El trueque de Chávez
Mario H. Concha Vergara*
Martes, 16 de enero de 2007
--(En: www.analitica.com)--
“Con mis gallinitas no te metas” – El Che
El presidente venezolano nos lleva de sorpresa en sorpresa. Como él es contrario al imperialismo, al capitalismo, (el salvaje y el otro (¿) - ), se opone a la globalización y cree que Chile es un país vendido porque ya ha firmado 48 tratados de libre comercio (éste, por cierto, es un récord para el Libro de Records de Guinness) ha retomado la economía del comunismo primitivo, ese que existía cuando el hombre recién se levantaba en sus dos extremidades inferiores y decía “gruññññññañaca- ñaca - ñaca” y “Uh, Ah Chávez si se va”, cuando quería algo, lo cual por cierto es lo más parecido a los discursos y peroratas chavistas en las cadenas de radio y TV.
El presidente venezolano ha comenzado por decirle a sus compatriotas (quienes miran atónitos y horrorizados cuando están escuchando al Mesías del “socialismo del siglo XXI), que hay que comenzar a usar el trueque. Si, créanmelo el T R U E Q U E. Yo lo escuche al igual que miles de personas. Yo lo vi y yo vi también la cara de estupefactos que tenían sus seguidores, muchos de los cuales, son profesionales.
Chávez, en su mejor jerigonza revolucionaria dijo: “por ejemplo, ustedes agarran unos topochos (bananas pequeñas) y los cambian por una gallina”. Obviamente este ejemplo es tramposo, pues dos o tres topochos jamás se comparan al valor de tan digna y apetitosa ave... “ko ko co co kroooooo”, comenzaron a protestar las gallináceas amigas. “¿Cómo es posible que nos quieran cambiar por unos viles topochos que aparecen en cualquier parte y ni siquiera se las comen las aves de paso?” Dijeron las gallinas. Las cuales de inmediato, y siguiendo las enseñanzas revolucionarias de la “robolución” bolivariana decidieron crear una cooperativa de gallinas unidas – COAGUN – para defender sus intereses monetarios y plumíferos.
Alguien le dijo a Chávez, y no puede ser otro que su ministro de planificación y miembro del PCV, Jorge Giordani, que muerto Milton Friedman se acababa el neoliberalismo y que había que volver al comunismo primitivo. Chávez, quien no aguanta una pedida, dijo de inmediato, “tienes razón Jorgito”. Milton tenía razón, el dinero creaba inflación así que hay que eliminarlo de ipso-facto (palabra que aprendió en su cautiverio de Yare y que le fue enseñada por José Vicente Rangel, quien es el único ministro, perdón Vicepresidente, fino que tiene el gabinete. Hasta su esposa es fina. Su hijo alcalde es finísimo. Pero paremos aquí, no nos vaya a caer la Ley de Comunicaciones encima.
El problema que vieron las gallinas es que cuántas de ellas serían necesarias, por ejemplo, para cambiar uno de los relojes de oro del Primer Mandatario. Se dice que el presidente tiene unas dos docenas de esos relojes, lo cual quiere decir, dijeron las gallinas, alarmadísimas, que nos borraran de la faz de la tierra. Si dijo, la gallina Jacinta, la más sabia y vieja. Ahora imagínense ustedes si le da por cambiarnos por sus camisas blindadas que cuestan tanto como sus relojes y de las cuales tiene como doscientas.
Las gallinas comenzaron a llorar. Una dijo, “antes de aceptar el trueque yo prefiero morir con el pico en alto. Que me lleve el Gavilán Pollero o el Gavilán Pío-pío y, por último, acepto que me lleve el Gavilán Tao Tao, pero que me truequen, eso no, eso jamás, yo tengo dignidad”.
El gallo, que como todos los gallos de la revolución era puro “kiri-kiri” y un petulante, temblaba de miedo ante la posibilidad del trueque. El patoruco, sin saber de dónde, sacó fuerzas y gritó a todo pulmón. “Pollitos unidos jamás serán vencidos, pollitos unidos, jamás serán vencidos”.
Moraleja, el trueque y el comunismo primitivo y salvaje hacen a las gallinas más sabias y a los gallos más cobardes pues su tarea se la dejan a los chiquitines.
Y si Rosales no gana el tres de diciembre, este cuento no se acaba, pío, pío...
conchamh@cantv.net
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