¡La propiedad es el robo!: Proudhon vs. Chávez
Víctor M. Gruber F
---(www.Analitica.com)--
Lunes, 8 de noviembre de 2010
Nota del autor: Una primera versión de este texto fue escrito el miércoles, 30 de agosto de 2006, su pertinencia es indiscutible para la época “chavista” que ha vivido Venezuela entre 1998 y el 2010; sobre todo con el contrabando "legislativo" del "Líder único" y su "paquetazo" de leyes habilitantes, en las cuales, entre otras medidas anticonstitucionales, se pone completamente entredicho a la propiedad privada, consagrada en la Actual Constitución Nacional, de la República Bolivariana de Venezuela ¡La más atropellada y violada de la Historia del país! Y sobre todo con la novísima “moda” actual de llamar “expropiación” a lo que en realidad son vulgares confiscaciones. Veamos el origen histórico e ideológico de esos feroces ataques a la propiedad privada.
Renace con fuerza, en forma bizarra, en esta llamada “V República”, la vieja y lapidaria consigna anarquista: “La propiedad es un robo”. Por tanto, se aplicará (de hecho) el antiguo refranero castellano: “ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”, como novísimo mandato “revolucionario”. ¿Posee usted algo? Luego usted es un ladrón: el “proceso-revolucionario-bolivariano” le expropiará mediante una invasión, debidamente planificada por funcionarios civiles y militares, para supuestamente “favorecer” a los desposeídos, pobres de solemnidad, de cuya pobreza usted, señor propietario, es absolutamente culpable. El que trate de defenderse lo pagará con arresto preventivo, juicio sumario, y larga condena, dictada por los tribunales de la revolución; e incluso podría pagar con la vida, si se atreve a defender fieramente su propiedad, bajo la mirada complaciente de las autoridades revolucionarias.
A lo largo de estos diez largos y terribles años (1999-2010), la revolución “bonita”, “pacífica pero armada”, antes supuestamente “bolivariana”, ahora castro—chavista: socialista del siglo XXI; ha expropiado, invadido, o sometido, de grado o por fuerza, “latifundios” rurales y “urbanos”; fábricas, empresas, y cadenas comerciales; edificios y urbanizaciones; llevando el temor, la inseguridad, el terror, y la desolación, tanto al campo como a la ciudad, en la persona de propietarios, empleados, y obreros, que al compás del día a día nacional, se resisten a la estatización, dados los resultados catastróficos que se observan en las anteriores, y conocidas, experiencias supuestamente “expropiadoras” cuando en realidad son meras confiscaciones.
Parafraseando a Marx y Engels, en su famoso “Manifiesto Comunista” (1848), podemos decir: “Un fantasma recorre a Venezuela: el fantasma del comunismo” –-(o más bien, el fantasma del anarquismo proudhonista, de los “Iluminados” de Sabaneta, con su lapidaria frase: ¡LA PROPIEDAD ES EL ROBO!—-(Por supuesto que este lema o postulado revolucionario, no es válido, ni es aplicable, a las propiedades del mandante, de su familia, y de sus allegados: ellas son sagradas e intocables)—-
Este primitivo concepto, contrario a la propiedad, proviene de la idea siguiente: en los tiempos más primitivos, de la comunidad humana, no existía la propiedad privada sobre la tierra, ni sobre las aguas, y la producción de los bienes materiales, para la subsistencia individual, y social, se hacia, y repartía, en forma colectiva ¡UNA ANTIGUA Y AÑORADA EDAD DE ORO!
En este punto es oportuno releer la famosa obra de Engels: “Origen de la familia, la propiedad privada, y el estado”. Allí el cofundador del “Socialismo Científico” explica, según su particular visión del proceso histórico, cómo los primitivos poseedores “colectivistas” fueron expropiados paulatinamente, mediante la fuerza, y las trampas “legales”, aplicadas en el seno de la virginal sociedad gentilicia, por los jefes de tribus, y sus matones, en función de esclavizar a parientes, y a extraños, para acumular poder y riquezas.
