¿Por qué la FAN no es chavista?
MARCOS CARRILLO | EL UNIVERSAL
viernes 10 de febrero de 2012 12:40 PM
Más que previsible la mutación del calificativo de la Fuerza Armada de bolivariana a chavista, a fin de cuentas el pobre Bolívar no ha sido más que una excusa semántica para imponer un culto a la personalidad bochornoso y risible. Pero una cosa es que se pudiera intuir que la frase venía y otra es que la afirmación sea verdad. Bastaría con recordar el viejo adagio según el cual "dime de qué alardeas y te diré de qué adoleces", para saber que la aseveración es tan falsa como cuando le dijo a su esposa frente a miles de personas que ya le iba a dar lo suyo, lo que lejos de ponerlo como el padrote que pretendía ser, dejó muchas dudas tanto de sus capacidades en esas artes como de su concepto sobre la mujer.
Otros dos hechos ratifican esta observación: La creación de la milicia es una prueba de la desconfianza que el tipo tiene en la FAN. Armar a cien mil civiles no es poca cosa. Evidentemente hay de todo en la milicia, desde viejos desdentados, pasando por malandros puros y simples hasta gente que probablemente esté ahí de buena fe. Pero en el supuesto de que sólo un 5% de ellos esté dispuesto a defender la revolución estamos hablando de un ejército de cinco mil personas.
En paralelo el presidente ha promovido grupos paramilitares, como La Piedrita o Alexis Vive, cuyas doctrinas y armas las provee el gobierno. No puede olvidarse tampoco el contubernio con el narcoterrorismo colombiano al que han apoyado con territorio, armas y dinero según las computadoras de Raúl Reyes.
Es también evidente que habrá una fractura en la propia FAN, hay gente que está demasiado comprometida, no con la revolución, sino con negocios dramáticamente sucios, pero la mayoría silenciosa se impondrá.
Todo este cuadro lleva a pensar que Chávez se prepara para luchar por el poder ante el compromiso institucional de la FAN, que respaldará la verdad de los resultados de las elecciones. Ya se ha dicho que a Chávez le hace falta construir su épica y el 4 de febrero no da para nada, es una vergüenza militar y un paradigma de cobardía. Por ello tal vez quiera forjarse una carrera como mítico líder guerrillero.
La arremetida del paramilitarismo y el narcoterrorismo no serán demasiado profundas ni generalizadas pero hay que prepararse desde ya para neutralizarla, es esta una de las tareas fundamentales que la dirigencia política, la sociedad civil y la FAN institucional deberán afrontar en la transición.
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