres caminos “someterse” aparentemente, o rebelarse abiertamente, o suicidarse.
Leamos aquí: “América,
aislada del resto del mundo durante miles de años,
tuvo una historia diferenciada, libre de influencias
externas… de repente experimentó un
golpe brutal y sin
precedentes: la invasión de hombres
blancos de Europa,
el choque con un mundo completamente
diferente."(1)
Demás está decir que el año 1492 sólo
es una fecha que si bien no carece de importancia representa mas bien el comienzo
de todo un proceso de relaciones e interacción entre lo que
podríamos denominar dos mundos distintos, causando cambios a la vez que
sobreviven permanencias de distinta índole.
La arribada del europeo al nuevo
mundo fue para las sociedades naturales una
interrupción y perturbación del curso normal de su vida. Esta penetración
blanca trajo aparejada consigo toda una serie de consecuencias que afectaron
todos los ámbitos de la vida indígena. Desde la organización político-territorial de la
sociedad indígena, su dinámica de población, su sistema económico, su organización social, su
mundo cultural y sus creencias religiosas, hasta, su modo de vida, su régimen
alimentario, su vida cotidiana, su cosmovisión del mundo y en fin: todo se vio
influenciado y conmovido, a la larga o a corto plazo, para bien o para mal, a
partir desde el momento en que esta entró en contacto con una raza humana que
hasta el momento le era desconocida: los blancos”
Y más adelante en el mismo texto:
“Suicidios y abortos:
el número de víctimas por estas razones no fueron muchas en comparación con los
estragos de las epidemias. Sin embargo nos muestran el trauma psicológico que
la conquista provocó a los indios, cuestión esta que analizaremos más adelante
pero que es importante mencionar ya en este punto. Los indígenas al ver
desmoronarse delante de sí el mundo en el que habían crecido y vivido y como un
intento de escape ante la agobiante situación optaban, y a veces en forma de
protesta, por quitarse la vida mediante el suicidio individual o, peor
aun, colectivo. Las prácticas de abortos en masa no fueron menores, quizás como
una manera de evitar que los hijos sufran lo que los padres ya no soportaban ni
para sí mismos. El indio atentaba contra su propia vida y contra la de sus
descendientes”
Fuente: La misma
anterior.
Comentario de Vmgf:
Lo anterior quiere
decir entonces que las tendencia psicosociales de los individuos, identificada
como “Locus de control externo”— (adjudicación de los resultados de sus
conductas a fuerzas y entidades externas a él mismo)—tiene un profunda base
psicológica en las creencias religiosas populares donde: … “la persecución
parece prevalecer ampliamente sobre la culpabilidad en el comportamiento de los
devotos de las religiones paganas” … (4)…
Es decir “la culpa es
del otro”, actitud muy popular entre los
gobernantes venezolanos actuales, del llamado castro-chavo-madurismo-- (en
particular)--, y de muchos de los gobernantes de hoy en Latinoamérica y El
Caribe— (en general). Vale decir, decir
las desgraciadas y superficiales “explicaciones”, sobre sus fracasos políticos,
económicos, sociales, e ideológicos, tienen una base profunda en las creencias
religiosas populares, que profesan gobernantes y gobernados.
Leamos: “LA CULPA DEL OTRO”
Crecer implica
hacernos responsables de nuestras acciones, aciertos y errores. Echarle la
culpa al otro es algo natural cuando somos niños, pero seguir con la misma
actitud infantil una vez superada esa etapaEli Bravo 1 de diciembre 2013 - 12:01 am
Crecer implica hacernos responsables de
nuestras acciones, aciertos y errores. Echarle la culpa al otro es algo natural
cuando somos niños, pero seguir con la misma actitud infantil una vez superada
esa etapa, es una clara muestra de que la suma de años no hace a un adulto.
Pensar que todo lo malo está afuera, que los otros tienen la culpa de lo que
sucede, es una falta de madurez que nos aleja de la realidad.
