G. CORONEL, LA "MISION VIVIENDA": ¡UN TIMO!...EN ND. 16-05-11

Coronel
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La Misión Vivienda: Digo que Hugo Chávez Frías es un timador
16 Mayo, 2011
Timador: quien hurta mediante el engaño. Diccionario de la Real Academia Española.

Hugo Chávez Frías debería estar preso desde hace algún tiempo por múltiples fraudes y peculado de uso. El último de esos fraudes, con el cual Chávez piensa ser re-elegido, es el ofrecer a todo el mundo una vivienda, sabiendo bien que esta es una promesa incumplible. He aquí lo que recibe la pobre gente que se registra en la fraudulenta misión:

opinan los foristas


GRAN MISIÓN VIVIENDA VENEZUELA

“Compatriota, xxxxxxxxxxxx, usted ha sido registrado bajo el código xxxxxxxxxxxxx, en la Gran Misión Vivienda Venezuela del Gobierno Bolivariano y Revolucionario del Presidente Chavez. Solo en socialismo se te garantiza el derecho a una vivienda digna.”

Con este papelucho, con un logo pirata y sin firma ni aspecto legal alguno, el embaucador se revela además como un gran narciso. La redacción del papelucho no deja dudas de quien pretende ser el protagonista del fraude, es decir, el hampón mayor.

Esto es un fraude:

1. Porque el “plan” requiere la construcción de 300.000 viviendas al año, comenzando con 150.000 viviendas este año. Estamos en Mayo y el embaucador ya debería haber entregado unas 50.000 viviendas. Sin embargo, ello no ha sucedido y el ministro de la vivienda, Ricardo Molina, admite que nunca, entre 1999 y 2010, se han construído más de 25.000 viviendas al año desde el sector público chavista. Como esperan ahora construír doce veces más viviendas por añ? Que ha cambiado? Si se quiere, hoy hay menos recursos logísticos que en el pasado, ya que todo el parque industrial está colapsado en Venezuela. Como decía Einstein, la locura es usar siempre los mismo métodos, esperando obtener un resultado diferente.

2. Porque, según el gran embaucador de la comarca, este programa “será el producto de la unión de varios sectores: privado y público, la banca privada y la pública, los trabajadores, los empresarios honestos, los venezolanos y el mundo: Cuba, Irán, China, Bielorrusia, Rusia, Portugal, Brasil”. No entiende el embaucador que, cuando todo el mundo está involucrado, nadie está involucrado. Algo similar está tratando de hacer con la Faja del Orinoco, convertida en una Torre de Babel con resultados desastrosos. Una promesa tan burda es un insulto a los venezolanos.

3. Porque los expertos de la Cámara Inmobiliaria y del sector opinan que es “muy improbable” que ello se pueda hacer. El término improbable, en boca de gente que debe medir sus palabras para poder co-existir con el régimen sin temor a represalias, quiere decir imposible. El cuello de botella estará en la falta de cemento, cabillas y otros insumos, en el colapso del sector eléctrico y el desorden administrativo existente en un ministerio por el cual ya han pasado ocho incapaces.

4. Porque no se trata solamente de las casas. Las viviendas requieren calles, cloacas, redes eléctricas, acueductos, escuelas. Es todo un sistema de urbanización lo que se requiere, algo que esta pandilla de incapaces no puede suplir.

Este inmenso fraude se suma a otros ya existentes en el sector eléctrico, en el sector petrolero, en el sector de la educación y en el de la salud y es doblemente condenable porque representa un acto criminal premeditado, diseñado exclusivamente para eternizar a la pandilla de malhechores en el poder. Ya no es posible pensar que Chávez es solo un insigne hablador de pendejadas. Eso lo es, pero su blá blá blá no es inocente.Tiene el propósito criminal de engañar a un pueblo sediento de promesas, ávido de limosnas, un pueblo en proceso de perder su dignidad remanente a manos de una pandilla atornillada en el poder mediante la dádiva pródiga y la mentira.

Sería interesante saber si el venezolano que se “registre” y reciba su papelucho puede monetizarlo en el mercado. Habrá quien compre esa vaina? Habrá una manera de transformar ese papelucho en dinero? Y, si la hubiera, cuanto valdrá esta promesa? Quien estará dispuesto a comprarla?

Así sabríamos cuanta confianza merece el embaucador.