martes, 18 de septiembre de 2012

SAÚL GODOY GÓMEZ: ¿DE QUÉ MARXISMO HABLAMOS?--EUD, CARACAS, 18--09--12--

¿De qué marxismo hablamos? SAÚL GODOY GÓMEZ| EL UNIVERSAL martes 18 de septiembre de 2012 12:00 AM Latinoamérica se ha convertido en la esperanza del neo-comunismo universal, y Venezuela en la cuna de una supuesta revolución que debería ser ejemplo para el mundo de cómo se hace verdadera justicia social en paz y con mucho amor; pero los 150.000 muertos al año por la violencia, una economía prácticamente destruida y una pobreza rampante, donde mucha gente se acuesta sin comer, desdicen mucho del ejemplo que se pregona. Brasil es un monstruo industrial-tecnológico con un hambre voraz por capitales extranjeros; Chile es un Estado socialista corporativo que quiere parecerse más a Suiza que a un enclave Mapuche en la sierra andina; Argentina es una alocada puesta en escena del peronismo más kirsch que se pueda encontrar; Cuba es una gerontocracia parasitaria que va de regreso al capitalismo; pero, aparte de las loas que la revolución chavista inspira en actores de Hollywood, como Danny Clover y Sean Penn, que la refieren como la esperanza para el nuevo socialismo, el marxismo está muerto en esta parte del mundo, queda apenas un grupo de políticos oportunistas que todavía bailan alrededor de las fogatas del populismo, diciéndose marxistas, sin tener idea de qué se trata. El marxismo clásico, duro, fundamentalista, que bebía de las fuentes de la doctrina pautada por Marx y Engels en el siglo XIX, murió de un infarto en 1950, cuando un Kruschev le develó al mundo los horrores del estalinismo, y posteriormente, cuando los tanques de guerra soviéticos aplastaron la revolución en Hungría, la tumba del marxismo se terminó de tapiar con los pedazos del muro de Berlín. Los intelectuales de izquierda que quedaron, tenían en sus manos un marxismo fragmentado, que era utilitario para Lenin y Stalin, oportuno para los trotskistas, los fabianos, los maoístas, y que luego sufrió las metamorfosis del anarquismo, del evolucionismo y hasta del psicoanálisis, pues tratándose de una crítica al capitalismo que evolucionaba y se hacía más complejo, tuvieron que ajustar las visiones, es la famosa polémica de si el marxismo es un sistema cerrado o abierto. Los intelectuales de la izquierda europea tuvieron que pactar con el postmodernismo para negar las evidencias del fracaso marxista en el mundo, utilizaron un arsenal epistemológico para asumir posiciones escépticas, subjetivistas, declararon que la raza humana solo podía vivir en confrontación permanente, entre clases, sexos y tribus... sin darse cuenta de que con ello negaban los postulados científicos de los que el marxismo original se valía, la calidad de sus argumentos, la dialéctica, la importancia de las evidencias. Una nueva revisión del marxismo fue necesaria (recordemos que Gramsci, Marcuse y Lukács, entre otros, ya habían hecho las suyas), aparecieron una serie de pensadores "blandos" que trataron de explicar las nuevas tendencias, entre ellas la de la Tercera Vía, convivir con el capitalismo hasta que éste se derrumbe, o el Marxismo Social, un grueso engrudo de colectivismo y nacionalismo, o el Comunalismo Socialista, el rescate de las formas arcaicas de la comuna de París en nuevo envase y agradable olor; Hardt y Negri trataron de reescribir el manifiesto comunista para el siglo XXI con argumentos sacados de la Declaración de los Derechos Humanos; i ek va más allá, y pide restablecer el ideario marxista leninista como antídoto para combatir al imperio globalizado. Ante el desbarajuste ideológico no es de extrañar la aparición de un marxismo bolivariano en Latinoamérica, con sus dosis de macumba y vudú, o las propuestas del argentino Enrique Dussel desempolvando frustraciones colonialistas, o las posiciones incendiarias de un neomarxista violento como el mexicano Jorge Veraza, un comecandela que trata de aplicarle maniobras de resucitación cardiopulmonar al cadáver marxista con base en obscuros conceptos de teoría, utopía e historicismo; debido a esta enorme confusión es que he escuchado de marxistas de la vieja escuela, maldiciones en contra de estos nuevos comunistas que están corrompiendo las mentes de los jóvenes con necedades que nada tienen que ver con el marxismo puro. Debe ser muy duro para ellos ver a una China ofreciendo su población y territorio para que se establezcan industrias altamente contaminantes, con una mano de obra barata y quitándole a sus trabajadores el derecho de organizarse, para que occidente pueda gozar de sus iPad y celulares, o a una Grecia o a una España, que durante sus gobiernos socialistas, permitieron que sus trabajadores pagaran los errores de los banqueros que ellos promocionaron, o unos militares corruptos en Latinoamérica haciéndose pasar por marxistas y explotando al pueblo como capataces de haciendas del siglo XVIII, o esos neomarxismos aclimatados en África y el Medio Oriente que son causas de revueltas y guerras civiles por sus contradicciones fundamentales con el pensamiento islámico. El marxismo se encuentra en una profunda crisis; cuando es llevado a la práctica, fomenta el totalitarismo y la represión, toma el poder y convierte el Gobierno en un enclave del capitalismo más salvaje, la estrategia que usan para desviar la atención de su propia desarticulación, es acusar y alertar al mundo sobre la crisis del capitalismo, que a pesar de todos sus errores e inconveniencias, es el sistema más apto para producir bienestar e igualdad en el mundo. El marxismo se ha transformado, de una doctrina política en una religión, y cuando sus preceptos morales e históricos se derrumban, sus creyentes, o cambian sus maneras de pensar y actuar, o quedan al descampado, en total confusión, buscando redentores y líderes que de nuevo los conduzcan al paraíso perdido. Irremediablemente caen en manos de embaucadores, que se aprovechan de su miseria y los hunden más en el desespero. saulgodoy@gmail.com Más artículos de esta firma

sábado, 15 de septiembre de 2012

¡CONTROL DE RATAS!