Cuando esta falta de madurez se hace contagiosa el efecto se multiplica: un líder que solo sabe culpar a los demás (o sus competidores/adversarios/críticos) transforma su entorno en un espacio donde nadie es capaz de asumir responsabilidades. Si la culpa es del otro, ¿para qué hacer la complicada y a veces dolorosa tarea de mirar hacia adentro para entender de qué forma contribuimos a las situaciones adversas que se nos presentan?
El líder inmaduro, además de infantil, tiene una tendencia a convertirse en víctima, y esto también se contagia. Así se alimenta un círculo quejoso que al expandirse arrastra resentimientos y sufrimiento. Hilvanando una narrativa donde todo pareciera ser una amenaza, un complot, una trama perversa, el líder inmaduro y quienes lo escuchan terminan por armarse un cuento redondo: las cosas están como están por culpa de ellos, los otros. Nosotros somos infalibles.
¿Conoces algún líder inmaduro con este perfil? ¿Alguien que vive a la sombra de un discurso que lo ampara y lo libra (cree él) de todo mal?
Si estás bajo su influjo harías bien en hacer una pausa, darte cuenta y ver las cosas tal y como son, porque más allá del encantamiento que el líder inmaduro busca ejercer en ti, hay algo más contundente: la experiencia de la realidad. Una cosa son los argumentos del líder inmaduro, la forma como percibe el mundo e intenta convencerte de que lo acompañes, y algo distinto es lo que estás viviendo y sintiendo en el momento presente.
O en otras palabras: pensar y actuar por ti mismo. Crecer, entender que somos humanos imperfectos y que todos de una forma u otra contribuimos a los problemas y soluciones. ¿Obvio? No tanto. Basta observar los pequeños y grandes conflictos de la humanidad para descubrir que los líderes inmaduros han llevado a millones a un callejón sin salida.
Y muchas veces a conciencia. Sabiendo plenamente que un discurso victimizado, que exculpa y limita, se vende muy bien en ciertas ocasiones.
Si algo tenemos en esta vida es la capacidad de decisión. De cambiar hábitos, maneras de pensar y de actuar. Crecer es hacernos libres. Responsables de nuestras acciones, aciertos y desaciertos. Puede ser doloroso pero es necesario. De otra forma viviremos bajo la sombra de otros, de los prejuicios o las ideologías. De los líderes inmaduros que no se atreven (o no les conviene) crecer. De seres humanos que de tanto contarse a sí mismos la historia de que la culpa es de otros terminan por creérsela.
Tú no estás obligado a seguir a ese líder. En tu familia, empresa o comunidad. Observa la realidad tal cual es y no dejes que alguien más te diga cómo debes pensar o actuar.
Madurar es saber cuándo ha llegado el momento de ser nosotros mismos, de cambiar, de asumir responsabilidades y dejar de lado las culpas y contribuir a las soluciones.
Cuando esta falta de madurez se hace contagiosa el efecto se multiplica: un líder que solo sabe culpar a los demás (o sus competidores/adversarios/críticos) transforma su entorno en un espacio donde nadie es capaz de asumir responsabilidades. Si la culpa es del otro, ¿para qué hacer la complicada y a veces dolorosa tarea de mirar hacia adentro para entender de qué forma contribuimos a las situaciones adversas que se nos presentan?
El líder inmaduro, además de infantil, tiene una tendencia a convertirse en víctima, y esto también se contagia. Así se alimenta un círculo quejoso que al expandirse arrastra resentimientos y sufrimiento. Hilvanando una narrativa donde todo pareciera ser una amenaza, un complot, una trama perversa, el líder inmaduro y quienes lo escuchan terminan por armarse un cuento redondo: las cosas están como están por culpa de ellos, los otros. Nosotros somos infalibles.
¿Conoces algún líder inmaduro con este perfil? ¿Alguien que vive a la sombra de un discurso que lo ampara y lo libra (cree él) de todo mal?
