Más allá de Gadafi... la espada de Bolívar
Estamos haciendo el seguimiento no solo en Trípoli sino también en la casa presidencial de Sirte...
JULIO CÉSAR PINEDA | EL UNIVERSAL
jueves 27 de octubre de 2011 12:00 AM
Alexandre Najjar, escritor libanés, recientemente afirmaba que en el panteón de los dictadores sanguinarios figurará siempre quien por 42 años masacró a su pueblo, compró el silencio de las democracias occidentales con el petróleo, divirtió a la galería con sus manifestaciones folclóricas, su socialismo envuelto en la religiosidad, sus teorías absurdas en el Libro Verde que sustituyó a la Constitución y el perfil de un Estado de las masas (Jamahiriya). Afirma que era un loco, personaje romanesco de la misma categoría del de La Fiesta del Chivo de Vargas Llosa o del Otoño del Patriarca de Gabriel García Márquez.
Fui uno de los pocos venezolanos en conocer de cerca la pretendida revolución Libia y al actor fundamental de ese nebuloso socialismo que afortunadamente ya desapareció con Gadafi. Hubiera sido mejor haberlo llevado ante un Tribunal Penal Internacional, especialmente ahora que con el nuevo Derecho Penal Internacional fue creada y funciona en La Haya la Corte Penal Internacional. El gobierno de Caldera negoció y firmó el Tratado de Roma que dio origen a este nuevo mecanismo para juzgar a quienes cometan delitos internacionales. En el 2002 el presidente Chávez ordenó la ratificación del mismo comprometiendo a la nación a respetar las decisiones de este organismo. La CPI por unanimidad había ordenado el arresto de Gadafi y su hijo Seif Al Islam. Ahora se espera que el heredero político y partícipe de los crímenes contra el pueblo libio tarde o temprano pueda ser llevado a esta instancia. Seif Al Islam es el segundo hijo del coronel con su segunda esposa Safia Farkash, se consideraba el heredero del trono al estilo de una monarquía dinástica.
El fenómeno Gadafi no es único, especialmente en estos tiempos de líderes mesiánicos que envuelven su megalomanía en ideologías totalitarias, ayer en el Nazismo y el Fascismo y más recientemente en el Comunismo y el Socialismo. Todos totalitarios con partido único, constituciones a su medida, permanencia ininterrumpida en el poder, revoluciones que buscan extenderse a una región o a un continente; Gadafi pretendió englobar el mundo árabe en su Libro Verde y ante el abandono de la Liga Árabe, apoyándose en el petróleo, quiso proclamar su ciudad natal Sirte como capital de todo el África. Gadafi no soportó la existencia de una Constitución política y la reeditó en su Libro Verde donde justifica la eliminación del Parlamento y del Poder Judicial porque la revolución no quería tener intermediarios. Magistrados y congresistas pueden ser manipulados por potencias extrajeras y por clases dominantes, por eso en la Jamahiriya el líder compartía el poder solo con los Comités Populares, desintegrando el ejército para sustituirlo por milicias armadas o mercenarios. Se hacía llamar el Guía y pretendía enjaular al mundo en su tercera teoría universal, inclusive llego a pensar que Venezuela pudiera abrirse ese camino, por un comentario mal interpretado por la prensa Libia a propósito de una frase del comandante Chávez en sus tiempos de Yare sobre un Libro Verde dedicado por Gadafi que le había hecho llegar. Como embajador en Trípoli heredé una embajada asaltada y quemada porque Diego Arria como presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, como toda la comunidad internacional, había aplicado el embargo a Libia en 1991. Con el triunfo del presidente Chávez cambió la actitud del gobierno libio hacia nuestra Embajada y hasta pudimos ser invitados con otros embajadores a encuentros con Gadafi y huéspedes de honor de su tienda beduina (Jaiba).
En la mitología griega los iluminados con el síndrome de Hybris en su delirio de grandeza y narcisismo tienen un freno en la Némesis o venganza de los dioses. Qué diferente el joven coronel Gadafi que destituyó al corrupto Rey Idris I en 1969 y que prometió democracia, desarrollo y participación popular inspirado en el nasserismo egipcio al dictador repudiado por su pueblo por aquellos a quienes él decía que como ratas los iba a exterminar. La comunidad internacional actuó a tiempo. Solo voces solitarias como la de Fidel Castro hablan del martirio del líder libio.
Muchos compatriotas nos preguntan cómo recuperar la réplica de la espada de Bolívar que se encontraba en Libia desde septiembre del 2009. Con nuestros amigos libios estamos haciendo el seguimiento no solo en Trípoli donde aparentemente estaba ubicada en el Palacio de Bab el Azizia sino también en la casa presidencial de Sirte, y de ser necesario pronto viajaremos en búsqueda de la misma. A menos que podamos encontrarla en la gran subasta que se va a realizar en Londres de las pertenencia de Gadafi entregadas por los soldados a los miembros del CNT.
juliocesarpinedap@gmail.com @jcpinedap
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