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Contraportada
Viernes 01 de Abril de 2011 | 32
TalCual
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Contraportada
LIBROS, PERIODISMO, MEDIOS
EL PREMIO RODOLFO WALSH
a un impostor
El premio que le concedió la Universidad de La Plata al presidente Hugo Chávez sigue dando qué hablar La historia de Rodolfo Walsh es la de un individuo que amó el periodismo y se jugó la vida por la idea de libertad
SEBASTIÁN DE LA NUEZ
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¿Qué significa que al representante más conspicuo del régimen actual en Venezuela se le haya dado un reconocimiento por parte de la universidad porteña de La Plata que lleva el nombre del desaparecido periodista Rodolfo Walsh? Significa que el poder, sea del signo que sea, manipula la historia lejana y reciente sin ningún pudor, sin escrúpulos, sin límites.
En un libro titulado Periodismo: asedio al oficio (El Ateneo, 1998), Astrid Pikielny entrevista a Rogelio García Lupo, legendario fundador de Prensa Latina en Cuba junto a Gabriel García Márquez y el propio Rodolfo Walsh. La joven entrevistadora inquiere a García Lupo sobre el hecho de que Walsh ejerciera literatura y periodismo como un acto militante, vinculado al compromiso político, pero García Lupo le contesta mencionándole un libro de Walsh de relatos policiales, en absoluto vinculado a la política. Hablando sobre la cantidad de libros que salieron en una época en Argentina sobre los terribles años setenta, García Lupo menciona esa dificultad aparente o real- de la Argentina para hacer justicia y para presentar la historia de una manera que no genere periódicamente unos agujeros negros en los que no se sabe qué pasó. "A partir de esos agujeros negros, hay una generación que decide investigar. Creo que revisar los años setenta obedece a la curiosidad por saber qué pasó", dice.
Cuando Pikielny le pregunta si, en efecto y como se ha escrito, García Lupo no es que sea comunista pero sí un fanático antiimperialista, responde: "Lo que pasa es que no se puede acertar hacia atrás: si se mira la historia desde el hoy, es posible que uno se haya equivocado muchas veces, pero hay que ubicarse en el contexto. Hay gente que dio la vida por la Unión Soviética y mirá cómo terminó, con una mafia gobernando Rusia".
Sobre esto de acertar hacia atrás parece inútil si hoy Rodolfo Walsh el mismo que firmó su sentencia de muerte al publicar su Carta abierta de un escritor a la Junta Militar en 1977- si hoy apoyaría a Cristina Kirchner y que se le entregase un premio con su nombre a Hugo Chávez. Lo cierto es que Walsh es reconocido no sólo por sus cuentos policiales sino por libros de investigación periodística sobre casos que marcaron una manera de ejercer el poder a la brava, sin escrúpulos, sin moral. Por ejemplo, hizo uno sobre el fusilamiento ilegal de civiles en José León Suárez en junio de 1956 (Operación Masacre); otro sobre los asesinatos de Rosendo García (¿Quién mató a Rosendo?) y un tercero sobre Marcos Satanowsky (Caso Satanowsky).
Entonces Walsh es un ejemplo para las nuevas generaciones de periodistas, en Argentina y en Venezuela, dentro de un género que en realidad no se puede ejercer en Venezuela pues su gobierno es el más opaco de la historia: oculta con suma eficacia datos fundamentales del Estado y su quehacer. Cuando el chavismo escucha la consigna "acceso a la información pública" arquea el lomo y saca las garras como un gato amenazado.
COSAS EN COMÚN En el mismo libro de la Pikielny aparece entrevistado José Ricardo Eliaschev, quien durante un buen tiempo colaboró con El Diario de Caracas en temas internacionales. Eliaschev comenta quizás al contrario de lo que alguna vez pasó por la cabeza de Walsh o García Lupo- que nunca pensó que con el periodismo cambiaría el mundo.
Explica el dilema ético que se le presentó mientras ocupaba un cargo cómodo en una revista y, mientras tanto, ocurría una serie de asesinatos en la calle producto del terrorismo de Estado. Cuando se largó con su familia rumbo a Caracas, dice, a eso no podía llamarlo "exilio". Por entonces corría el periodo de Isabelita Perón: ¿acaso no era un gobierno constitucional? "Mientras hacía más de diez meses que ciudadanos chilenos huían al exilio perseguidos por su dictadura, nosotros no podíamos hacerle entender a la gente de qué huíamos cuando llegamos a nuestra primera escala del exilio que fue Caracas. Huíamos de la Triple A y del gobierno de Isabel y López Rega", dice.
Llegó un montón de sureños en aquella época a Venezuela, huyendo de gorilatos diversos. Por respeto a esa gente que sufrió, murió, huyó, no es procedente ni tiene lógica llamar a esto que vive Venezuela, actualmente, una dictadura. También aquí hay agujeros negros.
Por cierto, no contesto notitas insultantes.
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