Si estás bajo su influjo harías bien en hacer una pausa, darte cuenta y ver las cosas tal y como son, porque más allá del encantamiento que el líder inmaduro busca ejercer en ti, hay algo más contundente: la experiencia de la realidad. Una cosa son los argumentos del líder inmaduro, la forma como percibe el mundo e intenta convencerte de que lo acompañes, y algo distinto es lo que estás viviendo y sintiendo en el momento presente.
O en otras palabras: pensar y actuar por ti mismo. Crecer, entender que somos humanos imperfectos y que todos de una forma u otra contribuimos a los problemas y soluciones. ¿Obvio? No tanto. Basta observar los pequeños y grandes conflictos de la humanidad para descubrir que los líderes inmaduros han llevado a millones a un callejón sin salida.
Y muchas veces a conciencia. Sabiendo plenamente que un discurso victimizado, que exculpa y limita, se vende muy bien en ciertas ocasiones.
Si algo tenemos en esta vida es la capacidad de decisión. De cambiar hábitos, maneras de pensar y de actuar. Crecer es hacernos libres. Responsables de nuestras acciones, aciertos y desaciertos. Puede ser doloroso pero es necesario. De otra forma viviremos bajo la sombra de otros, de los prejuicios o las ideologías. De los líderes inmaduros que no se atreven (o no les conviene) crecer. De seres humanos que de tanto contarse a sí mismos la historia de que la culpa es de otros terminan por creérsela.
Tú no estás obligado a seguir a ese líder. En tu familia, empresa o comunidad. Observa la realidad tal cual es y no dejes que alguien más te diga cómo debes pensar o actuar.
Madurar es saber cuándo ha llegado el momento de ser nosotros mismos, de cambiar, de asumir responsabilidades y dejar de lado las culpas y contribuir a las soluciones.
Fuente:http://www.elnacional.com/todo_en_domingo/culpa_0_310169169.html
Otros estudios
psicosociales miden las motivaciones al “Logro”, a la “Afiliación”, y al
“Poder” de las poblaciones; estos estudios arrojan como resultados que en los
países desarrollados, prevalece la motivación al “Logro” sobre las otras dos;
pero en Venezuela estos mismos estudios arrojan un resultado diferente:
Prevalece la motivación al “Poder”, le sigue la motivación a la “Afiliación”, y
en último lugar la motivación al “Logro”. Suponemos que esos parámetros son
similares para los gobiernos, y poblaciones, de América Latina, y El Caribe,
afiliados al “Alba”, a “Petro-Caribe”, “Unasur”, “Alac”, “Mercosur”, y
similares, financiados por la chequera petrolera venezolana, desde 1999 hasta
hoy día.
Leamos: “Triada motivacional de Mcclelland (Logro,
Poder y Afiliación)
David Mcclelland propone tres situaciones
que le proporcionan motivación al ser humano: la necesidad de logro, la
necesidad de poder y la necesidad de filiación. En clase profundizaremos un poco más en cada una de ellas, sin embargo,
de manera general podemos definirlas de la siguiente manera:
a) Necesidad de logro: Se refiere al
esfuerzo por sobresalir, el logro en relación con un estandar de excelencia, la
lucha por el éxito.
b) Necesidad de poder: Se refiere a
la necesidad de conseguir que las demás personas se comporten en una manera que
no lo harían, es decir se refiere al deseo de tener impacto, de influir y
controlar a los demás.
c)Necesidad de afiliación: Se refiere
al deseo de relacionarse con las demás personas, es decir de entablar
relaciones interpersonales amistosas y cercanas con los demás integrantes de la
organización. Fuente: Teoría de las
Necsidades de Mcclelland
NOTAS DE PÁGINA:
(1) Editorial ALFA, Colección Trópicos/Antropología. Caracas, Venezuela, 2ª.
Reimpresión, agosto 2013, páginas 14-15-16.
(2) Obra Citada, p.14.
(3) Idem, pp. 14—15.
(4) Ibidem.
…(Seguiremos en la
Parte cuarta)…
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