Controlemos las Ratas sean de origen animal o humano --Un esfuerzo comunitario-- 1)A las ratas les gusta vivir donde viven las personas; y hay personas que les encanta hacer vida común con las ratas. “Dime de qué hablas y te diré quién eres”, reza la sabiduría popular castellana, y ya sabéis: “voz del pueblo, voz de Dios”. 2) Se adaptan – (unas y otras)-- rápidamente al barrio.; y también a las urbanizaciones, si son del Este de Caracas, mejor que mejor: hay centenares de ejemplos recientes a la vista --(1998—2006)— 3)Pueden mantenerse con apenas una onza de comida y agua por día: dieta excelente para el “socialismo del siglo XXI” ¡Ser rico es malo!; sin embargo, cuando llegan a un barrio y ven que tienen acceso a carne, pescado, verduras y cereales, se quedan: contraviniendo los mandatos del comunismo sabanetoso ¡Desnudos y hambrientos pero con la revolución! 4)Las ratas prefieren alimentarse dentro y alrededor de los hogares, restaurantes y negocios. Pero se arreglan con los restos de las bolsas de basura y latas, jardines particulares y lo que encuentren en los depósitos de basura comunitarios y las estaciones de traslado. Las embasuradas ciudades venezolanas del régimen castro—chavista, son también el espacio ecológico ideal para los ejemplares humanos: “dignificados”,”recogelatas” ,y”niños de la Patria” ¡Vivan los alcaldes y gobernadores “bolivarianos” ! 5)Las ratas encuentran abrigo en las hierbas malas y pastos altos, cercas y muros, pilas de desperdicios y artefactos domésticos abandonados. Los ejemplares humanoides, antes nombrados, que se han multiplicado por miles, gracias a la revolución “bonita”, comparten los mismos ambientes y costumbres. 6)Si hay ratas viviendo en su barrio, hay ciertos pasos que debe tomar, aunque no se encuentren dentro de su casa; unas y otras se encontrarán dentro y fuera de su casa gracias a los trasnochados “esfuerzos”.de alcaldes, gobernadores y ministros “revolucionarios”, más ocupados en “garantizar” su futuro económico, el de sus descendientes, de sus familiares y amigos, que de cumplir con obligaciones más elementales con la población, y su País. 7)Las ratas, de origen animal o humano, se trasladan libremente dentro y fuera de los edificios del barrio, por los de las urbanizaciones, y quintas; por lo tanto, cualquier paso que sus vecinos puedan tomar para controlarlas las hará mudarse a otro edificio cercano (¡tal vez el suyo!); pero no se preocupe en exceso, la anarquía urbana y rural, estimulada, y dirigida, por el gobierno revolucionario “bolivariano”, y avalada por la “justicia” del régimen, garantiza el postulado legal que regirá al “socialismo del siglo XXI”: ¡Todo es de todos, nada es de nadie! Un feliz regreso a la Edad de Oro de la hordas cavernícolas, gracias a los iluminados de Sabaneta, que los Dioses guarden por toda la eternidad ¡Amén! 8)Un esfuerzo comunitario funciona mejor, donde todos los habitantes del barrio toman pasos al mismo tiempo, retirando alimentos y abrigo de las ratas para evitar que entren a los edificios; y repartiendo dichos valiosos objetos entre los miles y miles de pobres, “dignificados”, “recogelatas”, y “niños de la Patria”, multiplicados por los “milagros” económicos, de la “economía política” de los “brujos”, “shamanes”, “curiosos”, de Sabaneta, que hoy nos gobiernan.. Atentamente, seguiremos en otra entrega: Víctor M. Gruber F.

jueves, 13 de septiembre de 2012

El ADN cultural del venezolano según José Elías Graffe: 1. Relaciones basadas sobre sistemas de autoridad (apellidos, títulos universitarios, dinero, apariencia) y no en derechos. 2. La escasa vocación para lograr metas. 3. El ejercicio del poder en beneficio del funcionario público. 4. La orientación de la educación para el otorgamiento de títulos y no para la formación del individuo. El ADN cultural del venezolano según José Elías Graffe: 1. Relaciones basadas sobre sistemas de autoridad (apellidos, títulos universitarios, dinero, apariencia) y no en derechos. 2. La escasa vocación para lograr metas. 3. El ejercicio del poder en beneficio del funcionario público. 4. La orientación de la educación para el otorgamiento de títulos y no para la formación del individuo. 5. Indolencia hacia el espacio público. 6. La protección del Estado a la Sociedad sin exigirle nada al individuo. 7. La preferencia por redes sociales y amiguismo en los sitios de trebajo. 8. La creencia de que con mucha viveza y poco esfuerzo se progresa. 9. La poca vocación de crear héroes que sacrifiquen su vida por su ideal. 10. La preferencia por la estabilidad política y al poco cuestionamiento a los gobiernos. 11. La vulnerabilidad del patriotismo. 12. Las visiones cortoplacistas. 13. La marcada preferencia por el ocio. (Publicado por Leyla Gazzaneo Belisario en www.facebook.com, el 13—09—12)