Pablo Aure
El Carabobeño/ ND
El cáncer es Chávez
25 Julio, 2011
¡Hasta cuándo!
Entre la enfermedad del Presidente y la actuación de la Vinotinto en la Copa América, se nos han pasado los días. Makled, El Rodeo, el fracaso de los planes de vivienda, el alto costo de la vida y la inseguridad personal son cosas que parecen del pasado lejano. Igual pasó con el maletín de Antonini Wilson y con pudreval. Los venezolanos somos así. Vivimos el momento. Pareciera que nuestras emociones se montan en un trampolín que cuando tocamos la tabla, nos deprimimos, y cuando nos elevamos, explotamos de euforia.
opinan los foristas
Somos de visión corta y poco profundizamos en los temas que aquejan la médula de nuestra sociedad. No vemos más allá de nuestros ombligos. Sabemos que estamos mal; que la sociedad está enferma, pero preferimos distraernos con menudencias y no ocuparnos del verdadero mal que nos aqueja.
¿Después de la Vinotinto qué?
Cierto, la Vinotinto significó algo que nos hacía mucha falta: un motivo que nos uniera. Pero ya pasaron los juegos y volvimos a la realidad. Seguimos con el padecimiento intrínseco.
Hoy el cáncer es una enfermedad que nos es muy familiar. Todos los días oímos hablar de ella, y con más bulla si quien padece de tan terrible mal es el Presidente de la República. Según informaciones emanadas del propio Chávez, él tiene cáncer, aunque nadie sepa más nada, ni siquiera cuál órgano tiene afectado. El sábado nos informó que han desaparecido las células malignas gracias al primer “bombardeo” de quimioterapia recibido en La Habana.
Bueno, eso es lo que nos ha dicho. No existe un parte médico, como amerita un asunto de tal envergadura. No entraré a narrar detalles de su estado de salud, porque me parece intrascendente, cuando lo grave es que toda Venezuela está enferma. Lo grave no es que Chávez tiene cáncer (al fin todos los gobernantes son efímeros) sino el cáncer que tiene toda Venezuela.
Un país con cáncer
Si pudiéramos hacer comparaciones y analizáramos a Venezuela como un cuerpo humano, diríamos que el país también tiene cáncer terminal cuyo tumor se focalizó en Miraflores hace ya más de doce años, y que ha hecho metástasis en casi todos los ámbitos de la vida nacional.
Es eso lo que tenemos que curar. Los venezolanos debemos sanar la patria y buscar extirpar ese cáncer que nos carcome.
El cáncer no carcome a Chávez, es él quien destruye nuestra nación. Es él la célula maligna que abate la salud del país, la economía, la solidaridad entre los venezolanos, las vías públicas, las cárceles, el aparato judicial, la independencia de los poderes, la fuerza armada, la inversión privada, etc. Tenemos la más alta inflación del continente y quizá del mundo; los más elevados índices de inseguridad y de corrupción. Si Chávez tiene o no tiene cáncer, poco importa, en verdad. Él es el verdadero cáncer que lo ha matado todo.
Entre dos males el menor
No me vengan con discursitos cursis diciendo que soy un desalmado, que no tengo corazón, que si le estoy deseando la muerte al Presidente, y quién sabe que otra bobería. Nada de eso. No podemos perder más tiempo pensando en lo podrido que pueda tener un órgano el Presidente, cuando toda Venezuela está contaminada. Hay que extirparlo y para eso debemos blindarnos en la unidad los venezolanos asqueados de lo que estamos viviendo.
Extirpemos el cáncer
Hay que ser bien caradura para decir que “ser rico es malo”, y al mismo tiempo montarse en un avión para viajar a otro país y tratarse su enfermedad. Suerte que tiene él de hacer lo que hace con el dinero de todos los venezolanos, cosa que no puede hacer cualquier otro mortal venezolano del pueblo que tiene que esperar la camionetita que lo lleve a un CDI o a un hospital para que le diagnostiquen sus dolencias, si no es que lo ruletean por infinidad de centros hospitalarios para que lo despachen con la explicación de que no hay medicinas o no están funcionado los servicios, como acaeció recientemente en Caracas con un joven baleado.
Insisto, dejémonos de sentimentalismo y continuemos escribiendo en sentido figurado. Extirpemos el cáncer que ha dilapidado nuestras riquezas y que ha regalado lo que no le pertenece. Es Venezuela la que necesita con urgencia una “quimio” para erradicar las células malignas que nos inoculó el Comandante-Presidente.
¡Sí se puede!
Para acabar con las secuelas del cáncer que nos dejará el tumor Hugo Rafael, la reconstrucción debe comenzar por rescatar los valores y el respeto a la Constitución. El tratamiento no será fácil ni corto, pero de seguro tenemos las reservas éticas y morales para emprender el camino hacia la definitiva erradicación del cáncer que es Chávez. No tengamos dudas: ¡sí se puede!
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