A partir de este proceso de desintegración de las comunidades primitivas, surge la división de la sociedad en clases antagónicas: amos y esclavos; y por tanto la explotación del hombre por el hombre; aparece también la necesidad de un poder coercitivo, dueño de las armas, de la legislación, de la ideología, y de la religión: El Estado esclavista; destinado a mantener contra viento y marea, la nueva situación política, económica, y social.
También aparecen, según esta teoría, la lucha de clases: “motor de la historia”; y la violencia como “partera” de la misma. Por ello, el papel a cumplir, por la clase obrera revolucionaria, y su Partido Comunista, en alianza con todos los explotados de la sociedad, es expropiar a los “antiguos expropiadores”, mediante la revolución socialista-- (y/o comunista)--, y volver a la añorada “EDAD DE ORO”, mediante la supuesta “PROPIEDAD DE TODO EL PUEBLO”, que se realizará a través de la propiedad estatal. Pero los “nuevos propietarios” no podrán disponer, ni disfrutar libremente de su “triunfo”, pues las leyes y la burocracia estatal se lo impedirán, al intentar que no se repita la vieja historia.
Esta es la “cartilla” económica, política, social, ideológica, y aún religiosa, aplicada cada vez con más fuerza por los “Iluminados” de Sabaneta, y sus seguidores, e incondicionales, resumida en la nueva consigna del famoso “socialismo del siglo XXI”: ¡TODO ES DE TODOS, NADA ES DE NADIE! –-(Pero ese “postulado” tampoco es aplicable a los iluminados de Sabaneta, ni a sus parientes, ni a sus compinches, civiles o militares, como hemos dicho más arriba)— Por cierto que olvidan—(o no lo han leído aún)--de la teoría marxista original, los temas de la transitoriedad de la “dictadura del proletariado”,y el de la "desaparición progresiva del Estado", y por tanto el surgimiento de una sociedad comunista, sin explotación ni violencia, próspera y feliz.
La dichosa “cartilla” que nos quieren imponer, de grado o por fuerza, explica la tenebrosa mezcla “criolla” de fascismo, nazismo, comunismo, y castrismo, que nos amenaza desde 1.999 a esta fecha; así como también las alianzas “estratégicas” con cuanto estado dictatorial, terrorista, y fundamentalista, o con movimientos y grupos afines, existentes en América, y en el resto del mundo actual.
A lo dicho más arriba, habrá que añadir otro "postulado" favorito del castro-chavismo: ¡SER RICO ES MALO! Que presupone lógicamente: ¡SER POBRE ES BUENO! De allí la feroz campaña ideológica, política, económica, y social, que hemos presenciado, y sufrido, entre 1999 y el 2010, contra la propiedad privada, contra los empresarios productores de riqueza, sus empleados, y trabajadores, tanto en el campo como en la ciudad; intento agonal de "IGUALAR" a los componentes de la sociedad venezolana pero hacia abajo, mientras más abajo mejor—(Pero este "modelo" tampoco será aplicable a la familia reinante en el país, ni a sus amigos, y cómplices, nacionales o extranjeros)—
Un pueblo hambriento y necesitado, no puede estar pensando en "política", solamente se desespera en cómo "resolver" el día: es el modelo cubano-castrista por excelencia y su famosa "cartilla" de racionamiento, que lanza a la gente a la calle, al latrocinio, a la trampa, y a la prostitución, para conseguir el pan de cada día. Esa es la médula del plan económico-social, castro-chavista, de los "iluminados" de Sabaneta; amén de otras medidas coercitivas, como la militarización total de la sociedad, para regular las relaciones sociales dentro del esquema de un cuartel militar: “YO ORDENO, MANDO, Y USTED OBEDECE”; igualmente el agrupamiento de todas las variables económicas, sociales, políticas, institucionales, e ideológicas, en un solo puño: el del mandón, aspirante a "vitalicio", de Miraflores
¡VADE RETRO SATANÁS!
gruberv@cantv.net
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